Un invento que fue la bomba, no sólo por su nombre, sino por abrir camino en la moda para muchas mujeres. La denominación de bikini se inspiró en el atolón Bikini, un lugar donde había explosionado una bomba atómica. Bernardini rompió moldes por mostrar y posar enseñando los glúteos y el ombligo en un momento en el que el código Hays regulaba qué se podía mostrar y qué no.
Sin embargo, el bikini no llegó a popularizarse hasta Brigitte Bardot empezó a lucirlo en la Costa Azul en la década de los cincuenta en el festival de Cannes. El bikini se convirtió en un símbolo de liberación femenina, y por tanto costó que fuera aceptado en un país como España, donde imperaba la dictadura franquista.
El cine también tuvo mucho que ver en la normalización del bikini. La película Bahía de Palma, rodada íntegramente en Mallorca, mostró el primer dos piezas del cine español en 1962. Por aquella época, el ministro de Información y Turismo de España, Manuel Fraga, impulsó una serie de cintas de temática playera para promocionar la costa española, allí la actriz alemana Elke Sommer desafió a la censura luciendo un bikini de color negro.
Como prenda de moda, el bikini ha ido adaptándose a las tendencias del momento en tamaño, escote, tirantes y forma de la braga. En España, durante años, el bikini más vendido del verano fue el que lucia Ana Obregón cada año en su tradicional posado veraniego en Mallorca.
Aunque el bañador ha vivido una notable resurrección los últimos veranos, el bikini sigue siendo la opción más popular en playas y piscinas.
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