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Una serie de erupciones solares producidas el pasado viernes ha sorprendido a los astrónomos por su potencia, hasta el punto de que se produjeron cortes de radio en Europa y Asia.

Tal y como recoge LiveScience.com, la mancha solar AR3089 está crepitando con una serie de erupciones solares moderadas de clase M que se intensifican. El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA capturó una llamarada especialmente poderosa a las 7:16 am (13:00 hora peninsular española), que provocó que poblaciones en Europa y África experimentaran un breve apagón de radio.

Y habrá más: una enorme eyección de partículas cargadas del Sol, conocida como eyección de masa coronal, puede golpear nuestro planeta este lunes 29 de agosto y provocar auroras alrededor del Círculo Polar Ártico, según un comunicado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (estas luces brillantes ocurren cuando las partículas cargadas interactúan con el campo magnético de la Tierra).

El sol está especialmente activa en estos días, ya que está generando una oleada de clima espacial para anunciar el comienzo de su ciclo solar máximo de 11 años de actividad.

Enjambres de luces del norte y del sur fueron vistos a principios de esta semana, incluso vistos desde el espacio por Samantha Cristoforetti, de la Agencia Espacial Europea (la veterana astronauta dijo que fue la tormenta más poderosa hasta el momento en sus 300 días en el espacio).

La mayor parte del clima espacial en su forma más dramática proporciona un gran espectáculo para las personas en la Tierra o cerca de ella, pero una pequeña cantidad de tormentas particularmente poderosas pueden dañar las líneas eléctricas, los satélites y otras infraestructuras vitales de las que depende nuestro planeta.

El Sol es más propenso a estas situaciones cuando alcanza su máxima actividad, ya que las manchas solares se esparcen en la superficie y las líneas magnéticas se retuercen y rompen. Si una tormenta se dirige hacia la Tierra, eso puede crear auroras, apagones y otros efectos.

La NASA, la Agencia Espacial Europea y otras entidades espaciales vigilan el clima solar las 24 horas del día, los 7 días de la semana para brindar la mejor protección posible a la Tierra, a los administradores de satélites y a los astronautas que trabajan sobre nuestro planeta.