El entrevistador dijo que nunca había conocido a un primer ministro «tan joven y tan atractivo», antes de centrar varias cuestiones en su embarazo. | Wikimedia

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Raro es el día en que la realidad que nos rodea no da pie a hablar sobre machismo y su presencia arraigada en todos los ámbitos de la vida pública. En esta ocasión ha causado un gran revuelo una entrevista que el periodista australiano Charles Wooley realizó a la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Arden, en la que más allá de su faceta política el entrevistador hizo hincapié en su vertiente de mujer y madre, algo impensable en el caso de un líder de género masculino.

Numerosos medios de la esfera anglosajona, como 'The Guardian', y las redes sociales se llenaron de artículos y referencias a la entrevista y a las preguntas del periodista, así como a las referencias poco veladas al aspecto físico de Arden. Así, dijo que nunca había conocido a un primer ministro «tan joven y tan atractivo», motivo por el cual se sentía «un poco pillado», y «enamorado» de ella, al igual que todo su país.

Un apartado extenso dedicó Wooley al embarazo de la primera ministra, en presencia además de su pareja, y por ejemplo le preguntó en qué fecha esperan el nacimiento de su hijo, destacando que muchos podrían así contar hacia atrás para descubrir la fecha de la concepción del vástago.

«¿Por qué no debería concebirse un bebé durante una campaña electoral?», preguntó el periodista, ante la sorpresa de la primera ministra neozelandesa, quien afirmó que «no era necesario entrar en detalles».

La polémica está servida, especialmente en Nueva Zelanda, donde muchos han considerado sexista el enfoque de la entrevista.

Por su parte, la primera ministra trató de rebajar la tensión, y afirmó a medios nacionales que no consideró que las preguntas fueran ofensivas o lesivas hacia su persona, aunque reconoció que no entendió demasiado la referencia a su embarazo y las cábalas referentes al parto y al momento de la concepción.

Asimismo, la cadena que emitió la entrevista dio la cara por su trabajador, afirmando que solo trató de hacer el tipo de preguntas incómodas que le interesan a la gente.