Chloe Clem tenía solo 2 años cuando se convirtió en un meme. | Redacción 20M

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Aunque sus facciones han cambiado con el paso del tiempo, son muchos quienes aún recuerdan a Chloe Clem por la peculiar forma en que miraba a su madre con desdén desde el asiento trasero del coche familiar. Han pasado doce años desde entonces, pero su imagen sigue circulando en redes sociales como uno de los memes más famosos de la década.

En medio del debate sobre la exposición de los menores en internet, su madre, Katie Clem, ha concedido una entrevista a la revista People, en la que ha reflexionado sobre el impacto que la inesperada repercusión del fenómeno viral conocido como «Side-eyeing Chloe» («Chloe mirando de reojo») ha tenido en sus vidas.

Fue en el año 2013 cuando Katie decidió subir en YouTube un divertido vídeo casero de sus hijas, Chloe y Lily, sin imaginar que la reacción espontánea de la más pequeña, de apenas dos años, al descubrir por sorpresa que, en realidad, iban camino a Disneyland, la enmarcaría, en adelante, dentro la historia viral de internet.

«Mis amigos me dijeron: 'Tienes que ver esto, es una locura'. Y, de repente, vi la cara de Chloe por todas partes. Me di cuenta de que alguien había tomado una captura de pantalla del video y lo había creado, porque no fuimos nosotros», relata la madre sobre el éxito que, en solo unos días, cosechó el gesto desconcertado y -en apariencia- poco impresionado de su hija menor frente a la ilusión en el rostro de la mayor, Lily.

Al principio, la familia se mostraba conforme con la nueva situación, si bien pronto les tocó afrontar la peor cara de la fama. Y no es para menos, ya que el vídeo había acumulado más de 20 millones de visitas desde su publicación. «Chloe tenía dos años y la gente se le acercaba, ella se asustaba y le sacaban fotos», comenta Katie al citado medio.

Actualmente, los Clem son los propietarios de los derechos de la imagen original, por lo que han podido monetizar su uso comercial. «Hace diez años éramos muy pobres. Nos pasó esto y pensamos: '¿Qué? Podemos pagar las facturas. Podemos mejorar nuestro pequeño apartamento para los cuatro'», señala la madre de Chloe sobre este «viaje divertido» que, si bien los ayudó a «salir adelante» durante una década, les puso un duro debate sobre la mesa: la exposición de sus hijas en internet.

Y es que, según cuenta, comenzó a decir «sí a todo», a toda clase de propuestas, y la privacidad y el consentimiento de sus hijos pasaron a un segundo plano. «Al final, todo cambió y pensé: 'No creo que quiera estar tan expuesta a mis hijos. Cuando crecieron un poco, los obligaba a hacer cosas y me daba cuenta de que se aburrían. Me daba cuenta de que estaban cansados y pensaba: 'Bueno, ya terminamos», confiesa.

En este punto, Katie señala que, a su juicio, su hija, quien actualmente tiene 14 años y cuenta con más de 600.000 seguidores en Instagram, desarrolló una personalidad «muy introvertida», a raíz de la viralización del meme. «Creo que es muy difícil cuando eres padre y recibes todos esos elogios y todas esas cosas y tus hijos son famosos. No ha sido sencillo para Chloe y siento mucha culpa por ello», sentencia.