Esta vez la actitud de su presentador, Pablo Motos, fue diametralmente diferente a la de El Gran Wyoming, quien superados los primeros instantes de desconcierto se lo tomó a guasa, y poco menos que chinchó al catalán para que se riera más y más. En esta ocasión Motos se mostró alarmado, ya que Évole perdió el tono físico al ponerse en pie, algo más peligroso que lo que le sucedió sentado en el plató de la televisión prima hermana de Antena 3.
El último ataque de cataplexia en vivo de Jordi Évole se desencadenó después de conceder un premio de 3.000 euros de la tarjeta de Openbank. Ambos conversaban con Iñaki de Galapagar (Madrid), sorprendidos por su falta de expresividad y aparente alegría tras ser agraciado con un premio como ese. «No soy muy expresivo pero estoy muy contento», justificó el premiado.
Allí empezaron las risas y cuando Jordi Évole se levantó de la silla sufrió en directo el mencionado ataque de cataplexia. Por suerte tenía la mesa a mano y se pudo apoyar; además la rápida y preocupada reacción de Pablo Motos, quien espetó un «es que somos gilipollas», apuntaló al periodista.
Ya recuperado Jordi Évole contó qué le sucedía, que la cataplexia es una enfermedad derivada de la narcolepsia, y que en su caso es una manifestación de las alteraciones del sueño.
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