Con motivo de la llegada de la Navidad, la OMS recuerda que seguir una dieta saludable y equilibrada proporcionará «muchos beneficios en 2019 y más allá». «Lo que comemos y bebemos puede afectar la capacidad de nuestro cuerpo para combatir infecciones, así como la probabilidad de que desarrollemos problemas de salud en el futuro, como obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes y diferentes tipos de cáncer», advierten.
Los ingredientes exactos de una dieta saludable dependen de diferentes factores, como la edad y la actividad de cada persona, así como los tipos de alimentos disponibles en nuestro entorno, pero la OMS detalla que seguir estos consejos son de fácil cumplimiento. En primer lugar, recomiendan comer variado, ya que «ningún alimento contiene todos los nutrientes necesarios».
En la dieta diaria, invitan a comer una mezcla de alimentos básicos como trigo, maíz, arroz y papas con legumbres como lentejas, mucha fruta fresca y verduras, así como alimentos de origen animal (carne, pescado, huevos o leche). Si es posible, recomiendan aquellos integrales sin procesar.
La sal es otro de los factores a controlar, según la OMS, ya que «demasiada puede elevar la presión arterial, que es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares». «La mayoría de las personas consumen demasiada sal: en promedio, consumimos el doble del límite recomendado por la OMS de 5 gramos (equivalente a una cucharadita) al día», recuerdan.
Reducir el uso de ciertas grasas y aceites es otro de sus consejos. «Necesitamos algo de grasa en nuestra dieta, pero comer demasiado, especialmente los tipos equivocados, aumenta los riesgos de obesidad, enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Las grasas trans producidas industrialmente son las más peligrosas para la salud. Se ha demostrado que una dieta alta en este tipo de grasa aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca en casi un 30 por ciento», exponen.
Igualmente, aconsejan limitar el consumo de azúcar, no solo porque «es malo para los dientes», sino porque «aumenta el riesgo de coger peso poco saludable y de obesidad, lo que puede llevar a problemas de salud crónicos y graves». Al igual que con la sal, indican que es importante tener en cuenta la cantidad de azúcares 'ocultos' que pueden encontrarse en los alimentos y bebidas procesados. «Por ejemplo, una sola lata de refresco puede contener hasta 10 cucharaditas de azúcar añadido», alertan.
Por último, recuerdan que el alcohol «no es parte de una dieta saludable». «Beber demasiado, o con demasiada frecuencia, aumenta el riesgo inmediato de lesiones, además de causar efectos a largo plazo como daño hepático, cáncer, enfermedad cardíaca y enfermedad mental», argumentan.
La OMS considera que «no hay un nivel seguro» de consumo de alcohol. «Para muchas personas, como embarazadas, cond
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... aquí no le llamamos papa, le denominamos patata