Bong se mostró muy emocionado al subir a recoger un premio que aseguró que no se esperaba, y se refirió a los cineastas franceses que siempre le han inspirado, Claude Chabrol y Henri-Georges Clouzot.
También destacó que hacer Parasite, una comedia que torna en tragedia, ha sido «aventura muy particular», que no podría haber realizado sin sus actores.
El premio al surcoreano fue por unanimidad, como precisó el presidente del jurado, Alejandro González Iñárritu, que señaló: «en los tiempos en los que estamos, en los que la democracia se pierde, esta decisión ha sido totalmente democrática, la hemos tomado juntos y ha sido totalmente unánime».
El segundo galardón en importancia del festival, el Gran Premio del Jurado, fue para Atlantique, la ópera prima de la senegalesa Mati Diop, la primera mujer negra en competir en la sección oficial de Cannes.
Un filme social, que cuenta los sueños de los jóvenes de Senegal en los años noventa, de poder viajar a España, para lo que no dudan en arriesgar sus vidas en una peligrosa travesía por el Atlántico.
En el campo de las interpretaciones, un muy aplaudido premio al español Antonio Banderas en el apartado masculino, por su papel en Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, al que dedicó el galardón.
«Le respeto, le admiro, le quiero, es mi mentor, me ha dado tanto en la vida que no tengo más remedio que dedicarle este premio», dijo Banderas, que resaltó que en el trabajo de actor hay mucho dolor y la gloria de noches como la de hoy.
La mejor interpretación femenina fue considerada la de Emily Beecham, por Little Joe, de Jessica Hausner, y el de guion para la francesa Céline Sciamma por Portrait de la jeune fille en feu.
El Premio del Jurado fue ex aequo para la brasileña Bacurau, de Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles, y Les misérables, de Ladj Ly.
«Esto es por Brasil», dijo al recoger el premio Mendonça Filho, a lo que Dornelles agregó, en brasileño, que es un galardón «para todos los trabajadores de Brasil de la ciencia, la educación y la cultura».
Mientras que Ly, al borde de las lágrimas, señaló que su filme, sobre los problemas sociales en los barrios de la periferia de París muestra que «el lugar común entre los habitantes (de esos barrios) y la Policía es la miseria». «Se lo dedico a todos los miserables de Francia», agregó.
Un premio que les fue entregado por el cineasta Michael Moore, que en un largo y farragoso discurso se refirió a las mentiras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y aseguró que «el arte en tiempos oscuros puede salvar al mundo de los autócratas y de los imbéciles».
El palmarés de la sección oficial se completó con el premio a la mejor dirección para los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, por Le jeune Ahmed, un filme sobre la radicalización islamista de un niño, en el que han querido hacer «una oda a la vida, a la diferencia y a la apertura al extranjero"
Y con una mención especial para el palestino Elia Suleiman por It Must Be Heaven.
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