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Dos años lleva la bolsa española, y más concretamente el IBEX 35, dando rentabilidades negativas, mientras que otras plazas como París, Fráncfort o Nueva York obtienen jugosos beneficios.

Ya hemos hablado mucho sobre los factores por los que ha ocurrido esto: incertidumbre política, Brasil y bancos han sido los principales culpables. De ellos hay dos que parecen haber tranquilizado al mercado, quedando solo en entredicho la salud del sistema financiero.

De hecho, el mes de diciembre fue muy productivo para el IBEX con una rotura de la resistencia de 9.200-9.250 que tanto le había costado. Si todo continúa de forma normal se va a encontrar con otra, mucho más relevante situada, entre 9.600 y 9.800, precisamente el nivel donde aguantó durante casi todo 2014 y 2015 hasta que no pudo más.

En caso de romper también este nivel se podría ser muy optimista y buscar objetivos en 11.000 primero y entre 11.900 y 12.000 después. Por supuesto, habrá que tener cuidado si no se consigue y marcarse soportes en 9.250, 8.560, 8.200 o 7.800, dependiendo de lo que cada uno pueda aguantar.

De entre las tres grandes, la que presenta una mejor situación técnica es Santander ya que, aupado por el cambio en Brasil, consiguió romper con fuerza los 4,50, que lo pueden llevar a un objetivo de 5,40. Por debajo, los 4,90 y los mencionados 4,50 deberían proteger.

BBVA por su parte está luchando por consolidar los 6,30-6,70. En caso de no conseguirlo habría que confiar en los 6,10 o en los 5,50.

Situación similar la de la compañía Telefónica. En su caso, el techo está en 9,30, mientras que, si no lo perfora, tendría suelos en 8,50 y 7,80.

Estamos en un año, este 2017, que puede volver a ser muy positivo para las bolsas, ya que los precios están baratos (especialmente en Europa) y existe un exceso de liquidez para comprar, que se incrementará especialmente cuando explote la burbuja de renta fija.

Habrá que ver si la bolsa española se vuelve a quedar atrás o sigue la estela de sus homólogas.