De acuerdo con el Informe del Mar Balear de Marilles, el número de inmersiones recreativas de buceo en reservas marinas de interés pesquero ha pasado de 12.735 en 2015 a 69.200 en 2021. | R.L.

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Bajo el mar que rodea Balears se esconde una biodiversidad de las mejor conservadas del Mediterráneo. La Fundació Marilles trabaja desde hace cinco años en la documentación y la preservación del mar balear, que, no obstante, sufre una fuerte presión. Más de 150 empresas y entidades se han adherido al Pacto Azul Balear, un manifiesto liderado por la fundación con cinco peticiones concretas: que un 10% del mar balear sea de alta protección, poner en marcha planes de conservación y recuperación de hábitats y especies vulnerables, acabar con la pesca furtiva, mejorar la calidad del agua y aportar la financiación pública necesaria para hacer realidad estos compromisos.

«El Pacto Azul es una propuesta para mejorar el mar balear que está enfocada en cinco compromisos asumibles y necesarios. Además, cuatro de estos cinco compromisos ya están contemplados en la legislación vigente», señala Aniol Esteban, director de la Fundació Marilles y promotor de la iniciativa. «El mar y la costa balear riega de beneficios la economía de Balears. Es por ello que queremos ver más acción política y más compromiso para conservar el mar balear», añade el biólogo marino.

La Fundació Marilles quiere ser proactiva, no combativa. En lugar de centrarse en lo que resta, se ha enfocado en lo que suma, intentanto aglutinar el mayor apoyo social y político posible. «Estamos intentando crear una unión para avanzar. Tenemos muy buena relación con las organizaciones ecologistas, pero la voz del sector empresarial es muy escuchada y pensamos que tendremos más posibilidades de éxito que si lo hacen las organizaciones ecologistas. Utilizamos la voz empresarial para ayudar a mejorar el mar balear. Siempre hay un sector, grande o pequeño, que mostrará su resistencia al cambio. Nosotros queremos hacer visible que hay un amplísimo apoyo de la sociedad balear, civil y empresarial, a favor de conservar el mar balear. Y creemos que las diferencias y reticencias pueden superarse con el diálogo», comenta. Su manifiesto corto, con cinco puntos claros, ha conseguido el apoyo de más de 150 entidades y empresas que han suscrito la declaración. Es un apoyo teórico, sin colaboración económica, con el que la Fundació Marilles obtiene el aval de nombres y logos de asociaciones y empresas de gran relevancia local e internacional que dicen que están a favor del pacto azul. «Si el Pacto Azul no hubiera recibidio el apoyo masivo del sector turístico estaríamos obligados a replantearnos nuestra estrategia», reflexiona Esteban.

Aniol Esteban
Aniol Esteban presentó el Pacto Azul en el Parlament de les Illes Balears el pasado 31 de marzo.

Y del mismo modo, han buscado el máximo consenso político posible. «Somos optimistas. Tenemos la confianza de que la diversidad de actores y su peso haga que el Govern, con independencia de su color, integre el Pacto Azul. La conservación marina ha de ser un tema transversal. Ha de venir para quedarse y para eso trabajamos», explica Aniol Esteban, quien presentó el Pacto Azul Balear en el Parlament de les Illes Balears el pasado 31 de marzo. Acudieron al acto todos los partidos políticos con representación con la excepción de Vox. «Nos hubiera gustado que los partidos se hubieran comprometido a firmar el Pacto Azul antes de las elecciones, pero no fue posible. Algunos partidos reflejaron diversos puntos del Pacto en su programa electoral y otros estaban de acuerdo con algunas matizaciones», comenta.

CINCO MEDIDAS. El Pacto Azul está formado por cinco medidas que constituyen un plan para avanzar en la recuperación y conservación del mar balear. La primera es aumentar el número de santuarios marinos, que se definen como zonas altamente protegidas. «Hay dos objetivos. Uno es el 30/30. Es decir, que un mínimo del 30% del mar balear esté protegido en 2030. Este objetivo se consigue en aguas interiores, que son las que dependen del Govern, pero aún está pendiente en las que dependen del Ministerio. En cambio, Balears falla en la alta protección, en zonas en las que la extracción de recursos vivos esté prohibida. Ahora estamos en el 0,2% y hemos de alcanzar el 10%. Queremos dejar claro que estos espacios se hacen también para mejorar los recursos pesqueros. Se hacen para proteger la biodiversidad marina y mejorarán los recursos pesqueros para los profesionales, que podrán pescar más invirtiendo menos tiempo en las zonas limítrofes. El efecto reserva ya se ha demostrado en Balears», sintetiza Esteban. Reconoce que algunos profesionales del mar muestran reticencias, pero el director de la Fundació Marilles asegura que muchos de ellos le dicen en privado que les gusta el Pacto Azul.

El segundo punto es trabajar por la conservación de hábitats y especies vulnerables del mar balear (tiburones y rayas, mamíferos marinos y caballitos de mar). La tercera medida consiste en fomentar la pesca sostenible y acabar con la ilegal. «Son una minoría los pescadores que infringen la normativa, pero hacen mucho daño», deja claro Esteban. El cuarto punto refiere a la limpieza de las aguas, que es un «grave problema» en Balears. En concreto, se pide elaborar un calendario de inversiones para lograr que no haya vertidos al mar, se pide hacer una auditoría de los sistemas de alcantarillado para identificar pérdidas de agua, garantizar la inversión para reparar, actualizar y digitalizar la infraestructura de tratamiento de aguas y la calidad del agua vertida en el mar y garantizar el cumplimiento de la Ley de residuos del Govern balear.

La quinta y última medida hace referencia a la financiación. «Solicitamos un 1% de financiación pública para la conservación marina. Es decir, unos 50 millones de euros al año. Esta cifra está calculada para la creación, mantenimiento y gestión de áreas marinas protegidas y santuarios marinos, los planes de gestión pesquera y un programa de observadores a bordo, además de un incremento de la vigilancia para acabar con la pesca ilegal. No incluyen el gasto necesario en las infraestructuras de aguas», señala Esteban. El director de Marilles es consciente de que el mar recibe una gran presión también por la demanda turística en la industria náutica, y considera que deben buscarse soluciones de equilibrio. «Necesitamos campos de boyas bien gestionados para dar una solución a la demanda. Todas las medidas han de abordarse siempre desde el consenso y el diálogo», indica.

APOYOS. Numerosas empresas del sector turístico han mostrado su apoyo a la iniciativa sumándose al Pacto Azul Balear, como también su patronal. La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM). Su presidenta, Maria Frontera, apuesta por el equilibrio. «La FEHM junto a 150 empresas, muchas de ellas hoteleras y otras entidades, se ha sumado al Pacto Azul con el fin de reforzar el compromiso firme que deben tener las instituciones en materia de protección y calidad del mar. El objetivo es lograr el equilibrio entre nuestro entorno y el ecosistema turístico».

Catalina Alemany, directora de RSC de Riu Hotels & Resorts, señala que el Pacto Azul representa una gran oportunidad. «Balears tiene la oportunidad de ser pionera en este tipo de alianzas, una plataforma de consenso para poder proponer y acabar ejecutando una estrategia común, y sobre todo, planes de trabajo concretos que lleguen a emprender medidas reales y efectivas a favor del medio marino. Una de las líneas de actuación de la inversión ambiental es la biodiversidad, porque tenemos muy claro que las empresas turísticas deben contribuir a la conservación de los espacios naturales de los destinos, y por tanto, comprometerse con el medio natural que nos rodea y que es el más perjudicado por los impactos de nuestra actividad», comenta.

Diversidad marina
La Fundació Marilles difunde la gran diversidad de especies que habitan las aguas de Balears. Han observado que la mitad de las tintoreras que se han avistado en alta mar tienen anzuelos clavados.

Lourdes Ripoll, vicepresidenta de Sostenibilidad de Meliá Hotels International, explica que la empresa apoya este pacto por «responsabilidad». «Somos mediterráneos y conscientes de la riqueza que nos rodea y que el mar nos ofrece. Entre todos, sector privado, sociedad y administración debemos cuidar y proteger este patrimonio. Las propuestas del pacto están encaminadas precisamente a defenderlo, cuidarlo, protegerlo y conservarlo. Pero también a conocerlo, a mejorar la calidad de sus aguas y su rica biodiversidad. El mar es parte esencial que hace de las Balears un destino único en el mundo. Proteger el mar es también proteger nuestra esencia, historia y el medio de vida de muchos ciudadanos. Protegerlo es defender un turismo de calidad», indica.

Mirtha Erhart-Zimmerli, miembro de la Junta Directiva del Grupo Universal, considera que la protección del mar es fundamental. «Sabemos que el mar balear es lo que diferencia Balears de cualquier otro lugar. El mar es indispensable para nuestro ecosistema y el futuro de nuestras Islas, es por ello que sentimos la responsabilidad de apoyar el Pacto Azul, porque simplemente es fundamental protegerlo». Sandra Benbeniste, Destination Stewardship Director de Grupo Iberostar, apoya la idea central del Pacto Azul Balear porque, indica, la protección del mar balear es una responsabilidad compartida. «Creemos firmemente que para conservar la belleza y valor de los ecosistemas marinos debemos trabajar juntos a través de alianzas público-privadas y de acuerdos pre-competitivos. Esto se refleja plenamente en nuestras hojas de ruta de salud costera y pesca responsable, parte de nuestro movimiento Wave of Change», comenta.

Entidades bancarias de referencia también se han sumado a la iniciativa. María Cruz Rivera, directora territorial de CaixaBank en Balears, quiere mostrar también su compromiso con el medio marino. «El mar balear es fuente de riqueza del patrimonio natural y económico de nuestra comunidad y, como empresa comprometida con el medioambiente y con la sostenibilidad, en CaixaBank nos hemos sumado al Pacto Azul de Fundació Marilles en apoyo a su lucha por protegerlo», indica. Sonia Colino, directora de la Unidad de Personas, Marca y Sostenibilidad de Banca March, considera que el Pacto Azul se alinea con su compromiso de conservación de los ecosistemas marinos. «En Banca March buscamos aportar valor tanto en el plano económico como en el social, de manera respetuosa con el medioambiente y de forma sostenible en el tiempo. Nuestra adhesión al Pacto Azul Balear responde a nuestro firme compromiso con la conservación y recuperación de los ecosistemas marinos, con especial atención al mar Mediterráneo», indica.

Bernat Cañellas, CEO de Schöolers, explica que los valores del Pacto Azul apelan a la mallorquinidad. «Desde Schöolers nos hemos adherido al Pacto Azul porque el mar es como una parte indisoluble de nuestra esencia como mallorquines y baleares y pensamos que los esfuerzos que se hagan en sostenibilidad medioambiental no se pueden olvidar de lo que nos define como pueblo. Por eso a través de nuestra plataforma de e-learning ayudamos a sensibilizar a todos los equipos de las compañías turísticas dentro del marco de Green & Human», comenta. También se han sumado al Pacto Azul empresas del sector agroalimentario. Rafel Figuera, socio fundador de Agromart, señala que su adhesión por sus valores de estima por Mallorca y por el mar. «Agromart se ha adherido a esta iniciativa porque amamos la tierra, y en Mallorca no entendemos amar la tierra sin amar el mar», ha señalado. Y desde el sector secundario, Fanny Alba, presidenta de la Asociación de Constructores de Balears, recuerda los Objetivos de Desarrollo Sostenible. «La conservación de nuestro mar y los ecosistemas marinos debe ser compartida por todos en beneficio del presente y el futuro del planeta. Como constructores, nuestro compromiso con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible es firme e irrenunciable», indica.

SOBRE MARILLES. Marilles es una fundación privada sin ánimo de lucro que trabaja para convertir a las Balears en un referente mundial en conservación marina. «Somos una entidad filantrópica. Nos dedicamos a movilizar financiación y a gastarlo bien. Nosotros ofrecemos un retorno a los que ponen dinero en la Fundación en mejora del medio marino y la costa balear. Queremos que cada euro que invertimos nos de el máximo retorno. En los más de cinco de años que llevamos trabajando en Balears hemos invertido más de cuatro millones de euros. Solo un 8% de estos cuatro millones de euros es de origen nacional y casi dos millones han llegado directamente de la Fundación Adessium», indica Esteban.
La Fundación Adessium es una entidad filantrópica que pertenece a la familia holandesa van Vliet, que pasa largas temporadas en Mallorca. En 2015 pusieron en marcha un gran estudio para mapear el mar balear que se prolongó durante más de un año y en 2017 crearon la Fundació Marilles. «En los tres primeros años, dos de cada tres euros que gastábamos venían de Adessium, pero ahora es solo uno de cada tres euros que gastamos. Estamos consiguiendo movilizar financiación de fundaciones europeas con una larga tradición. Nuestra asignatura pendiente es aumentar la financiación de la sociedad balear. Esperamos que empresas y familias de Balears, y también visitantes, se sumen al proyecto. Sabemos que no es fácil, porque la filantropía en España no está tan arraigada», señala el director de Marilles.

Además del Pacto Azul, la Fundació Marilles ha financiado más de 100 proyectos desde el año 2017. Una iniciativa destacada es el Informe del Mar Balear, que ofrece información multidisciplinar con más de 150 indicadores. Asimismo, produjeron la serie de televisión Arxipèlag Blau, que se ha emitido por IB3 TV. «Hemos puesto en marcha el certamen de fotografía submarina Mare, que reúne más de 1.000 fotografías. Y hemos generado recursos educativos muy potentes como son las mini guías de fauna y flora marina y los pósters que distribuimos con la colaboración del Grup Serra», concluye Aniol Esteban.