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Hermanos Meneghello es una de las grandes empresas de distribución de alimentos de la isla de Eivissa. Su historia se remonta 35 años atrás, cuando un matrimonio italiano y sus dos jóvenes hijos, Pier Paolo y Andrea, montaron un restaurante en Santa Eulària. “Veníamos de Alemania, de trabajar con una compañía que tenía 20 restaurantes por todo el país, y yo era el chef más joven de la empresa. El restaurante funcionaba muy bien y como en 1984 solo había dos restaurantes italianos, venía gente de todas partes a probar nuestras pizzas”, explica Pier Paolo Meneghello, que junto a su hermano menor, Andrea, dirigen Hermanos Meneghello.

El éxito de su comida fue tal que un cliente les pidió que elaboraran pizzas para su restaurante. Así que una vez cerraban su negocio, ellos seguían en la cocina cocinando pizzas para otros. “Por la noche producíamos las pizzas y por la mañana las íbamos a repartir entre los más de veinte clientes que teníamos; trabajábamos día y noche. Y al tercer año, aunque el restaurante funcionaba, nos pareció más atractivo producir nuestras pizzas y decidimos montar la fábrica de Pizzas Pam, y durante décadas hemos vendido nuestras pizzas a hoteles, restaurantes y supermercados”, recuerda Pier Paolo. Además de pizzas, Meneghello también producía pasta fresca y productos de quinta gama para hoteles, es decir, aquellos que han sido procesados y parcialmente preparados para su consumo que se mantienen congelados.

Hace quince años, Hermanos Meneghello se trasladó a sus actuales instalaciones situadas en el polígono de Montecristo. “Empezamos con la distribución de productos italianos, luego cogimos una exclusividad de comida mexicana y ahora somos distribuidores de Cominport, que pertenece al grupo Foodex y es la distribuidora de productos asiáticos. También tenemos Wiberg, que son los mejores en especias, o los chocolates Valrhona, que son los mejores que hay. Con los años hemos ido ampliando gama”, el hermano mayor de los Meneghello. Unos productos que distribuyen a casi 2.000 clientes entre restaurantes, hoteles, caterings, bares y supermercados de Eivissa y Formentera.

OBJETIVO. Pier Paolo destaca que el crecimiento de su empresa “ha sido muy lento porque queremos hacer las cosas bien. No queremos hacer más de lo que podemos para después quedar mal con el cliente”. De hecho, las novedades que se implantan en Hermanos Meneghello primero se llevan a cabo en un plan piloto el primer año. “Nuestro principal objetivo es dar un servicio cinco estrellas a nuestros clientes, que cuando levanten el teléfono ya tengan el material en su casa”, apunta Pier Paolo.

El tener que trabajar con un gran stock de productos provoca que Hermanos Meneghello tenga implantado un complejo sistema que tiene que estar muy bien engranado para que todo funcione a la perfección y sus clientes tengan el producto que piden prácticamente al momento. “Los clientes cuando te piden una cosa, la quieren ya, y el trabajo se tiene que hacer bien. Hay que tener siempre un plan B, nuestra obligación es resolver los problemas. Trabajar en una isla lo complica, pero llevamos muchos años y lo tenemos controlado”, señala Meneghello. Un trabajo que en verano prácticamente se incrementa exponencialmente. Es por esta razón que la empresa incorpora a los trabajadores de temporada un mes antes de que esta empiece para que ya tengan el rodaje hecho y estén completamente preparados para los meses con más carga de trabajo. Una plantilla que roza el medio centenar de trabajadores en verano, además de 26 vehículos con los que se reparte el género por todas las Pitiüses.

MENEGHELLO FISH. Desde hace cinco años, Meneghello ha incluido una nueva línea a su gama de productos con el objetivo de distribuir pescado a sus clientes junto al proveedor Videla, líder en el sector de la distribución de pescado fresco y congelado a nivel estatal que tiene un equipo de diez personas encargadas solo para los productos que demanda Meneghello Fish. “Tenemos género de primera, pescados de los mejores caladeros y nuestros clientes están muy contentos”, destaca Meneghello. La manipulación del pescado se lleva a cabo en otra nave situada también en el polígono de Montecristo que dispone de espacio para congelado, frío, manipulación y un vivero para bogavantes y langostas. Todo bajo la supervisión de un equipo de profesionales cualificados que cumple con los requisitos sanitarios que marca la legislación vigente.

SECTOR CAMBIANTE. En la nave principal, Hermanos Meneghello dispone de una tienda gourmet que les sirve de “escaparate” de los principales productos que distribuye en Eivissa y Formentera y ofrece la oportunidad de encontrar productos que no se encuentran fácilmente en otros establecimientos. “En los últimos diez años el nivel gastronómico en Eivissa ha cambiado mucho; ahora tenemos un nivel altísimo. Aquí vienen los mejores chefs que gastan los mejores productos y que demandan cosas que hace una década no sabíamos ni que existían. Es un sector que está cambiando constantemente”.

El haber trabajado en una cocina permite a los hermanos Meneghello saber qué es lo que buscan exactamente muchos de sus clientes. “Nosotros no ofrecemos nada que no hayamos probado y que no nos guste; si lo tenemos es porque creemos en él”, apunta Pier Paolo, quien añade que en sus instalaciones se llevan a cabo master classes y cursos de cocina molecular y de pastelería con los mejores cocineros de la isla.

Uno de los secretos de Hermanos Meneghello es que “somos una gran familia con un alto nivel de compañerismo, por lo que las cosas son siempre más fáciles. Nosotros no miramos el currículum de los trabajadores sino su perfil personal porque, por ejemplo, nuestros repartidores son nuestros principales vendedores y la confianza que los clientes ponen en nosotros tiene que ser respaldada con seriedad”, apunta Pier Paolo. Una aventura empresarial que empezó su padre, Antonio, a quien su hijo mayor califica de “visionario, sabía lo que iba a pasar antes de que pasaran y tenía mucho carisma”. Una familia que tiene sus orígenes en la ciudad de Verona, pero que ha echado raíces en Eivissa, la tierra en la que han visto cumplidos sus sueños.