El Galaxy Z Flip, de 1.380 dólares, es más barato que el Galaxy Fold, que costaba 1.980 dólares. El celular se abre como un libro, en parte gracias a un tamaño de pantalla más compacto.
Mientras la empresa surcoreana espera que el nuevo teléfono ayude a pulir sus credenciales en materia de innovación, los consumidores querrán comprobar que Samsung ha superado los retos tecnológicos y los fallos de pantalla que obligaron a retrasar el Galaxy Fold el año pasado.
La limitada producción y oferta de pantallas plegables frenará la capacidad de Samsung para elevar la producción de estos teléfonos de forma drástica, opinaron responsables y analistas del sector.
Una fuente conocedora del tema dijo a Reuters que se prevén ventas de 5 millones de unidades como máximo este año, o menos del 2% del total de envíos de teléfonos inteligentes de Samsung en 2019. La compañía no quiso hacer comentarios.
La compañía presentó tres variantes de los teléfonos Galaxy S de alta gama, cuyas ventas podrían superar las de sus predecesores gracias un precio más competitivo y cámaras más potentes, dijo la consultora Counterpoint.
Samsung perdió el primer puesto del mercado de teléfonos inteligentes frente a Apple en el trimestre cerrado en diciembre, según Strategy Analytics, ya que los precios más bajos del iPhone 11 ayudaron a la empresa estadounidense su mayor crecimiento desde 2015.
Aunque el brote de coronavirus en China ha comenzado a tensar la cadena de suministro mundial y a interrumpir la producción de teléfonos inteligentes, la firma surcoreana es considerada como la menos afectada entre los principales fabricantes porque su principal base manufacturera se encuentra en Vietnam, dijeron analistas.
La firma de análisis TrendForce pronostica que la producción mundial de teléfonos inteligentes disminuirá un 12% en el primer trimestre al nivel más bajo de los últimos cinco años.
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