La falta de recursos sanitarios en los hospitales españoles para hacer frente al coronavirus ha hecho aflorar iniciativas tan insólitas como el uso de impresoras 3D y máscaras de buceo para confeccionar respiradores. Y también mensajes falsos al respecto.
¿QUIÉN PIDE LAS MÁSCARAS DE BUCEO?
La crisis sanitaria de la COVID-19 ha provocado un elevado y creciente número de pacientes que precisan soporte ventilatorio invasivo en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
Esta situación sin precedentes ha hecho que los respiradores se conviertan en la principal demanda de los sanitarios, y desde varias clínicas madrileñas se han iniciado pruebas para probar creaciones que adaptan piezas de impresión 3D a la máscara de buceo «Easybreath» de la compañía Decathlon.
El doctor del Hospital Gregorio Marañón Felipe Díez del Hoyo, en su cuenta personal de Twitter, ha mostrado imágenes de pacientes que han empezado a probar estos respiradores improvisados.
También el Hospital HM Montepríncipe ha anunciado que el doctor Alberto Rubio se encuentra probando un prototipo, a partir de la misma mascarilla, para facilitar la respiración de pacientes con coronavirus.
Además, la Comunidad de Madrid ha activado un correo electrónico para canalizar donaciones a nivel individual de material necesario en hospitales, tal y como informa la Policía Municipal de Madrid, quienes lo recogerán “cuando sea reclamado por los centros sanitarios”.
En Madrid, la Policía ya ha repartido gafas y máscaras en los hospitales Infanta Leonor, Infanta Sofía, La Paz, 12 de Cctubre, Puerta de Hierro, La Zarzuela, Villalba, Getafe y Hospital del Tajo.
La iniciativa también se plantea en otras comunidades autónomas, como Murcia o el País Vasco, si bien han aclarado que no necesitan más donaciones de la ciudadanía.
Otras autonomías, sin embargo, han querido aclarar que no han solicitado este material desde sus respectivas consejerías de sanidad -es el caso de Castilla-La Mancha- o, como ha hecho el Gobierno canario, han alertado de un bulo que circula por WhatsApp en el que piden estas máscaras.
¿PARA QUÉ SE QUIEREN UTILIZAR?
Las máscaras subacuáticas están siendo empleadas de manera experimental por algunas unidades de hospitales españoles para adaptarlas como respiradores conectados a máquinas de oxígeno en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
Han sido los propios médicos al frente de los proyectos quienes han solicitado, a título individual, alguna de ellas para realizar las pruebas.
Todavía no se han logrado resultados concluyentes que puedan suponer una distribución masiva, por lo que los hospitales se han visto obligados a anunciar que no se necesitan más donaciones, al tiempo que se han mostrado agradecidos.
Desde HM Montepríncipe han explicado que su prototipo aspira a “generar presión positiva y facilitar así la respiración del paciente con COVID-19”, y ha remarcado que no se trata de un respirador auténtico.
«En caso de que los resultados sean satisfactorios se informará a la autoridad sanitaria con el objetivo de lograr una autorización y establecer un protocolo de actuación», han manifestado.
En última instancia, sería el Ministerio de Sanidad el encargado de probar cada uno de estos prototipos, para así homologarlos y asegurarse de que funcionan correctamente, algo que todavía no ha ocurrido.
A los avances hechos en este país se suman las pruebas que se realizan en otros países europeos.
En Italia, el grupo Isinnova relata en su sitio web cómo surgió la idea de crear este tipo de máscara de emergencia para respiradores hospitalarios a partir la comunicación del antiguo jefe de servicio del Hospital de Gardone Valtrompia:
«El Dr. Renato Favero nos habló de una idea para hacer frente a la posible escasez de mascarillas hospitalarias de CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias) para cuidados intermedios, que se está planteando como una problemática concreta ligada a la proliferación de la COVID-19».
Aun así, este grupo de ingenieros declara que la máscara de buceo no tiene la certificación necesaria para su homologación, pero que sí puede usarse en “situación de necesidad urgente” en caso de agotarse las existencias y con el consentimiento expreso del paciente.
El ensayo experimental también se ha llevado a cabo en Bélgica, tal y como afirma The Brussels Times, donde el hospital Erasmus de Bruselas ha anunciado el uso de las gafas de bucear de un solo uso para asistir problemas respiratorios derivados del virus, siguiendo el prototipo de la empresa italiana.
La reacción de Decathlon, la cadena deportiva francesa proveedora de este material, ha decidido bloquear la venta de este producto para así poder donar las cantidades disponibles a los hospitales.
La suspensión de la compra se ha llevado a cabo en España, Italia, Francia y Reino Unido, mientras que en Alemania se limita la venta a cinco unidades, salvo que se requieran para hospitales o grupos investigadores, quienes podrán solicitar una cantidad mayor.
No obstante, la compañía ha querido subrayar en su cuenta de Twitter que la máscara Easybreath ha sido concebida solo para practicar esta actividad acuática y que, por sí misma, no es válida para prevenir la COVID-19.
SANIDAD, ¿HA BLOQUEADO LOS NUEVOS RESPIRADORES?
Es una duda que surge a raíz de mensajes en redes sociales que denuncian que, mientras proliferan este tipo de iniciativas, «el Ministerio de turno bloquea todos los respiradores fabricados si no son los de la empresa que ellos decidan».
No, Sanidad no ha bloqueado la fabricación de los prototipos de respiradores que están surgiendo, sea a través de la adaptación de máscaras de buceo o por impresión 3D, simplemente continúan las pruebas para su homologación, como ha explicado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
La agencia está asesorando a entidades y particulares sobre los «requisito mínimos» que deben cumplir todos «los proyectos de fabricación de respiradores/ventiladores, tanto de impresión 3D como adaptaciones o prototipos nuevos» que les están llegando.
De hecho, la AEMPS ha elaborado un documento que recoge la documentación técnica y pruebas mínimas que tienen que realizarse en estos productos antes de su utilización en pacientes.
«Debe tenerse en cuenta que son prototipos y que, como tales, aún en condiciones de urgencia, solo es posible usarlos en el contexto de una investigación clínica que identifique su perfil de eficacia y seguridad», advierten.
El principal reto está en lograr todas las garantías para que las emisiones de radiación electromagnética de estos ventiladores mecánicos no afecten al resto del equipamiento médico, pues en ese caso podría ser inútil e incluso peligroso para el paciente.
La AEMPS trabaja con seis proyectos en un estado bastante avanzado, y otros en fases más tempranas, para conseguir prototipos seguros.
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