Una medida que cuando lideraba una asociación de jóvenes empresarios demandábamos, y más de 10 años después se ha hecho realidad, aunque no en lo términos que esperábamos. Porque para que unos paguen menos, otros pagaran más, resultando una cuota mensual superior a nuestros homólogos europeos, sea en el tramo que sea de cotización en la que uno se encuentre.
La reciente entrada en vigor del nuevo sistema cuenta con 15 tramos de cuotas que irán desde los 200 euros hasta los 590 euros y variarán hasta 2025 en función de los rendimientos netos de los trabajadores por cuenta propia.
Pero tranquilos, porque según los datos, la mitad de los autónomos pagará menos, entre un 20% y un 25% pagará igual, y en torno a un 25% pagará más. Así pues, podemos decir esta vez que el más cobra más paga, siendo por lo menos un sistema más justo que con la cuota fija.
Cabe recordar que al pagar más, la base de cotización para las que se calculan las prestaciones sociales son superiores (como por ejemplo por cese de actividad, incapacidad temporal, jubilación, etc..), por lo que conlleva una seria de contraprestaciones en el futuro.
Por otro lado, como medida para impulsar el autoempleo también se mantiene la cuota reducida para aquellos que empiezan, los emprendedores, que pasa a ser de 80 euros durante los 12 primeros meses de actividad independientemente de los ingresos que tenga el trabajador por cuenta propia, y en los siguientes 12 meses el autónomo podrá seguir pagando dicha de cuota mensual siempre que sus ingresos netos se encuentren por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Se trata de una bonificación atractiva que reduce el coste que supone darse de alta como autónomo por primera vez y que ha ayudado a muchos nuevos autónomos a dar sus primeros pasos, estimulando el emprendimiento y la creación de nuevas empresas.
