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Existen cientos de razas de perros en el mundo y, algunas de ellas, ya sea por sus características físicas, de comportamiento o por su rareza, pueden llegar a costar precios realmente altos. Esto es algo que bien saben en China, donde un ciudadano de la provincia de Zhejiang llegó a pagar casi dos millones de euros por un Mastín tibetano, considerada la raza de perro más cara del mundo.

No obstante, este fue un caso único y excepcional, muy alejado del precio real de estos ejemplares, que ronda, según el país y el linaje, entre los 3.500 y los 12.000 euros.

Por qué el Mastín Tibetano tiene un precio tan elevado

Tan solo tenemos que ver el tamaño, porte, pelaje y carácter de estos perros, para darnos cuenta de que es una raza increíble y realmente especial, no obstante, repasemos sus características más destacadas y un poco sobre su historia y origen.

Cómo es el Mastín tibetano, perro más caro del mundo

Según los expertos de Purina, marca experta en alimentación para animales de compañía, el Mastín tibetano es un perro gigante que supera ligeramente su altura en longitud. Se presenta como un ejemplar robusto y musculoso, con un físico que irradia agilidad y atletismo, siempre manteniendo una postura solemne que lo distingue.

Los machos adultos alcanzan, como mínimo, una altura de 66 centímetros, mientras que las hembras se sitúan en torno a los 61 centímetros. Respecto a su peso, este varía entre 36 y 72 kilogramos o incluso más, dependiendo del género del perro, su estatura y su constitución particular.

El pelaje del Mastín tibetano es de una densidad considerable y también de larga longitud. Forma una espectacular gorguera en la zona del cuello y los hombros, un rasgo que resalta con mayor prominencia en los machos de la raza. Este pelaje puede desplegar una variada paleta de colores y puede o no presentar manchas.

El Mastín Tibetano, un perro para pocos bolsillos con un carácter bien marcado

"El Mastín tibetano es un perro guardián de la cabeza a los pies, por lo que no debe tomarse a la ligera", advierten desde Purina. "Es cauteloso con los desconocidos y se muestra protector con su familia y sus propiedades".

Además, se trata de una raza muy poco recomendable para gente sin experiencia, ya que sociabilizarlo y adiestrarlo no es una tarea fácil. No obstante, "en el hogar adecuado es un compañero tranquilo, cariñoso y fiel", aseguran.

El origen del perro más caro del mundo

En cuanto a su origen, se trata de una de las razas más antiguas que existen, con una historia estimada de más de 3.000 años. "Se empleaba en su país natal como perro guardián, para proteger las propiedades (incluso los monasterios) y también al ganado", cuentan los expertos de Purina. "El propio Marco Polo describía al Mastín tibetano como un perro «alto como un burro, pero con un vozarrón potente como el del león»".

Aunque se trata de una raza bastante resistente a enfermedades o problemas de salud, al igual que muchas otras razas, "a veces puede sufrir trastornos oculares hereditarios y displasia de cadera (una enfermedad que puede provocarle problemas de movilidad)", advierten. "Por tanto, se recomienda hacer un examen de la cadera y de los ojos antes de dedicar al perro a la crianza".

No obstante, para mantener sano a estos perros, es necesario proporcionarles al menos aproximadamente una hora de ejercicio diario, aunque siempre estará feliz de más, por supuesto. "De cachorro, se aconseja que no haga demasiado ejercicio ya que es importante evitar que se le sobrecarguen los músculos y articulaciones al ser una raza de tamaño tan grande", comentan desde Purina.

En cuanto a su alimentación, al tratarse de una raza gigante, además de un apetito enorme, requieren de una proporción de minerales y vitaminas diferente a otras razas que le permita tener un buen mantenimiento de las articulaciones y cartílagos.

"El mastín tibetano es propenso a sufrir distensión del estómago y otros problemas estomacales; unas comidas más reducidas y frecuentes podrían minimizar el riesgo", aconsejan los expertos de la marca de alimentos para animales de compañía.

Por último, hay que tener en cuenta que se trata de una raza de doble manto (uno inferior, denso y lanudo, que muda cuando llega el buen tiempo, y otro exterior, liso y de textura dura), por lo que "se recomienda cepillarlo bien un par de veces por semana, y aumentar esta frecuencia a todos los días en los periodos de muda de pelo", concluyen los expertos.