Fuentes familiares han confirmado el deceso del historietista como consecuencia de una crisis cardíaca, y han descartado que el fallecimiento esté relacionado con el coronavirus.
Las aventuras de Astérix y Obélix y su irreductible aldea gala, nacidas del ingenio y los colores de Goscinny y Uderzo, han dado lugar a 38 álbumes, de los que se han vendido 380 millones de ejemplares en 111 lenguas.
Nacido en 1927 de padres italianos en el pueblo de Fismes, junto a Reims (norte de Francia), y fascinado por el cómic y por hacer reír a los demás -nunca ocultó que su profesión frustrada era la de payaso-, Uderzo dibujó desde su más tierna infancia, lo que le llevó a crear en 1944 su primer cómic, «Flambergue», una historia de mosqueteros.
Su vida cambió cinco años más tarde, tras conocer a Goscinny, a quien consideraba su «hermano» y con quien ideó las aventuras de uno de los personajes más universales en la historia del tebeo: Astérix el galo.
Autores asimismo de otros cómics como el del pequeño indio Umpah-Pah, la pareja creativa se rompió en 1977 con la muerte del guionista, que sumió a Uderzo en la devastación.
Sin embargo, el dibujante se sobrepuso y decidió continuar con la serie de Astérix ejerciendo él mismo como guionista y dibujante -lo que hará durante otros siete álbumes-, e incluso llegó a fundar su propia casa editorial, Albert-René.
En los últimos años mantuvo un contencioso con su hija Sylvie por la gestión del patrimonio de Astérix, que se resolvió con un acuerdo extrajudicial en 2014.
En 2013, anuncia que no podrá seguir dibujando y cede el testigo de Astérix al ilustrador Didier Conrad y el guionista Jean-Yves Ferri, aunque conservó la potestad de supervisión de los nuevos álbumes, el último de los cuales, «La hija de Vercingetórix», apareció el año pasado.
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