Eduardo Arroyo, pintor, escultor figurativo y escritor, nació en Madrid el 26 de febrero de 1937. En 1958 se exilió voluntariamente en París (Francia), donde permaneció hasta la llegada de la democracia.
En la capital gala, además de dedicarse al periodismo, comenzó su actividad como pintor. Allí conectó con los círculos intelectuales y artísticos de vanguardia y desempeñó un papel importante dentro de los sectores progresistas de la cultura francesa.
Como pintor ha expuesto regularmente en los principales centros artísticos de Europa y América. Sin embargo, en España fue prácticamente desconocido durante años.
Su primera exposición, en 1963, fue clausurada por la censura. Años después, al ser nombrado comisario de la Bienal de Valencia, fue detenido en esta ciudad y reclamado por el Tribunal de Orden Público.
Ya en democracia, en España realizó diversas muestras, como la antológica de 1982 en la Biblioteca Nacional de Madrid. Premio Nacional de Artes Plásticas 1982, era caballero de las Artes y de las Letras por el Gobierno francés.
Nunca abandonó su vocación literaria y como escritor publicó en 1974 «Treinta y cinco años después», denuncia contra el régimen franquista. En 1986 estrenó en Múnich su primer drama, «Bantam».
Entre sus últimas exposiciones se encuentra la reunida en París en octubre de 2015, una muestra sobre sus mejores retratos de los últimos cincuenta años de su vida.
Eduardo Arroyo es uno de los máximos exponentes de la llamada «figuración narrativa» y uno de los pintores más relevantes del siglo XX.
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