La compañía, según indicó The Wall Street Journal, decidió no seguir con la venta de un modelo de sus Air Max 1 USA que conmemoraba el 4 de julio, el Día de la Independencia de EEUU, con los colores de la bandera en el calzado y una pequeña enseña en la trasera, con la bandera de 13 estrellas.
Sin embargo, poco después de distribuirlas, la compañía requirió su vuelta a los almacenes. La razón fue que la antigua estrella de la Liga Nacional de Fútbol Americano y ahora activista, Colin Kaepernick, consideró inapropiado el uso de esta bandera que considera divisiva por parte de la marca.
Según Kaepernick, esa bandera está ligada con una etapa donde la esclavitud era la norma en Estados Unidos, así como su uso por grupos de extrema derecha, por lo que censuraba su empleo en el calzado.
Kaepernick cambió el campo de fútbol americano por el activismo por los derechos civiles después de que en 2016, en el pico de la fama como «quarterback» de los San Francisco 49rs, decidió protestar contra el racismo y la represión de la policía arrodillándose durante el himno estadounidense en los partidos oficiales.
Su decisión -y los furiosos tweets del presidente Donald Trump- acabaron con su carrera deportiva, pero Nike le ofreció asesorar a la marca y firmó un contrato de colaboración, incluyendo una campaña publicitaria.
Nike no contó con la opinión del jugador a la hora de lanzar el zapato, pero su influencia sobre el consumidor de la marca es muy grande.
De acuerdo con los datos de la consultora de mercados YouGov, los clientes de Nike han demostrado tener una mayor probabilidad de seguir las opiniones de Kaepernick -una figura con muchas aristas- que el resto de la gente.
La zapatilla de Nike estaba prevista como una re-edición de un modelo lanzado hace 15 años, aunque si aquel contaba con las barras y estrellas actuales, la de ahora decidía hacer un homenaje a las 13 colonias que se independizaron de Reino Unido hace ahora 243 años.
El asunto ha llegado al barro político y el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnel, afirmó que él sería «el primero en comprar» el par de zapatos si Nike los pusiera de nuevo en el mercado: «Si estamos en un ambiente político donde la bandera americana se ha convertido en controvertida para los estadounidenses, creo que tenemos un problema».
Su compañero de filas y gobernador de Arizona, Doug Ducey, decidió retirar un incentivo para la construcción de una fábrica de la compañía de más de un millón de dólares por la decisión.
Al otro lado, la demócrata de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, twitteó a Nike un «hablemos», intentando atraerse sus inversiones.
La polémica no parecía afectar a Nike en bolsa, ya que sus títulos en Wall Street subían un 1,32 % a mediodía, mientras que en la conocida como «bolsa de las zapatillas», la página web StockX, los pocos pares disponibles del modelo alcanzaban un precio de hasta 2.500 dólares
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