Tal y como recoge el Daily Mail, el embrión fue creado con los óvulos de su difunta esposa a pesar de que ella no dio su consentimiento por escrito antes de su muerte.
Creada hace siete años durante un tratamiento de fertilidad, la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología mantuvo viable el embrión debido al fallecimiento inesperado de la esposa del hombre.
La esposa del hombre había tenido un aborto espontáneo en 2008, pero quedó embarazada nuevamente un año después. Debido a complicaciones durante el embarazo, la hija mayor de la pareja nació tres meses antes de tiempo, pero sobrevivió.
Buscando tener un hermano para su hija, la pareja intentó una vez más concebir de forma natural antes de recurrir al tratamiento de FIV. En este proceso se crearon dos embriones sanos a partir de los óvulos y espermatozoides de la pareja, quedando la mujer nuevamente embarazada y dando a luz a una segunda hija.
Sin embargo, poco después del nacimiento, la madre y su bebé fallecieron, dejando al viudo con el segundo embrión sin utilizar.
Ahora, siete años después, el hombre ha visto concedido su deseo de utilizar el embrión restante con una madre sustituta, gracias a un juez del Tribunal Superior de Londres.
La sentencia sostiene que "busca apoyar, en lugar de socavar, la importancia del consentimiento y la autonomía personal". El juez añadió que "insistir en el consentimiento escrito, en las circunstancias particulares de este caso, frustraría ese objetivo en lugar de promoverlo".
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