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Agradezco que mientras dure la crisis del COVID-19 pueda intentar explicar cuál puede ser el impacto de la crisis en el sector económico. Quizás sería conveniente intentar contestar a la pregunta que me han hecho varias personas: ¿cómo financiará el Gobierno español los enormes gastos que debe y deberá dedicar a paliar la crisis económica provocada por el COVID-19?

Reparemos ante todo en la magnitud de los gastos: los sanitarios para hacer frente al virus, los derivados de los ERTE, los que se derivarán de los 100.000 millones en avales, los que se generarán si se ayuda a los alquileres o se otorga una renta mínima a los más desfavorecidos… Y cada día que la economía está parada, los costes para las empresas serán mayores y mayores serán al estar todos los sectores no esenciales parados. Y los costes dependen también de las decisiones del Gobierno, como se ve claramente con la última que ha adoptado: para intentar acortar el periodo de crisis sanitaria, ha decidido paralizar la actividad económica no esencial para que haya más gente en sus casas pese a que ello agrave el coste diario de la crisis al haber más empresas en paro.

Al final, ¿se habrá ahorrado más paralizando aún más la actividad económica para que la crisis sanitaria dure menos o se habría ahorrado más si no se hubiera decretado tal paralización casi total y la duración de la crisis sanitaria fuera mayor?

Lo que sí es relevante es notar que el Gobierno ya no se ha visto capaz de asumir los ERTE que necesariamente se hubieran derivado de su decretado parón de los servicios no esenciales, por lo que ha decidido que lo soporten las empresas, estableciendo que sus trabajadores están de permiso retribuido mientras dure el parón. Pero puede que, al final, tampoco las empresas puedan soportar el pago de las nóminas y el resultado sea peor.

En definitiva, como señala un informe económico de una universidad americana, habrá que evaluar al final el coste económico de las decisiones de los políticos. Y, en todo caso, no es equitativo que los empresarios que hace solo dos semanas no podían materialmente seguir con su actividad sí podían solicitar un ERTE y que ahora los empresarios a los que el Gobierno les impone un parón deban abonar el salario de los trabajadores.

Pues bien, para hacer frente a los ingentes gastos que le costará al Gobierno la crisis económica derivada del COVID-19, este, junto con otros Gobiernos de países del sur de Europa, ve imprescindible que se emitan eurobonos, lo que no se ha hecho nunca. Los eurobonos son bonos, deuda, que se emite con la garantía de los estados de la UE, lo que al final quiere decir con la garantía de Alemania y los estados del norte de Europa, garantía de estos países que es lo que hará que los bonos se suscriban y que lo hagan a un interés moderado.

El diferente nivel de garantía de los estados se puede medir, como sabemos y por ejemplo, por el tipo de interés del bono a 10 años: en España era el día 18 de marzo del 1,24% y en Alemania el del -0,24%. Ahora bien, son precisamente estos países los que no están dispuestos a su emisión porque no quieren que su economía se vea lastrada por la emisión de unos bonos para ayudar a los países del sur de Europa (estos bonos tendrán un interés más alto que el de los bonos alemanes). La postura de ambos grupos de estados es lógica y habrá que ver cuál se impone y, si se emiten los eurobonos, en qué condiciones.

Si no se emiten estos eurobonos, la posición del Gobierno español será muy difícil, pero mientras tanto hay que señalar que el Banco Central Europeo sí ha tomado recientemente, el día 18 de marzo, una medida que puede ayudar mucho a España porque en sus efectos económicos son parecidos a los eurobonos. El BCE ha decidido comprar deuda hasta una cifra de 750.000 millones de euros.

Ello significa lo siguiente: la deuda que, por ejemplo, emite España, la comprara a sus tenedores el BCE. Así, los que suscriben la deuda tienen esta “garantía” del BCE, lo que determina que la deuda española se suscriba y se suscriba a un interés más moderado (así, el tipo de interés del bono español a 10 años bajó el día 19 a 0,84%). Basta saber si ello bastará.

Y, una vez más, hay que acabar preguntándose: ¿tiene el Gobierno un Plan B, si no se emiten eurobonos y no basta el mecanismo del BCE? No lo sé, pero los indicios son que, en realidad, no tenía Plan A (como tampoco lo tenían la mayoría de los Gobiernos occidentales). Pero parece conveniente tener diseñadas, al menos, una serie de medidas de todo tipo para el supuesto de que ni los eventuales eurobonos ni las decisiones del BCE basten.

En todo caso, incluso si el Plan A funcionase, una serie de medidas se deberían adoptar: la mercantil básica, prorrogar, una vez finalice la crisis sanitaria, el parón temporal en la ejecución de las deudas y, en consonancia, el parón en las solicitudes de concurso. Si ello no se hace, el tejido económico puede quedar destrozado.