Según informa Lad Bible, el menor el menor habría ingerido los imanes en dos ocasiones diferentes para averiguar si era posible hacer que objetos metálicos se le adhirieran al abdomen y así volverse "magnético", además de conocer qué aspecto tendrían una vez que las evacuara.
Sin embargo, no todo salió como pensaba, así que, viendo que ni tenía 'poderes' magnéticos ni tampoco expulsaba los imanes de su cuerpo, decidió avisar a su madre a los cuatro días de haberlos ingerido.
Esta, asustado, lo llevó de inmediato al hospital. Hasta ese momento, el menor solo había confesado haberse comido dos imanes "por accidente", pero tras una radiografía los médicos le informaron que había cerca de 30 imanes de juguete dentro de su estómago e intestino. Suma que creció tras realizarle la operación para extraérselos, ya que comprobaron que eran hasta 54 objetos los que tenía en el interior de su cuerpo.
Tras la intervención, y siempre según la información del medio británico, Rhiley estuvo 10 días sin poder moverse ni ir al baño y con vómitos debido a la fuga intestinal.
Afortunadamente, el incidente no pasó a mayores, pero podía haberlo hecho, por lo que la madre del joven ha lanzado una advertencia a los padres para que eviten comprar este tipo de imanes, vendidos como juguetes, ya que, en caso de ser ingeridos, pueden desgarrar órganos internos y causar lesiones mortales.
1 comentario
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A seguir manteniendo por la cara a esta familia que no tiene ni respeto por su país mandando a sus hijos a estudiar al extranjero, que pasa que en España no tenemos buenas universidades o escuelas.? Encima le pagaremos los españoles sus estudios... somos unos cracks !