En la imagen, los participantes en el panel de debate organizado por El Económico para evaluar la temporada turística y el futuro de la principal industria de Balears. En primera línea, y de izquierda a derecha, Paula Serra, directora de Medios Audiovisuales del Grup Serra y editora de El Económico; María Cruz Rivera, directora territorial de CaixaBank en Balears; Maria Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca; Mercedes Garrido, consellera de Presidència, Funció Pública i Igualtat del Govern de les Illes Balears; Carmen Serra, presidenta del Grup Serra, y Margalida Ramis, directora general de Grupotel Hotels & Resorts. En segundo término, Jesús Nuño de la Rosa, CEO de Air Europa; Pedro Matutes, consejero delegado de Sirenis Hotels & Resorts; José Bosch, presidente de Restauració CAEB de Menorca; Antoni Barceló, presidente de Habtur; Rosana Morillo, directora general de Turisme del Govern, y Xavier Pastor, ecologista. Foto: Jaume Morey
La temporada ha sido buena. Los matices vienen después, por la incertidumbre con la que empezó, las dificultades en la operación, la saturación, la falta de personal o las deudas que se arrastran de la pandemia. El Económico convocó el pasado martes un panel de debate en el Palau de la Premsa para analizar el año y los retos de futuro que debe afrontar el sector turístico. El acto contó con la participación de Mercedes Garrido, consellera de Presidència, Funció Pública i Igualtat del Govern; Antoni Barceló, presidente de Habtur; Pedro Matutes, consejero delegado de Sirenis Hotels & Resorts; Maria Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca; José Bosch, presidente de Restauració CAEB Menorca; Xavier Pastor, ecologista; Jesús Nuño de la Rosa, CEO de Air Europa, que intervenía en un medio de comunicación de Mallorca por primera vez desde que ostenta el cargo; Margalida Ramis, directora general de Grupotel Hotels & Resorts; María Cruz Rivera, directora territorial de CaixaBank, y Rosana Morillo, directora general de Turisme del Govern, en una mesa que moderaron Paula Serra, directora de Medios Audiovisuales del Grup Serra y editora de El Económico; Pep Verger, director, y la periodista Aina Ginard.
El análisis de la temporada ya finalizada fue la primera cuestión planteada. La consellera Mercedes Garrido puso en valor el esfuerzo de los empresarios para iniciar la campaña cuanto antes. «Hemos de agradecer la valentía del mundo empresarial. Hemos tenido una cifra de empleo récord. La temporada ha venido acompañada de un debate sobre la saturación, que es uno de los retos que hemos de afrontar como destino», indicó.
El presidente de Habtur también hace un balance positivo. «Desde mediados de abril y hasta mediados de septiembre ha sido una temporada muy buena. Llegó un pequeño bajón a finales del mes pasado, pero gracias al buen tiempo nos hemos recuperado. En general, la temporada ha sido muy similar a la de 2019, aunque hemos podido subir precios. Luchar contra la oferta ilegal es la gran asignatura pendiente», señaló Barceló.
Pedro Matutes calificó la temporada como la del «rebote». «Después de la tremenda caída que padecimos en los dos últimos años, el rebote ha sido muy fuerte tanto en demanda como en precios. Podríamos hablar de un turismo de venganza, la gente se ha vengado de los dos años de covid. Las cifras de ocupación han sido similares a los años prepandemia, pero la tolerancia a los incrementos de precios ha sido superior. Todo eso ha venido acompañado de dificultades tremendas con una importante carencia de personal, problemas de suministros, incrementos de costes muy fuertes…», puntualizó.
Maria Frontera destacó las fortalezas y debilidades de la temporada. «Estábamos decididos y comprometidos en reiniciar la actividad. Ha sido una temporada muy complicada, con cancelaciones de vuelos, con huelgas en diferentes compañías aéreas. Nos falta capacitación y formación en nuestros equipos. Ha faltado mucha gestión de flujos turísticos y del destino. La falta de transporte público del servicio de taxis ha sido una indecencia. Lo han pasado mal los residentes y los visitantes. La tecnología que ya existe debe ayudarnos a gestionar el destino de una manera más eficiente», valoró.
José Bosch explica que la temporada ha sido buena pero con dificultades. «La temporada ha sido buena, pero complicada. Ha habido un sustancial aumento de costes en los suministros y en la energía, además de una gran falta de personal. También ha llegado a Menorca la acuciante necesidad de alojamiento para los trabajadores», indicó.
Para Pastor, la situación es «decepcionante». «Sigue sin replantearse cuánta gente cabe y si es posible el decrecimiento. Los políticos dicen que ha habido saturación en momentos puntuales, y no es cierto. Ha sido un largo periodo de tiempo en el que las costuras de las Islas están reventando», señaló. «La conectividad va mucho más allá del turismo. Es cómo se relacionan las islas con el exterior», recordó Nuño de la Rosa. «La temporada ha sido buena, pero las compañías aéreas tienen dos factores exógenos clave, el fuel y el dólar, que han tenido unas subidas de costes que hacen que la operación no haya sido como pueda parecer por el número de pasajeros y el precio del billete», señaló.
Margalida Ramis señaló las dificultades de la temporada: «Ha sido más que satisfactoria teniendo en cuenta de que necesitábamos trabajar, era una cuestión de supervivencia después de dos años sumergidos en pérdidas. La demanda ha sido altísima. En términos de precios, no comparto que se haya podido subir tanto, porque los contratos eran los firmados en 2020, que fueron prorrogados. Hemos asumido los costes altísimos de energía y suministros y la falta de materias primas. Los costes laborales han aumentado porque el personal poco cualificado no hace lo mismo que el cualificado. Al final, ha supuesto una bajada de la rentabilidad y sobre todo de la productividad. La necesidad de mejorar las escuelas de Formación Profesional es un reto estructural».
María Cruz Rivera ratificó los buenos datos de la temporada. «Prácticamente se han igualado los ingresos de 2019, ahora falta ver cómo se traducen a los resultados en términos de rentabilidad. Asimismo, el gasto en tarjetas se ha disparado de forma importante. La previsión para 2023 es incluso un poco mejor, aunque el escenario macroeconómico se ha complicado por los mercados emisores», puntualizó.
Y Rosana Morillo apuntó como un logro haber conseguido mantener la conectividad, aunque reconocía una debilidad en la falta de formación. «Ha podido mantenerse la conectividad de años atrás porque la marca Balears es un destino sólido. Como aspectos a mejorar, hay que mejorar la profesionalización del empleo en el sector, y también acabar con el turismo de excesos, que es un recorrido a medio plazo», argumentó.
SOSTENIBILIDAD. La saturación y la necesidad de tener un turismo más sostenible centraron buena parte del debate. «Hay que ser cuidadoso con las palabras. Hemos oído las palabras verde, ecológico, sostenible, circular y regenerativo», indicó Pastor, quien se mostró favorable a un decrecimiento en turistas y plazas con aumentos del gasto, aunque reconoció que no es fácil. Dos ideas concretas de Pastor generaron diversidad de opiniones entre los hoteleros: la atribución al ecologismo del mérito de que la administración y el sector empresarial se hayan sumado a la lucha contra el cambio climático, y el planteamiento sobre el decrecimiento. «Nunca he entendido de los posicionamientos ecologistas que siempre enfocan a una reducción de los visitantes cuando temas como el agua o los residuos orgánicos se gestionan tan mal y es tan fácil arreglarlo», expuso Frontera. Pastor respondió con el ejemplo de la campaña contra la incineradora: «La oposición a las emisiones de dioxinas venía con un plan alternativo de residuos que hablaba del compost y de la recogida selectiva, pero eran cosas de ecologistas que se ridiculizaban». Y Frontera reivindicó que además de decirlo, es importante la práctica. También Margalida Ramis pide que el debate sea realista. «Como sociedad, una cosa es lo que podemos trabajar y otra son las frases bonitas. Como empresarios trabajamos la sostenibilidad y productos para desestacionalizar la oferta, pero me gustaría que se hablara de cosas factibles, no lanzar mensajes que puedan confundir a nuestros mercados emisores», mencionó. Mientras que Pedro Matutes comentó su desacuerdo en que «los ecologistas siempre tengan esa especie de verdad revelada» y pidió ser cuidadoso con el debate del decrecimiento para no entrar en debates xenófobos sobre quién sobra, punto en el que Pastor coincidió.
«Si hablamos de sostenibilidad y circularidad, no puede ser marketing. Reclamo la triple sostenibilidad económica, ambiental y social. Creo que podemos crecer económicamente sin crecer en plazas; o decrecer en plazas y crecer económicamente», mencionó Garrido.
Pedro Matutes distinguió entre la saturación inevitable, como una playa que tiene su límite natural, y la saturación evitable, que es responsabilidad de la instituciones públicas y que requiere buen transporte público e inversiones en el ciclo del agua. «Tenemos que atender nuestros asuntos, y uno importante es gestionar los flujos turísticos de manera adecuada pensando en el binomio visitante-residente, porque si perdemos el binomio tendremos un problema de falta de legitimación social de esta actividad», dijo.
Margalida Ramis criticó la falta de inversiones públicas. «Las depuradoras son una bomba de relojería. Hace 30 años que reclamamos que se mejoren las infraestructuras de agua y saneamiento. Nos hacen hacer un plan de circularidad cuando pierden el 40% del agua por las tuberías», aseveró, y considera que si la empresa tiene cada día menor impacto no es necesario que vengan menos turistas.
Maria Frontera señaló que hay parte de la masificación que se atribuye a los turistas que en realidad la provocan los residentes. Considera que hay tecnología disponible a disposición de la administración para mejorar las infraestructuras pero criticó que el dinero se dedica a lo que se ve. También expuso, mencionando ejemplos concretos como el de la cadena Garden, el compromiso de los hoteleros con la economía circular. «Muchos procesos se han reformulado en los últimos dos años. Escogemos mejor a los proveedores y buscamos tener un impacto en la comunidad», señaló.
Antoni Barceló señaló que el alquiler vacacional no es el culpable de la masificación y apuntó a las segundas residencias. Argumentó que con 103.000 plazas y una ocupación media de la capacidad de las viviendas del 66%, en agosto el alquiler vacacional representa un 4,68% de la presión humana total.
Rosana Morillo se manifestó a favor de abordar la eliminación de plazas de alta que no se usan y de incrementar la lucha contra la oferta ilegal.
Jesús Nuño explicó el sector aéreo debe cumplir el objetivo de cero emisiones netas en 2050, pero que la tecnología y la producción que requiere el combustible sostenible no existe hoy por hoy, además de que cuesta seis veces más que el combustible normal. Recordó también que está sobre la mesa un nuevo impuesto al queroseno y más tasas aéreas. «Europa está regulando mucho más la sostenibilidad que el resto del mundo. Y a mí me parece bueno, pero este cóctel entiendo que requiere acción público-privada y poner al cliente en el centro si queremos sostenibilidad y que los precios no se lancen», explicó.
CONVENIO DE HOSTELERÍA. Era inevitable que el convenio de hostelería tuviera protagonismo en el encuentro. La presidenta del Govern había reclamado generosidad a los hoteleros. Maria Frontera recordó el compromiso mostrado por el sector en el último convenio y recordó que aún lo están ejecutando. De hecho, durante 2020 se paralizó el incremento previsto postergando un año su implementación. «Con el convenio actual lideramos los salarios a nivel nacional, y también el número y la calidad del empleo. No voy a hablar de números concretos», explicó Frontera.
La consellera de Presidència Mercedes Garrido, como no podía ser de otra manera después de las palabras de Armengol, dejó claro que era imprescindible una subida salarial importante. «Aquel convenio fue fruto del diálogo entre empresarios y sindicatos. La pandemia provocó que los trabajadores aceptaran postergar la subida salarial un año», aseguró y, rápidamente, Frontera recordó la situación: «Estábamos cerrados», indicó. Y añadió que no deben equipararse ingresos con rentabilidad. «No es lo mismo», indicó Ramis.
Garrido puso de nuevo en valor el consenso conseguido al firmar el convenio vigente y explicó que la pandemia nos ha enseñado que el acuerdo es siempre el mejor camino. «Es necesario el consenso. Durante la pandemia los trabajadores aplazaron el incremento pactado», recordando que los sindicatos también fueron sensibles con el empresariado cuando la situación era complicada.
Y Frontera contestó reivindicando el trabajo de la patronal para ayudar a los trabajadores durante la pandemia: «Nosotros, antes de ver la intensidad de la pandemia, incorporamos a los trabajadores a los ERTE en marzo, antes de cuando toca en mayo, y empezaron a cobrar las ayudas antes que otras temporadas. En invierno tuvieron prestaciones extraordinarias que trabajamos de forma conjunta la administración y nosotros, desde aquí y la patronal nacional. Por tanto creo que hay que considerar que la protección se la dieron primero las empresas y luego la adminsitración pública. Cuando lideramos en temas sociales y de nóminas, los empresarios tenemos que sacar pecho».
Garrido insistió en reclamar incrementos de salario para los trabajadores. «Ha habido mayores ingresos. La rentabilidad hotelera según el INE se ha incrementado un 17%. Hay que ver cómo se traslada esta situación cuando se analicen los datos. Hay que esperar un poco, pero sí hay que reclamar en este momento un incrementos del salario de los trabajadores. Y ha de ser un incremento importante, porque la crisis de precios la sufrimos todos. La sufren los empresarios y la sufren los trabajadores. Venimos de una pandemia muy dura donde los trabajadores han tenido un colchón importantísimo, pero los empresarios también. Quiero recordar los 855 millones de subvenciones que vinieron a Balears. Veníamos de una caída histórica del PIB, que estábamos cerrados, no hace falta repetirlo. Pero tenemos que plantear una negociación colectiva donde se incrementen los salarios de los trabajadores. El porcentaje lo decidirán la partes en el convenio colectivo, pero hay que sentarse y llegar a un consenso. Y estoy segura de que van a conseguir llegar a un acuerdo», sentenció. E insistió: «Hay un convenio que hay que negociar, que acaba su vigencia y por la parte sindical se plantea un incremento importante, pero parece ser que por la parte empresarial se plantea que no». Eran los momentos de mayor tensión en la mesa. «¿Perdona?», dijo Frontera y Garrido explicó que no hay que incrementar el salario en la cuantía que plantean los sindicatos. «El acuerdo debe ser fruto del pacto», dijo y Ramis recordó: «No hemos empezado a negociar nada». Frontera retomó la palabra y tuvo un reproche para el Govern. «Es una negociación entre sindicatos y nosotros y ellos -refiriéndose al Govern- y ya están metiendo la pata en medio», dijo.
Margalida Ramis recordó los trances superados en los últimos años y las enormes dificultades que han tenido los hoteleros. «Nosotros también firmamos el convenio. Hemos hecho un esfuerzo. Hemos pasado por la quiebra de Thomas Cook y una pandemia, que se dice pronto. Han sido tres años muy difíciles y hemos cumplido con un convenio muy generoso. Creo que los trabajadores han podido mantener el poder adquisitivo a pesar de esta inflación increíble», explicó.
Garrido insistió de nuevo en reclamar una subida generosa y Ramis reclamó prudencia. «Nosotros hemos aumentado un 17% y lo llevamos en nuestras cuentas de resultados. Lo hemos asumido generosamente y lo hemos pagado. Pero creo que hay que ser prudentes, como indican todos los organismos económicos, que alertan de una la inflación de doble ronda. Nosotros respetamos el diálogo social entre empresarios y trabajadores, no tiene nada que ver el Gobierno en todo esto», aseguró Ramis, que manifestó de nuevo que los ingresos no siempre suponen mayor rentabilidad. Frontera recordó en este punto que el INE habla de precios, no de rentabilidad.
Ramis incidió en que esta temporada llega después de dos años de pandemia. «Primero tenemos que compensar las pérdidas de estos ejercicios pasados. Es que oigo anuncios de que tenemos que repartir beneficios, y digo sí, pero primero tenemos que repartir las pérdidas. Primero hay que compensar las pérdidas, no es un capricho», aseveró.
FUTURO. El panel terminó planteando diferentes ideas sobre cómo será el turismo en el futuro. Rivera consideró que prevaldrán la sostenibilidad y la experiencia de cliente. Ramis pidió ideas factibles y evitar frases bonitas o mensajes que puedan confundir. Nuño recordó no descuidar la gallina de los huevos de oro ni el cliente y más acción público-privada. Pastor consideró que solo cumpliendo la legislación, gran cantidad de los problemas actuales se solventarían. Bosch reclama volver a hacer del turismo un sector atractivo para trabajar. Frontera mencionó que la circularidad es la única vía de progreso para volver a ser referentes a nivel internacional. Matutes puso el foco en el carácter estratégico del turismo y en la necesidad de gestionar los flujos turísticos de manera adecuada. Barceló pidió redistribuir plazas en otros tipos de oferta. Garrido mencionó que se aproveche la capacidad tractora del turismo para el resto de la economía, como la agricultura con la ley turística. Y Morillo cerró la última ronda invitando a los empresarios a aprovechar los fondos Next Generation con proyectos innovadores.