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Cuando apenas tenía un año de edad, Dexter fue atropellado por un coche en plena calle. La rueda del vehículo le aplastó las patas delanteras y quedaron prácticamente inservibles.

Los veterinarios tuvieron que amputarle una de sus piernas y colocar clavos quirúrgicos en la otra. Después, se enfrentó a varias cirugías y procesos de rehabilitación para intentar recuperar parte de la movilidad que había perdido.

Todo estaba en su contra, pero sus dueños habían tenido que sacrificar recientemente a dos perros y decidieron darle a Dexter una oportunidad de salir adelante.

Ahora, tras meses de terapia y mucha paciencia, el animal pasea junto a su dueña Kenteen Larson por las calles de Colorado como una persona más, apoyado sobre sus dos patas traseras y sacando una sonrisa de los vecinos de la zona cada vez que lo ven pasar.

Los Larson aseguran que el ejemplo de superación de Dexter también les ha servido para sobrellevar lo peor de la pandemia y confiar en que nunca hay que darse por vencido.