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Que la pandemia ha acelerado todo el proceso de digitalización de la sociedad, no es un secreto para nadie. Nos introdujo, de un día para otro, en el siglo XXI, como un bofetón a cara cruzada, a pesar de llevar ya 20 años viviendo en él. Que se respiran cambios en la sociedad, en la cultura y la economía a nivel mundial también es un hecho. ¿Nuevo orden mundial? Quizás… pero comencemos por esbozar los cambios que más rápido nos llegarán de la mano de internet.

¿Cuál es el internet que se plantará delante de nuestras narices? Repasemos primero un poco de trayectoria: En la web 1, nacida alrededor de los años 90 (la podríamos llamar cariñosamente «millenial»), destaca por los blogs de contenido sin comentarios y páginas web estáticas y pasivas y usando protocolos abiertos. En la web 2, (a esta le toca ser de la «generación Z») la comunicación comienza a ser bidireccional y con un usuario que participa de forma activa en internet. Las redes sociales toman el poder, la distribución y la monetización; mientras que los usuarios crean contenido y aceptan «nuevas condiciones de uso» haciendo solo «scroll» y «check». En la web 3, (como ha comenzado su popularidad en los años de COVID, la apodaremos cariñosamente «pandemial») la perspectiva vuelve a cambiar: internet pasa a estar construido por una cadena de bloques descentralizadas, «blockchain», es propiedad de los desarrolladores y de los usuarios y es coordinada con tokens.

Nos encontramos entonces frente a una edad dorada para creadores, diseñadores y artistas, una era en la que la autonomía económica ganará peso frente a la empleabilidad en las empresas. La posibilidad de movilidad, flexibilidad y autoregulación serán atractivos para un nuevo estilo de vida adaptada a los continuos cambios personales y del entorno.

Existirá (o ya existe) una explosión de nuevas profesiones como miner@ o granjer@ de datos, los encargados de regular el contenido de la web 3, desarrollador/a de software, analista de datos, growth hacker, expert@ en ciberseguridad, diseñador/a web, gráfico, industrial o de servicios. Todos ellos con un denominador común: el mundo digital y un soporte físico: el ordenador. Pero incluso este soporte físico parece que esbozará límites confusos. El viajar con el ordenador de un sitio a otro será optativo en un futuro no muy lejano. «La nube» nos permite tener nuestro PC o sesión de Mac completa y disponible para abrir en cualquier dispositivo. Una vuelta de tuerca más a abrir nuestro correo electrónico o «sharepoint» desde diferentes dispositivos. Lo que no cambiará: no olvides cerrar tu sesión al finalizar.

Hace unos años no acabábamos de entender qué era o cómo funcionaba un «hashtag», de la misma manera que ahora no entendemos el sistema blockchain.Este nuevo paradigma está abriéndose paso en la sociedad y, si se cumplen los pronósticos de expertos y visionarios, acabaremos viviendo con la web 3 del mismo modo en que ahora vivimos con las redes sociales.
Millenials, generación Z y pandemials: bienvenidos al siglo XXI.