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La semana pasada se analizó en esta sección el impacto de las elecciones generales en el IBEX. Varios días después parece que la incertidumbre reinará en la política española durante los meses de verano. No era, sin duda, el mejor escenario para nuestra bolsa: los inversores pueden paralizar sus compras a la espera de ver quién gobierna y qué medidas económicas-legales y fiscales implementarán ya que puede cambiar el resultado y, por lo tanto, la valoración de las empresas. Es cierto que ante una situación de tanta incertidumbre se podrían esperar caídas más fuertes, pero hay que tener en cuenta dos factores.

El primero es que, aunque haya incertidumbre, el mercado no espera muchas sorpresas. El segundo factor a considerar da menos lugar a la interpretación: las grandes empresas del IBEX tienen menos de la mitad de sus ingresos provenientes de España, en algunos casos inferiores al 10%. Es decir, son más importante las políticas fiscales de otros países que las del suyo propio. Eso sí, teniendo en cuenta que muchas de ellas se integran en dos sectores tan intervenidos como el bancario o el de las utilities (eléctricas o gas) continúa teniendo mucha importancia, algo que hemos visto con el reciente impuesto a la banca y a las eléctricas.

Otro punto fundamental será la temporada de resultados que empezó la semana pasada: realmente es un punto de gran importancia, ya que en función de éstos varían las valoraciones. Esta semana ha sido muy intensa en este sentido: Santander, Endesa, Enagás, Cellnex, Telefónica, BBVA, Amadeus, Caixabank. Ahora habrá que ver cómo lo digiere el mercado, aunque parece que la subida de tipos todavía le está viniendo bien a la banca, aunque si continúan podría volverse en su contra. Es algo a seguir, teniendo en cuenta el gran peso de la banca en el IBEX.

Precisamente esta semana se han reunido los dos bancos centrales, tanto la Reserva Federal Americana como el Banco Central Europeo, y este mismo viernes conoceremos datos de inflación en España y en otras zonas de Europa. Son datos importantes para las empresas del IBEX, los tipos porque afecta a las compañías más endeudadas (y a los bancos como acreedores) y al cálculo de los ratios de valoración, y la inflación porque repercute directamente en la caja (y a las decisiones de tipos el BCE).

Ahora bien, parece que el Fondo Monetario Internacional ha mejorado su visión sobre la economía española: para 2023 espera que crezca un punto más de lo previsto. Eso sí, las grandes empresas españolas obtienen la mayoría de sus ingresos fuera de España, así que hay que mirar más cosas.
Una que siempre puede servir es buscar soportes: el más importante del propio IBEX está algo por encima de los 8.800 puntos, nivel muy cercano, así que para las inversiones más largoplacistas se podría asumir una caída hasta los 7.780. Por la parte alta parece que le cuesta romper los actuales 9.500-9.800. En caso de hacerlo, y con permiso de los mediáticos 10.000, los 10.800 primero y los 12.200 puntos después son objetivos realistas para el índice.