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Los máximos responsables de diferentes asociaciones empresariales de Baleares repasan cuál es la situación de su sector. En general, la actividad se ha visto sustancialmente reducida y las previsiones de futuro no son buenas. Exoneraciones fiscales y ayudas para conseguir liquidez son algunas de las principales peticiones.

Carmen Planas, presidenta de CAEB, apuesta por estimular el arranque de la economía, si bien precisa que hay que priorizar la seguridad de las personas. «Es preciso reactivar cuanto antes la actividad de aquellas empresas y sectores capaces de impulsar la demanda interna para evitar el colapso económico de Baleares. Lo primero son las personas y sabemos que es prioritario luchar contra la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, pero ahora lo que está en riesgo es nuestro estado de bienestar», explica. Planas se muestra reivindicativa ante el Gobierno de Madrid para favorecer la supervivencia de las empresas. «Es necesario que el Gobierno mantenga las mismas condiciones de los ERTE por fuerza mayor mientras haya restricciones a las empresas y también que las administraciones asuman su responsabilidad a la hora de proveer los EPI. Los empresarios seguimos esperando respuestas aún pendientes y urgentes, como la suspensión del pago de tributos como el IVA, IRPF o las cotizaciones a la Seguridad Social», señala.

Jordi Mora, presidente de PIMEM, resume la situación actual de sus empresas asociadas desde tres pilares. «La parte laboral ha sido solucionada muy correctamente y los ERTE de fuerza mayor salvarán muchas empresas y puestos de trabajo. Hemos pedido poder transformar los ERTE de fuerza mayor a ERTE por productividad para incorporar a los trabajadores de forma gradual», indica. En el ámbito de la liquidez, asegura que no está llegando a las empresas. Mientras que respecto a la Mesa Social de diálogo entre Govern, sindicatos y patronales, señala dos aspectos. «En positivo, destacar la prestación extraordinaria para los autónomos, que no había existido nunca. Y en negativo, la moratoria de impuestos de IVA, Renta y Sociedades, que no ha podido ser», dice. Añade también que no dan por perdida la temporada turística 2020, aunque será «atípica y floja», y ve «oportunidades» en esta crisis para el producto local y el comercio de proximidad.

La presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), Maria Frontera, explica que todo su sector está cerrado, pero que trabaja para una reapertura con todas las garantías sanitarias hacia clientes y empleados. «Somos una actividad no esencial y sin actividad desde el pasado 26 de marzo. Por la importancia del sector turístico es fundamental la ampliación de los ERTE de fuerza mayor más allá del estado de alarma, con el fin de garantizar la supervivencia de empresas y la protección de los trabajadores hasta que no se reanude la actividad. Además, necesitamos medidas de calado como rebajar la presión tributaria, mejorar las líneas de liquidez a las empresas... Somos un sector responsable y resiliente. Como dice el eslogan de la campaña que hemos lanzado desde la FEHM, el sol volverá a brillar y os esperamos para disfrutarlo juntos», afirma.

El presidente de la Asociación de Constructores de Baleares, Eduardo López, asegura que la productividad ha bajado y augura que si no hay medidas importantes que incentiven las inversiones la actividad se irá reduciendo. «No somos una actividad esencial, pero ahora estamos trabajando, aunque lo hacemos con una productividad del 60% de media con respecto a antes de la crisis. Las empresas dedicadas a reformas y rehabilitaciones están paradas, puesto que no se permiten obras en edificios plurifamiliares donde viven personas. Es primordial la agilización de trámites administrativos para que el sector continúe con su actividad, así como los incentivos a las reformas hoteleras, en vivienda asequible y en mejora de nuestras infraestructuras. Si no se aprueba un paquete de medidas importante las empresas del sector irán reduciendo su actividad de forma considerable, con la destrucción masiva de empleo que conlleva», indica.

La reapertura de los comercios en países como Alemania podría hacer pensar que estos establecimientos serán de los primeros en abrir sus puertas, pero Toni Fuster, presidente de Pimeco, explica que no tienen ninguna información oficial al respecto. «Pedimos la flexibilización de los ERTE, porque la normativa actual perjudicará a los comercios de costa. Baleares tiene una idiosincrasia diferente. También nos gustaría que las comunidades tuvieran poder de decisión en la desescalada. Fuster califica de «indignante pero legal» que las plataformas digitales puedan vender productos no esenciales. «Nosotros podríamos hacerlo, pero no estamos formados para tener una tienda virtual ni es suficiente con una web. Es complicado que sea factible, no creo que la salvación del pequeño comercio sea el mundo digital. Sí que deberíamos trabajar en tener una base de datos de nuestros clientes, para poder contactar con ellos», indica. Añade que, tal y como ya decían antes del confinamiento, la clave del futuro es ver cómo reaccionará el cliente y qué perfil de comercio escogerá, recordando la campaña ‘Tu tens la clau'.

Luis Martín, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Baleares (Proinba), apunta a que las previsiones de futuro son muy malas. «Solo continúan obras a medio ritmo, si bien la parte administrativa está prácticamente parada. Es importante desbloquear las administraciones para que no se demore la concesión de licencias, las certificaciones de final de obras, las cédulas de habitabilidad y los trámites con el Registro de Propiedad. A corto plazo, las previsiones son muy malas. A medio plazo, las previsiones siguen siendo malas, pero a largo plazo podrían ser buenas con la remisión de las crisis sanitaria.

El presidente de la Asdociación de Fabricantes y Empresas Auxiliares de la Construcción de Baleares (Afaco), Mateo Oliver, asegura que ya se produce un descenso en las ventas y que las previsiones de futuro son pésimas. «Nuestro sector pertenece a la industria no esencial, pero está trabajando. De momento, ya hay un descenso de ventas y se prevé que la caída se agrave para 2021. Las previsiones de futuro son pésimas, la hostelería no realizará reformas y el gobierno no tendrá recursos para realizar obras pública o viviendas de protección oficial. Esperamos que el próximo año habrá un descenso brutal en nuestro sector», significa.

Javier Millán-Astray, director general de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), reclama mayor apoyo fiscal y financiero a las empresas para mantener el máximo número posible de puestos de trabajo. «A excepción de la distribución alimentaria, está todo el sector cerrado. La situación es crítica, pero estamo a tiempo de tomar medidas. Lo más importante es facilitar un diálogo social abierto, sincero e independiente para acordar y proponer las medidas de flexibilidad necesarias que posibiliten salvar empresas y mantener el mayor número posible de empleos. Las ventas en algunas categorías de no alimentación pueden caer entre un 25% y un 50% este año. En unos meses, la caída puede ser mayor que en los cinco años de la crisis anterior», señala.

Andreu Vidal, presidente de la Asociación Empresarial de Distribuidores de Automoción de Baleares (Aseda), es pesimista. «Ahora mismo, la situación es de gran preocupación y con todas las empresas inmersas en ERTE por fuerza mayor. Nuestra petición princial es que faciliten el encadenamiento de estos ERTE de fuerza mayor con ERTE por causas económicas y así poder ajustar nuestra estructura a la demanda. A corto plazo, habrá una fuerte caída de la demana, aunque esperamos un inicio moderado de la actividad a medio», indica.

Antoni Gayà, presidente de la Federación de Empresarios de Comercio de Baleares (Afedeco), asegura que su sector no es uniforme. Explica que unas empresas se han visto afectadas por el estado de alarma y otras, en cambio, no. «En nuestro sector tenemos de todo, tanto empresas reconocidas como esenciales como otras que no lo son. Algunas de las actividades que desarrollan empresas asociadas a Afedeco no se han visto perjudicadas, mientras que otras han tendio que cerrar desde el inicio del confinamiento. Los supermercados están teniendo un buen índice de ventas, mientras comercios como el textil tiene gastos y cero ingresos», indica. Reconoce que la práctica totalidad de las empresas que no son esenciales han tenido que realizar un ERTE y explica que entre los asociados cunde el desánimo. «Existe un desánimo generalizado porque no llegan las ayudas de la manera que quisiéramos ni en los tiempos previstos. Muchas empresas se van a tener que endeudar y otras ni podrán abrir. Por eso, insistimos en la exención fiscal», señala.

El presidente de la Agrupació Balear d'Empreses de Neteja (Abenet), Ángel Llull, afirma que la facturación ya ha bajado y estima que llega una crisis muy importante. «Nuestras empresas están teniendo una bajada de facturación en torno al 35% y se espera que suba en los próximos meses. Pedimos que se extiendan los ERTE por causa mayor y moderación o congelación salarial para este año, puesto que en nuestro sector está previsto un incremento del 4% en agosto, que no es posible asumir con la crisis que se prevé», explica.

Pedro J. Payeras, presidente de la Federació de la Fusta de les Illes Baleares, afirma que su sector, aunque trabaja, padece serias dificultades y proyecta un pésimo escenario de futuro. «Los procesos de fabricación e instalación tienen un sobrecoste muy elevado debido a las medidas adoptadas, añadiendo a las dificultades la recomendación de horario continuo, la imposibilidad de trabajar en viviendas habitadas y la dificultad de disponer de EPI obligatorios y especialmente mascarillas. Las previsiones son muy negativas a corto, medio o largo plazo», manifiesta.

El presidente de la Asociación Patronal de Abogados de Baleares, Pedro Moll, afirma que la actividad es mínima y que la situación es insostenible. «Los abogados somos una actividad esencial, aunque la actividad es mínima como consecuencia de la suspensión de los plazos decretados por el estado de alarma y de la completa paralización de la administración de justicia. La situación es insostenible. Entendemos que podría retormarse la actividad cumpliendo medidas de distanciamiento interpersonal y con la utilización de EPI», asegura.

Margalida Obrador, presidenta de la Associació Balear d'Industries de la Carn (Asobic), asegura que el sector, en general, está trabajando y enumera una larga lista de reivindicaciones. «Las empresas que se dedican al canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) han solicitado acogerse a un ERTE. Entre el resto, hay de todo tipo. Pedimos a las administraciones que garanticen el suministros de EPI, que se realicen test PCR de coronavirus a los trabajadores, la bonificación de nuevas incorporaciones laborales, que se subvencione la congelación de la carne...», afirma.

El presidente de la Associació de Professionals i Empreses de Turisme Actiu i d'Aventura de les Illes Baleares, Ricardo Aracil, asegura que su sector está paralizado y reclama las mismas ayudas que puedan recibir las empresas turísticas. «Somos un sector no esencial y no tenemos ningún tipo de actividad. Hay empresas en peligro de extinción. Queremos las mismas medidas de apoyo que tengan las empresas turísticas», manifiesta.

Rafael Roig, presidente de la Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT), hace una radiografía del sector muy negativa en estos momentos y no prevé una recuperación media hasta 2022. «El transporte de mercancías es esencial y está trabajando, aunque con una caída media del 70%. El transporte regular de viajeros esencial funciona con fuertes restricciones de servicio. El discrecional está completamente parado. Los taxis, solo están autorizados el 20% y los rent a car solo pueden dar servicio a otros servicios esenciales o para personas sin vehículo que necesiten acceder a compras de alimentos o medicinas. Los VTC están totalmente paralizados. La previsión a corto plazo es es muy negativa. En la temporada 2021 la recuperación será baja y esperamos que en 2022 la situación mejore un poco», explica.

Carlos Moyá, presidente de la Asociación de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y de Telecomunicaciones de Mallorca (Asinem), afirma que una parte de los asociados están prácticamente sin actividad y que la situación es muy preocupante, al tiempo que augura que las empresas menos saneadas no podrán aguantar y tendrán que cerrar. «Tenemos que atender a todos los servicios esenciales y también se hacen trabajos en el ámbito no esencial en obras donde no haya personas ajenas a los técnicos. Sin embargo, una parte importante de nuestros asociados están prácticamente sin actividad, atendiendo solo averías. La situación es preocupante. Las empresas menos saneadas no podrán aguantar y tendrán que cerrar. Nos falta una palabra mágica para estos tiempos: seguridad», señala.

El presidente de la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome), Luis Pablo Casals, dibuja un futuro de incerteza. «El sector hotelero está cerrado, sin actividad. La situación es de máxima incertidumbre, sin saben si vamos a poder abrir. Las peticiones más importantes son la suspensión de impuestos, del impuesto turístico, del canon de agua... Nuestro sector necesita una fecha de apertura para poder hacer previsiones», manifiesta.

Francisco Martorell, presidente de la Asociación de Industriales de Mallorca (Asima), asegura que, pese a que las actividades de las empresas son muy variadas, la actividad se ha reducido de forma considerable. «Se está trabajando a un 30%, aunque los polígonos de Son Castelló y Can Valero están prácticamente sin actividad. El futuro es incierto. Desde Asima no nos atrevemos a hacer pronósticos en un ambiente de tanta incertidumbre», afirma.

El presidente de la Asociación de Industriales Instaladores, Andreu Arbona, afirma que una parte importante de sus asociados están prácticamente sin actividad. «Hoy por hoy, se mantiene la actividad en las obras nuevas, aunque hay promotores que han cerrado las obras por no poder cumplir con las medidas de seguridad al no disponer de EPI. La mayoría de los instaladores que no trabajan en obra nueva están prácticamente sin actividad», manifiesta.

Bartolomé Binimelis, presidente de la Asociación de Fabricantes de Áridos de Baleares (AFA Baleares), manifiesta que la actividad se ha reducido muy por debajo de lo normal. «Actualmente podemos trabajar, aunque el nivel de actividad se mueve entre un 30% y un 40% de lo esperado. A corto plazo, pensamos que existirá la demanda de áridos de forma moderada, mientras que a medio y largo plazo hay preocupación e incertidumbre sobre cómo la Administración va a enfocar y ejecutar la reactivación», indica.

La presidenta de los Empresaris Veterinaris de les Illes Baleares (Emvetib), Delia Saleno, afirma que el parón en su actividad es significativo y tendrá un gran impacto. «Nuestro sector ha visto reducida su actividad a un 50% aproximadamente. El futuro es incierto. El impacto será grande. Por un lado, por la falta de poder adquisitivo de la población y, por otro lado, por la ausencia de movilidad internacional de los residentes temporales, que representan un alto porcentaje de los clientes en los centros sanitarios veterinarios», asegura.

La presidenta de la Asociación de Centros de Buceo de Baleares (Acbib), Carolina M. Molina, recuerda que su sector está completamente paralizado y que pronosticar el futuro es complicado. «Somos un sector no esencial y no tenemos actividad. La temporalidad de nuestro negocio aumenta la necesidad de liquidez, ya que la llegada a nuestro siguiente ciclo productivo es mucho más lejana», afirma, al tiempo que insta a las administraciones a contribuir a la supervivencia de las empresas. «Queremos que se reconozca a nuestro sector como clave en la activación del turismo, que se paralicen los tributos relacionados con la actividad, exenciones de los impuestos de sociedades 2019, así como del IAE... Es muy difícil realizar una previsión realista con tanta incertidumbre», señala.

El presidente de la Federación Balear de Empresas del Metal (Febame), Jesús Vidal, augura un futuro incierto. «Nuestro sector está trabajando salvo las reformas de viviendas que estuvieran ocupadas o hubiera vecinos en la finca. Trabajamos, en general, a un ritmo más lecto. El sector necesita equipos de protección y reclamamos una demora en los impuestos, además de mayor agilidad en la tramitación de préstamos. El futuro es incierto, pero no se augura una buena previsión a medio ni a largo plazo, si bien dependerá de la actividad turística y de la construcción», explica.

Wàlfrid Ivern, presidente de la Asociación de Mutuas Patronales de Accidentes de Trabajo de Baleares (Balmat), asegura que las previsiones de futuro no son buenas ni a corto ni medio plazo. «Nuestra actividad es esencial. La situación, en general, es mala. Nuestras peticiones más importantes son EPI, test y financiación. A corto plazo, la previsión de futuro es mala, pasando a muy mala en el medio plazo y a totalmente desconocida en el largo plazo», asegura.

La presidenta de la Associació de Productores Audiovisuals de Baleares (Apaib), Aline Tur, asegura el trabajo está prácticamente paralizado del todo. «Somos un sector no esencial y, en su mayor parte, el trabajo está paralizado. La mayoría de empresas han reducido su actividad al mínimo y declarado un ERTE. El cálculo de progresión de pérdidas hasta marzo es de 3.408.500 euros y 1.147 contratos; hasta abril, pérdidas de 6.504.500 euros y 2.442 contratos; hasta mayo, pérdidas de 9.160.500 euros y 3.512 contratos; y hasta junio, pérdidas de 15.048.500 euros y 6.453 contratos», asegura.

El presidente de la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas de Baleares (Apeam), Miquel Puigserver, afirma que la actividad está paralizada y que las perspectivas no son buenas. «La actividad náutica está totalmente parada, independientemente de que sea esencial o no, tanto marinas, como la reparación y mantenimiento y, con unas perspectivas muy catastrofistas, máxime cuando todos los indicadores marcan que no se iniciará la actividad hasta finales de verano. Además, el sector lamenta percibir una mayor atención a Canarias que a Baleares. El chárter está sin actividad, con el 99% de plantillas en ERTE. En cuanto a las navieras, en lo que pertoca al tráfico de pasajeros entre Eivissa y Formentera, valdría más que nos obligasen a parar de inmediato, ya que en los servicios mínimos marcados por ley, los pasajeros transportados no cubren ni los gastos de combustible. Nuestras principales peticiones son la exoneración del pago de todas las tasas portuarias, mientras dure la pandemia o el estado de alarma, así como ayudas por parte del gobierno central en cuanto a las contrataciones de personal», señala.

Diego Colón de Carvajal, presidente de la Asociación Española de Grandes Yates (AEGY), explica que el nivel de actividad se ha reducido de forma considerable. «En el área industrial, tenemos un 30% de actividad y bastante menos en el área de servicios. Las previsiones a corto y medio plazo no son buenas», indica.

Guillermo Torres, presidente de la Asociación de Empresarios Farmacéuticos de Baleares (AEFB), recuerda que su actividad está catalogada como esencia y asegura que las previsiones son ahora mismo complicadas. «Somos una actividad esencial. Creo que se está produciendo una infrautilización de la farmacia por parte de la administración. El farmacéutico, como profesional sanitario más próximo a la población, podría ser un importante agente para poner en práctica distintas políticas sanitarias. Hacer una previsión es complicado, depende de cuándo y cómo salgamos de esta situación», afirma.

El presidente de la Asociación Balear de Software, internet y nuevas tecnologías (Gsbit), Xavier March, explica la situación del sector. «Hemos conseguido el compromiso para que nuestros CNAE sean catalogados ERTE de fuerza mayor. Muchas de nuestras empresas han presentado ERTE de reducción de jornada y parciales en cuanto a la plantilla, pero seguimos activos y aportando valor a otros sectores. Nuestras peticiones pasan, entre otras, por reivindicar más inversión pública en innovación, productos TIC...», señala.

Tomás Arbona, presidente de la Unión de Asociaciones, Centros y Federaciones de Asistencia a Personas con Discapacidad de Baleares (Unac), explica que la actividad se ha visto muy limitada. «Los servicios de discapacidad están prácticamente suspendido y la actividad se mantiene en la atención en viviendas y residencias. Debido a la situación particular de nuestra comunidad, vemos con cierta preocupación la vuelta a la normalidad para nuestro colectivo», indica.

El presidente de la Escola Catòlica Illes Baleares (ECIB), María del Carmen Polo, augura dificultades. «Somos un sector no esencial que funciona con tele actividad en estos momentos. Auguro dificultades con el personal propio, comedores, actividades complementarias y extraescolares, no con la parte concertada que cubre la Administración», explica.

El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Baleares (Aeba), Jesús Salas, cifra en un 80% la bajada en las ventas. «Somos un servicio esencial y estamos trabajando. La situación es mala, con una bajada de venta del 80%. El gobierno creó mediante una orden ministerial un listado de gasolineras en servicios mínimos, obligadas a estar abiertas con el horario que había antes del estado de alarma, sin poder hacer cambios, utilizando criterios que no tienen sentido, como poner en servicios mínimos gasolineras desatendidas, donde no se puede garantizar la desinfección de las instalaciones. Las bajadas de ventas no se recuperarán hasta que el turismo vuelva a funcionar», señala.

Xisco Mulet, presidente de la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Baleares, augura un futuro con cambios, aunque confía en que el sector supere la actual situación. «Es un momento muy delicado. Tenemos todas las oficinas cerradas y estamos en una situación de paro total de ventas; la conectividad aérea y marítima es escasa. El único trabajo que podemos realizar es solucionar los problemas de nuestros clientes por alguna incidencia motivada por el coronavirus. Veo un futuro con cambios, sobre todo a corto y medio plazo. Dependemos de cómo se desarrolle la enfermedad en nuestro país y en el resto. Confío en que superaremos esta situación y recuperemos la confianza en viajar», explica Mulet, que añade que, en general, «las empresas han presentado un ERTE».

El presidente de la Asociación de Servicios Inmobiliarios (ABSI), Antoni Gayà, explica que la actividad en su sector está paralizada, al tiempo que augura un futuro complicado. «El sector inmobiliario está parado. No somos considerados esenciales y no podemos abrir al público. En la asociación hay inmobiliarias que han presentado un ERTE y otras que no lo han hecho. La previsión es mala por dos razones, prevemos una disminución de la compraventa y, además, una bajada de precios en los inmuebles. Por ello pedimos que nos permitan pasar a ser esenciales y que nos dejen trabajar como a otros sectores», acaba señalando.

La Asociación de Empresarios de Viviendas Turísticas de Menorca, Viturme, presidida por Javier Pons, aboga por prepararse para cuando se acabe la actual situación. «Viturme considera necesario tomar ahora decisiones en el ámbito de la promoción y la ordenación turística. La naturaleza unifamiliar de las viviendas turísticas hace posible que nuestros visitantes puedan pasar sus vacaciones en alojamientos seguros», asegura. «Hemos solicitado al Consell que Menorca debe prepararse para que en el momento en que la movilidad esté permitida podamos estar situados en una posición privilegiada», indica.

La presidenta de la Asociación de Industrias Fabricantes de Materiales de Construcción, Rosabel Sugrañes, afronta el presente con resignación y un gran disgusto. «Nuestro sector no es esencial, pero no podemos cerrar. No podemos hacer un ERTE por fuerza mayor. Funcionamos, pero nuestro trabajo se ha reducido de forma importante. Algunas empresas han presentado un ERTE#parcial, pero en algunos casos no han sido aceptados. No tenemos facilidades por parte de la administración. Es evidente que la construcción no trabaja al 100%», indica. Sugrañes afirma también que no hay una previsión seria sobre cuando se podrá recuperar la normalidad. «Hay que esperar la evolución de la COVID-19, pero no esperamos una recuperación total en un breve espacio de tiempo», asegura.

El presidente de la Asociación Balear de Centros de Formación (Cecap Illes Baleares), Pedro Daniel Pérez, ha solicitado ayuda al Govern para evitar el cierre en masa de los centros. «Hemos solicitado ayuda urgente para evitar que los centros de formación se vean abocados al cierre masivo por falta de alumnos», afirma. Solicitan a la Conselleria y al Ministerio que se revise la posible orden del aprobado general y que a cambio lo sustituya por proyectos personales y que para ayudar a los alumnos se bequen a aquellos que tengan mayores dificultades para que cuando termine el estado de alarma puedan asistir a nuestros centros. Explican que su demana es una llamada de socorro extrema porque viven una situación crítica y los meses que les tocará afrontar serán aún peores.

Biel Moragues, presidente de la Asociación Sindical de Autónomos del Taxi, explica que son un servicio público esencial, obligado a abrir y que no tiene ingresos garantizados. En Baleares, el 80% no puede salir a trabajar, y el 20% tiene que salir de forma obligada. Esto, en la práctica, se traduce en un día de trabajo por cada cinco, o a solo unas horas al día. Reclamaron, y así se ha aceptado desde el Ministerio, que todos los taxistas puedan pedir cese de actividad por fuerza mayor, no por productividad. Esto les da la ventaja de poder cobrar todos los días, mientras que en el caso del cese de actividad por disminución de ingresos si se ha trabajado una quincena, por ejemplo, no se pude acreditar una bajada del 70%. Hasta el momento han aceptado estas condiciones todas las mútuas excepto dos, y con la resolución del Ministerio, esta misma semana, esperan que estas dos cambien el criterio. En Baleares hay unos 2.500 taxistas, unos 1.800 solo en Mallorca. Es pesimista respecto a la situación posterior al estado de alarma. «Hay que garantizar la seguridad de los taxistas y los ingresos a todos por igual. Creemos que en lo que respecta a los ingresos, será peor que un invierno. La situación económica será terrorífica», apunta.

Juan Manuel Ordinas es el presidente de la Associació de Petits Hotels. Considera que la temporada será, en el mejor de los casos, sin beneficios. «Ya se debería estar trabajando en los protocolos para el día después. Yo en 24 horas puedo abrir, pero no basta con abrir las puertas. ¿Si abrimos, cómo? En los aviones, ¿cuánta gente y en qué orden deberán sentarse? En los autobuses, ¿cuántos pasajeros se podrán trasladar? ¿Cómo se desinfectarán los autobuses? ¿Cómo tendrán que ser los buffets, la capacidad de los ascensores, la limpieza de las habitaciones…? Solo se habla de la fecha de apertura, pero hay mucho más que decidir. Y como opinión personal, me parece que los clientes escogerán viajar en coche antes que subirse a un avión», señala.

Eugenia Cusí, presidenta de Restauración, indica que ahora mismo todo es incierto. «La recuperación dependerá de la capacidad del Govern de garantizar la seguridad sanitaria y contribuir a la regeneración económica. Todavía estamos a tiempo, las empresas nos estamos informando para hacer test a todos los empleados y tendría que haber una normativa a seguir para poder acreditar nuestra seguridad e higiene», señala. Critica la inseguridad jurídica que genera pedir préstamos ICO ante la necesidad de conseguir tesorería. «Normalmente tenemos tesorería para un mes y medio, y necesitamos liquidez para un año, prácticamente todo 2020 estaremos sin ingresos. O nos ayudan o cerraremos», lamenta. También indica que habrá un cambio de comportamientos que puede chocar con los hábitos culturales: «Se hará difícil ver mesas separadas con mamparas, puede dar la sensación de estar en una prisión, tendremos que ser sensibles al nuevo cliente», añade, señalando el papel de las patronales con un «trabajo inmenso» para acompañar a los empresarios ante el «desamparo» de las administraciones.

Rafa Rubio, presidente del Gremio de Peluquerías, indica que su sector lo está pasando «bastante mal». Predominan las microempresas y más del 90% son mujeres. «Tenemos cero ingresos y muchos gastos. Desde el 14 de marzo estamos cerrados. El primer decreto permitía los servicios a domicilio, pero todos los que han hecho un ERTE o cese de actividad de autónomos no pueden trabajar. Además, estamos desabastecidos de material necesario para hacerlo, porque durante los primeros días de confinamiento, cuando faltaban EPI, entregamos el material que teníamos a los hospitales y residencias», manifiesta.

Carmen Planas, presidenta de la Unión Balear de Entidades Sanitarias (UBES), considera «preocupante» la situación de la sanidad privada. «Hemos puesto nuestros recursos a disposición de las administración sanitaria antes de la declaración del estado de alarma, y con el estado de alarma se declaró esencial. En estos momentos, la situación es preocupante. En las clínicas y hospitales estamos realizando un 20% de la actividad en general, prácticamente urgencias. Uno de cada cuatro pacientes con COVID-19 se ha atendido en nuestros centros. No tenemos medicina turística ni actividad sanitaria ordinaria -consultas, intervenciones… Somos un sector fundamental y esencial en el que trabajan un 5.000 profesionales. Pedimos participar en un plan especial de recuperación de la actividad sanitaria ordinaria de la Comunidad», señala. En cuanto al futuro próximo, considera que costará volver a la normalidad, pero recuerda que son un «sector esencial» para dar «seguridad al destino» en la recuperación del turismo internacional.

Francisca Picornell, presidenta de la Federación de Escuelas Infantiles, está muy preocupada por la situación del sector. «Aglutinamos tanto escoletes, reguladas por la Conselleria, como guarderías. Desde hace diez años pedimos una regulación para las guarderías. Ahora, me temo que muchas empresas tendrán que cerrar. Nos preocupa que los ERTE de fuerza mayor comprometen a tener el personal durante seis meses, pero si los padres no trabajan, no traerán a los niños. Los centros que lo pasan peor son los de las zons turísticas. El peligro es que toda la actividad acabe en economía sumergida», indica.

Jeroni Valcaneras es el presidente de UATAE Baleares, la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores. «Tener una ayuda es un avance enorme en los derechos de los autónomos. Aunque es insuficiente, estamos contentos. Pero la exención de la cuota de autónomo no nos soluciona nada. El verdadero problema son los gastos vinculados a la actividad, alquileres y préstamos», explica. Han pedido al Gobierno que baje el umbral del 75% de la disminución de ingresos de los autónomos para tener acceso al cese de actividad y que se tenga en cuenta a los autónomos de temporada que no estaban de alta, que en Baleares son casi 10.000. También explica que la mitad de los préstamos ICO que se solicitan se deniegan. «Creemos que el Gobierno debe hacer una inyección de liquidez para ayudar con los gastos vinculados a la actividad y los ERTE#deberían ser mucho más flexibles, porque si no se convertirán en ERE», añade.

El presidente de la Asociación de Instalaciones Náuticas y Deportivas de Baleares (Anade), Antonio Zaforteza, repasa el panorama de sus asociados. «El sector de instalaciones náuticas, puertos deportivos y varaderos, está activo al ser considerado esencial, aunque la actividad que genera ingresos es muy baja. En el sector los gastos fijos son los mismos, pero los ingresos son muy inferiores. La principal petición es que se permita la navegación recreativa al ser una actividad al aire libre y en unidades aisladas», señala.

Alfonso Robledo, presidente de la Asociación de Restauración, ve un futuro complicado. «La situación es de cierre obligatorio del sector. Y, sin ayudas, el 90% de los establecimientos no podrá volver a abrir», señala. Como medidas paliativas para el sector, pide una mayor flexibilidad de los ERTE, cancelación o condonación de impuestos y bonificaciones de cuotas sociales, entre otras medidas. También esperan que se compense el aforo que se perderá dentro de los locales con las medidas de distanciamiento con incremento del aforo exterior.

Alfonso Rojo, presidente de PIMEEF, explica que la situación es muy complicada tanto para los comercios de todo el año como para los de temporada. «La financiación tarda en llegar, se aplazaron los impuestos el día anterior, era difícil demostrar la bajada de ingresos... Al final se han tomado medidas, pero tras varias rectificaciones y nos han hecho sufrir», indica.