Yamamoto nació en la ciudad de Yokohama (al sur de Tokio) en 1944, pero se crió en la ciudad de Gifu, en el centro/oeste del país. Cursó ingeniería civil e inglés en la Nihon University capitalina y fue discípulo de reconocidos diseñadores como Junko Koshino.
En 1971, con 27 años, se convirtió en el primer japonés en hacer un desfile de moda en Londres y en 1975 debutaría en París.
La fama internacional de Yamamoto se acrecentaría tras entablar amistad con el camaleónico Bowie, para quien diseñaría alguna de sus prendas más recordadas durante las giras Ziggy Stardust y Aladdin Sane, en los años 70, trabajos que le reportaron gran popularidad. También vistió a otros artistas como Elton John o Stevie Wonder.
Los diseños de Yamamoto se caracterizan por la mezcla de elementos tradicionales orientales (muy influenciados por el teatro japonés kabuki) y un carácter marcadamente excéntrico y vanguardista.
En 1993, con su faceta como diseñador consolidada, el japonés se embarcó en creaciones multidisciplinares. Ese año organizó en la Plaza Roja de Moscú su primer espectáculo, «Super Shows», que más tarde realizaría en Vietnam (1995), la India (1997) o Japón (2000).
En 2015 produjo un evento que abarcó todo lo que había construido a lo largo de su carrera, «The Nippon Genki Project: Super Energy!», que organizaría en múltiples ocasiones en años posteriores.
Yamamoto también es el diseñador del tren Skyliner que circula desde 2010 y conecta el aeropuerto de Narita con el centro de Tokio, y se involucró en la fallida candidatura olímpica de Tokio 2016 con un evento celebrado en septiembre de 2009 y denominado «Katsuzo». El japonés siguió trabajando hasta que en febrero le fue diagnosticada una leucemia mieloide aguda y fue hospitalizado.
«A mis ojos, mi padre no era sólo el alma ecléctica y enérgica que conocía el mundo, sino alguien que también era considerado, bondadoso y afectuoso. (...) Veía los retos como oportunidades para el autodesarrollo y siempre creyó en días más brillantes para el futuro», escribió su hija en su mensaje de adiós.
Yamamoto también dio las gracias a todos los que «tocaron» la vida de su progenitor: «Sin vosotros, su legado no existiría».
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