Otros de los motivos de rechazo son la historia familiar de enfermedades hereditarias, la falta de continuidad por parte del donante, así como la detección de anomalías genéticas, entre otras causas. No obstante, el andrólogo experto en infertilidad masculina y director del Banco de Semen de la Fundació Puigvert, el doctor Bassas, asegura que «estos resultados no significan que los donantes rechazados sean infértiles, sino que los parámetros de su seminograma son insuficientes para los estándares que se piden».
Los requisitos que se solicitan para entrar en el programa son entre tres y cuatro veces superiores a lo que se consideraría «normal».
En este sentido, aclara el doctor Bassas, «este criterio de calidad es necesario porque las muestras se van a congelar- descongelar y someter a procesos de selección en el laboratorio».
Así, entre un 10 y un 20 por ciento de los candidatos que superan la primera visita de exploración y anamnesis y realizan las analíticas correspondientes (seminograma, A/O y A/S), son aceptados para entrar en el programa de donantes. En concreto, para ser «candidato efectivo» además de tener 18-35 años y un buen estado de salud general hay que pasar una serie de pruebas diagnósticas: aparte del seminograma, una analítica completa de sangre y orina para descartar enfermedades generales e infecciones de transmisión sexual, así como un estudio genético para descartar enfermedades transmisibles a la descendencia.
La infertilidad masculina es una alteración que va más allá de la calidad seminal en sentido estricto ya que, según el experto, «se tiene que poner en contexto que en los últimos 30 años se han producido una serie de cambios y circunstancias que, sin ninguna duda, han tenido un impacto directo en el deterioro global de la función reproductiva».
En este sentido, resalta «la edad más avanzada de las parejas y la prevalencia de enfermedades como la hipertensión, obesidad, diabetes como factores que contribuyen a este aumento de la infertilidad». «Asimismo, hemos observado algunos factores crípticos que predisponen a la infertilidad en personas que nacieron mediante una técnica de reproducción asistida (ICSI, FIV) y que ahora se encuentran en edad reproductiva», añade.
Por otra parte, el experto apunta a que «existen otros factores, que son controlables y están relacionados con el consumo de sustancias dopantes o anti androgénicos. A éstas se añaden el consumo de tabaco o alcohol u otras sustancias, el estrés, la mala alimentación, la vida sedentaria y la falta de ejercicio físico». «El mensaje que hay que transmitir es que cuantos más factores de riesgo acumula una persona, mayor es el riesgo de que presente problemas reproductivos», concluye.
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