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Hace unas semanas informaba UH que la AIREF realizará, a propuesta del Govern, un estudio y plan de acción sobre el gasto de sanidad y educación de nuestra comunidad a fin de proponer mejoras de eficiencia en su gestión. Recientemente, también, Jordi Sevilla, exministro de AAPP, junto con el presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE) Iñigo Fernández de Mesa, compartían mesa en una sesión; reflexionaban sobre la eficiencia del gasto público en España -acto organizado por el Consejo General de Economistas-, ambos coincidían plenamente en la necesidad de establecer medidas concretas de evaluación de la eficiencia del gasto público. Fernández de Mesa aportó el dato de un estudio realizado por el organismo que preside, manifestando que el gasto público se podría reducir un 14% aplicando medidas de eficiencia. El mismo análisis desarrolla un índice de eficiencia y sitúa a nuestro país en el puesto 29 de los miembros de la OCDE (74,4 puntos en 2021, siendo la media europea de 98,6).

Sobre el trabajo a realizar por la AIREF, organismo de contrastada solvencia, en sanidad se centrará en analizar la política de recursos humanos y la estrategia de contratación pública y modelo de compras sanitarias, sin dejar de lado el desarrollo e integración de los sistemas de información y de gestión de servicios del IB-Salut. Justifica esta decisión el fuerte impacto que supone el gasto sanitario, en constante crecimiento, sobre los presupuestos de la comunidad -cerca de un 34% de gasto público total, unos 1.950 millones en 2020-.

Tal vez, con lo expuesto anteriormente, pueda dar a entender que estoy a favor de aplicar reducciones al gasto público en sanidad, nada más lejos de esto. Coincido plenamente con los que defienden que el gasto en sanidad no es gasto, es inversión; pero también comparto la máxima, cierta, que dice que gastar más no es siempre mejor.

Con las necesidades tan acuciantes en las que se encuentra inmerso el sector, la coyuntura económica actual y las previsiones de futuro invitan más que nunca al análisis, a la minuciosidad y rigurosidad en la gestión como si de microcirugía se tratara y ello debe ser bandera. Por tal circunstancia, bienvenida sea esta iniciativa que propone medidas de evaluación y planificación para buscar ser más eficientes. Nuestra sociedad lo agradecerá.