José Luis Escandell en la sede central y centro distribuidor de Coessa, en Sant Jordi. | Daniel Espinosa

TWL
0

Los doce camiones y seis furgonetas de reparto de Coessa Pitiusas han hecho pocos quilómetros este año. La crisis económica provocada por la pandemia y la escasa afluencia de turistas en verano han mermado las cifras de ventas de esta empresa, toda una referencia en el mundo de la distribución de licores y vinos en las Pitiüses. Sin embargo, los cimientos que levantó José Luis Escandell a principios de la década de los ochenta y que ahora apuntalan sus dos hijos, José Luis y Miguel Ángel, continúan siendo sólidos.

No hay empresa distribuidora en Eivissa con más referencias de vinos que Coessa, “más de mil” apunta Escandell, con marcas en exclusivas como Protos, Castillo de Liria, Torremilanos, Campillo o Faustino que conservan en una coqueta y extensísima bodega. Junto al resto de bebidas y licores, además de sus hierbas ibicencas de producción propia, las referencias ofertadas en Coessa superan las 6.500. “Cuando nos piden un producto, enseguida lo tenemos. Hacemos un esfuerzo en dar un buen servicio, de calidad”, explica el fundador de Coessa.

En 1980, José Luis Escandell dejó atrás 14 años como delegado de KAS en las Pitiüses para iniciar su propia andadura en solitario animado por su amigo Ramón Miró, fallecido en 2011 y quien ya había empezado años atrás a distribuir bebidas alcohólicas en Eivissa. “Él fue quien me influyó, quien me dio alas. Tuvimos una amistad auténtica; nos entendíamos solo con mirarnos”, recuerda Escandell emocionado.

Al propietario de Coessa le gusta echar la vista atrás y recordar cómo tras empezar llevando la contabilidad de KAS, le ofrecieron llevar las ventas. “En mi primer año pasamos de vender 64.000 cajas de la bebida de cola, que se llamaba KasKol, a casi 300.000 cajas. Gané tanto dinero que pude casarme con mi mujer un año y medio antes de lo que teníamos previsto. Ganaba cinco veces más que algunos de mis amigos que trabajaban en sucursales bancarias. Alucinaban, no se lo podían creer”, explica Escandell.

El primer hito de José Luis fue conseguir la exclusividad para distribuir la cerveza Heineken en 1984. “Vendí 60.000 cajas en un año. ¡Ganamos muchísimo! Con el dinero que conseguí pude construir otro almacén”, rememora. En la actualidad, Coessa cuenta con un gran almacén en su sede central desde donde sus vehículos distribuyen las bebidas y demás productos a los más de dos mil clientes que tiene repartidos por Eivissa y también en Formentera, donde tienen un representante propio.

Otro salto de calidad fue la apertura hace 28 años de su cash&carry de sa Carroca, en el kilómetro 1 de la carretera de Sant Josep. Un establecimiento que les permitió estar más cerca de sus clientes. Escandell da otra de las claves en el buen funcionamiento de su negocio: “Amabilidad en el trato y un servicio muy rápido para que nuestros clientes no tengan que hacer pedidos demasiado grandes”.

La posición de liderazgo en el sector de la distribución de bebidas en Eivissa permite a Coessa marcar su propio camino, sin tenerse que fijar demasiado en lo que hace la competencia. En este sentido, pide a sus clientes que se fijen “muy bien en los precios cuando les pasamos las listas de productos, porque nosotros no los cambiamos nunca y son los mismos productos que ofrecemos todos. Si lo miraran con lupa a lo mejor no se llevarían algunos desengaños. Nunca cambiamos un precio sin avisar al cliente”.

CESTAS DE NAVIDAD. Otra de las especialidades de Coessa y que más éxito tiene entre sus clientes son las cestas de Navidad. De todos los tamaños y de todos los precios, resulta imposible no encontrar la cesta que uno busca. José Luis Escandell espera conseguir buenos resultados en esta campaña navideña para poder equilibrar las cuentas de 2020, en las que las ventas tan solo han llegado a entre un 25 y un 30 por ciento en comparación con las del año anterior, cuando Coessa facturó alrededor de 15 millones de euros.

“Nosotros este año lo aguantaremos. Si vinieran uno o dos más como este sería imposible. A corto plazo y en esta situación solo pueden funcionar las empresas que sean propietarias de sus locales”, avisa.

EQUIPO. Coessa tiene una plantilla fija de 24 trabajadores que en verano aumenta hasta los 37. Pero no todo el mundo puede formar parte del equipo de esta empresa. Escandell busca un perfil muy determinado: trabajadores ambiciosos, con ímpetu, conocedores de la realidad de la isla, decididos y con carácter que ayuden a crecer a Coessa y que creen buen ambiente. A simple vista parece fácil pero, en realidad, no lo es. El problema para encontrar trabajadores acordes a las exigencias de Escandell no es exclusiva de esta empresa sino que es un problema generalizado en toda la isla.

En cualquier caso, José Luis asegura que responde a la fidelidad de sus empleados con un sueldo acorde a los resultados conseguidos y lo demuestra el hecho de que en la plantilla continúan el jefe de ventas, el jefe de almacén y el contable que empezaron con él hace 40 años.

“Cuando empecé era el administrador, el creador y el peón, yo hacía todo. Ahora mis hijos son dos puntales muy importantes y tengo un equipo muy bueno. Siempre se dice que el personal es el tesoro más grande que tiene una empresa y en Coessa, y lo digo de corazón, tenemos un personal increíble”.

FUTURO. José Luis Escandell cumplirá 70 años en 2021 y a pesar de que está “medio” jubilado, acude cada mañana al centro de operaciones de Coessa para seguir moviendo los hilos de su empresa. “Me ha costado mucho sudor y esfuerzo”, justifica José Luis al explicar por qué aún no cede de manera definitiva el testigo a sus hijos. En todo caso, la continuidad generacional del negocio está asegurada ya que ambos hace tiempo que trabajan en la empresa y conocen todos sus entresijos. También explica que no quiere para sus vástagos las 14 y 15 horas diarias que él echaba en Coessa al inicio y que le provocaron algún que otro problema de salud. “Yo quiero que mis hijos trabajen para vivir y no al revés”, asegura. Escandell también tiene palabras de agradecimiento para su esposa, sin la cual, dice, esta historia de éxito empresarial no habría sido posible, para añadir que “a mí nadie me ha regalado nada de lo que tengo”.