A lo largo de sus más de 50 años de carrera, Caballé ha interpretado cientos de óperas y conciertos en los principales teatros de todo el mundo junto a las mejores orquestas y repartos, gracias a un repertorio que abarca cerca de 90 papeles correspondientes a más de 40 óperas.
Montserrat Caballé Folch nació el 12 de abril de 1933 en el barrio de Gracia de Barcelona, en el seno de una familia modesta, donde su madre le dio su primera formación musical que le sirvió para ingresar a los 11 años en el Conservatorio Superior de Música del Liceo con una beca.
No obstante, la delicada salud de su padre hizo que tuviera que compaginar sus estudios con el trabajo en una fábrica, e incluso debió dejar temporalmente la música, hasta que en 1950 un industrial textil melómano y mecenas le patrocinó su carrera a tiempo completo en el Conservatorio del Liceo.
En este centro operístico barcelonés estudió con Eugenia Kemmeny, Conchita Badía y Napoleone Annovazzi, cuyas enseñanzas y consejos hicieron que progresara rápidamente, hasta el punto de pasar dos cursos por año.
Caballé se graduó en 1954 en una accidentada prueba final en la que llegó a perder el conocimiento, y tras titularse hizo su primer debut operístico con el papel de Serpina de La serva padrona en el Teatro Principal de Valencia el 27 de junio de 1955 con la Compañía de Ópera de Cámara de Barcelona, dirigida por Napoleone Annovazzi.
Tras unos años fuera de España, en los que cantó para las óperas de Basilea, Viena y Bremen, consolidando su carrera y su cada vez mayor prestigio, finalmente debutó en el Liceo de Barcelona el 7 de enero de 1962 en el papel de Arabella, de Richard Strauss, una interpretación recibida con entusiasmo por crítica y público.
En Madrid cantó por primera vez en 1963, en el Palacio de la Música, y fue muy aplaudida con Ah, pérfido y el aria Egmont de Beethoven.
Y de Europa saltó a América. El 20 de abril de 1965 sustituyó en el Carnegie Hall de Nueva York a Marilyn Horne en Lucrecia Borgia, con un éxito arrollador, que luego repitió, con Fausto, en la Metropolitan Ópera de la misma ciudad.
Tras su actuación en el Carnegie Hall, The New York Times tituló: Callas + Tebaldi = Caballé, lo que supuso un impulso definitivo a su proyección internacional e hizo que se multiplicaran las ofertas de grandes teatros y de discográficas para grabaciones.
Desde entonces, sus representaciones la llevaron a los más selectos teatros de ópera del mundo, como Scala de Milán, Staatsoper de Viena, Royal Opera House Covent Garden de Londres, Opera de París, Bolshoi de Moscú, Teatro Colón de Buenos Aires, Opera de San Francisco, Opera de Hamburgo, Opera de Múnich, así como a los festivales de Salzburgo, Aix en Provence, Glydebourne, Pesaro o Verona, entre otros.
Su voz se ha escuchado junto a las mejores orquestas y los más prestigiosos directores, entre ellos Herbert von Karajan, Leonard Bernstein, Zubin Mehta, James Levine, Claudio Abbado, Seiji Ozawa o Riccardo Muti.
En su repertorio figuran La serva padrona (Pergolesi); Cossì fan tutte (Mozart); Norma o I puritani de Bellini; La favorita (Donizetti); Il Trovatore, La Traviata, Un Ballo in Maschera y Aida (Verdi); las heroínas Isolda y Sieglinde de Wagner; el cuarteto de Puccini (Tosca, La Bohème, Madame Butterfly y Turandot); la Adriana Lecouvreur de Cilea; o la Salomé de Strauss.
La soprano siempre se sintió especialmente unida al Liceo y, así, fue la primera cantante que mostró su apoyo incondicional al quedar destruido por las llamas en 1994, cantando ante sus ruinas y donando una importante cantidad para su reconstrucción.
El emblemático teatro también ha tenido siempre muy presente a su diva, a quien convirtió en 2002 en la primera mujer socia del Círculo del Liceo y a la que dedicó ese año el libro Montserrat Caballé, 40 años en el Liceo.
En enero de 2012, el Liceu homenajeó a Caballé con motivo del 50 aniversario de su debut en el teatro barcelonés con una gala que contó con la presencia de numerosos compañeros de profesión y amigos de la soprano, como los tenores Josep Carreras y Juan Diego Flórez o el barítono Joan Pons.
Montserrat Caballé ha hecho además incursiones en la música popular e incluso en la música pop, y siempre quedará en el recuerdo la interpretación que hizo en 1988 junto al cantante Freddie Mercury del tema Barcelona, que abanderó los Juegos Olímpicos de Barcelona'92.
La impulsora del Concurso Internacional de Canto que lleva su nombre ha vivido en los últimos años problemas de salud que le han obligado a cancelar varios compromisos. Así, del 20 al 31 de octubre de 2012 estuvo ingresada en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, tras sufrir en Rusia un ictus, que le causó la rotura de húmero de la que fue operada en la Clínica Teknon el 10 de noviembre.
Su marido es el tenor aragonés Bernabé Martí (Martínez) Remacha, con quien se casó en 1964 y con el que tiene dos hijos, uno de ellos la soprano Montserrat Martí, que la ha acompañado en recitales en los últimos años.
Caballé ha recogido durante su carrera innumerables premios y distinciones, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, recibido en 1991 ex aequo con otros grandes de la lírica española: Victoria de los Ángeles, Teresa Berganza, Pilar Lorengar, Alfredo Kraus, Plácido Domingo y Josep Carreras.
También posee el Lazo de Dama de Isabel la Católica (1966), el Premio de la Academia del Disco Lírico de París (1971), Rosa de Oro de Brescia (1976), medallas del Liceo (1966), de Oro del Teatro (1972), Oro de las Bellas Artes (1973), Oro de la Generalitat de Cataluña (1982), Oro de Madrid (1988), Fidelio de la Asociación Internacional de Directores de Ópera (1992), del Spanish Institute de Nueva York (1994), y Honorífica de la Escuela Superior de Música «Reina Sofía» (1998), entre muchas condecoraciones.
Igualmente, recibió doctorados honoris causa por la Universidad Politécnica de Valencia (1999), Internacional Menéndez Pelayo de Santander (2008) y Barcelona (2011).
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