Ramón Hernández, director general de BlueBay Hotels.

TWL

Ramón Hernández, director general de Bluebay Hotels, comenta que la temporada estival ha sido difícil pero muy buena. «Para BlueBay Hotels, en Mallorca, la temporada ha sido más corta de lo habitual, pero sumamente intensa. Tras una Semana Santa muy prometedora, el ritmo de reservas decayó, y no empezó a crecer hasta bien entrado mayo», indica. «Desde mitad de junio a mitad de septiembre (la temporada estival por excelencia) los datos de producción de nuestro grupo han estado por encima del ejercicio 2019, no solo en Balears, sino en el resto de destinos donde operamos hoteles en España. No obstante lo anterior, pese a los buenos datos de ventas y tarifas del verano, hemos sufrido una seria carencia de personal con experiencia, que ha afectado a la calidad del servicio, y que se sitúa como uno de los principales retos a mejorar para la próxima temporada», señala. «El sector en bloque se ha mantenido firme a la hora de marcar unas estrategias tarifarias que contrarrestaran el efecto de la inflación, y gracias a una demanda desbordada durante los meses centrales del verano se han podido alcanzar los ratios de rentabilidad presupuestados», añade.

El CEO de Bluebay indica que han percibido un descenso en la cuota de mercado de los turoperadores. «Para una cadena como BlueBay Hotels, con productos familiares del segmento vacacional, la turoperación es un aliado necesario, por el volumen de turistas que mueve, volumen que es imprescindible para llenar destinos como Alcúdia o Palmanova, donde tenemos gran parte de nuestro inventario. No obstante, se ha percibido un descenso en su cuota de mercado, quizá porque aún vieron inestabilidad en la temporada 2022 como para ofrecer ciertas garantías de ocupación a los hoteleros», indica, añadiendo que dos de sus cuatro hoteles han pasado de 100% de turoperación en 2019 a tener cuota mayoritaria de venta directa.

Hernández opina que el sector está apostando, con o sin ley turística, por la sostenibilidad y la mejora de las condiciones de trabajo porque les otorga rentabilidad y fideliza el cliente. «En todo caso, se echa de menos un mayor consenso con el sector privado en el desarrollo de estos textos normativos, y más cuando requieren inversiones, que cuesta acometer tras dos años de pandemia, o que no le son exigidas por igual a otros destinos nacionales, competencia directa de Balears», menciona. Por último, considera «situaciones como la huelga de recogida de basura en Alcúdia, a inicio de temporada, son elementos que afectan notablemente a nuestra imagen como destino y deberíamos cuidar y evitar», expresa.