El padre de este «invento» es Cliff Arnall, psicólogo de la Universidad de Cardiff, quien, utilizando varios factores como las deudas adquiridas durante la navidades, la falta de motivación, el incumplimiento de los buenos propósitos del nuevo año o las condiciones climáticas realizó una ecuación para calcular el día más triste del año, que señaló como el tercer lunes de enero.
La idea fue de una agencia de viajes para promocionar la mejor época del año para viajar y tiempo después se extendió para designar esa fecha como el día más deprimente.
Aunque la fórmula matemática utiliza factores que son reales y que afectan al estado anímico, «es un planteamiento arbitrario con cierta base pero con muy poca consistencia», señala a Efe Jaime del Corral, psiquiatra de la Clínica La Paz de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
«Ha cogido una serie de elementos negativos y ha hecho una ecuación de forma arbitraria para deducir que es el peor día del año», insiste este experto, quien asegura que esos factores se pueden dar igualmente el tercer martes o el tercer miércoles de enero o en febrero.
No obstante, reconoce que a base de insistir se puede convencer a alguien de que ese es un día malo, puede llegar a sugestionarse y plantearse realmente que el 15 de enero va a ser muy triste.
El psiquiatra explica que es natural que en esta época del año se experimenten ciertos cambios anímicos, algo de estrés, cansancio emocional o desmotivación, pero hace hincapié en que no tiene que confundirse con la depresión. «Es normal tener bajones anímicos», incide.
En general, el invierno es uno de los momentos en que más aumentan los síntomas depresivos, pero no tiene que coincidir necesariamente con el tercer lunes de enero, ni siquiera con este mes.
A su juicio, en España, el 'Blue Monday' es un concepto que tiene muy poca aceptación. «Yo no veo que la gente lo comente por la calle, creo que, de momento, es más una curiosidad que una creencia popular».
Este psiquiatra tampoco observa que la gente vaya más a las consultas ni que haya más urgencias. Por lo que «no forma parte, al menos de momento, de las creencias de los españoles», concluye.
Tampoco cree que el «Blue Monday» tenga ninguna base científica la psicóloga clínica Cristina Wood, de la Sociedad Española del Estudio de la Ansiedad y el Estrés, quien señala a Efe que es normal que tras las Navidades aparezca la tristeza porque «han faltado seres queridos, se han tenido muchos gastos y es otra vez recuperar la rutina».
De la misma opinión es el psicólogo Jesús Matos, quien asegura que no tiene evidencia designar un día como el más triste del año, aunque reconoce que «los lunes son difíciles, pero también enero es difícil y el invierno es difícil».
Según señala a Efe este psicólogo, autor del libro «Buenos días, alegría», el «Blue Monday» puede resultar al final una profecía autocumplida: «basta que lo pensemos, para tener predisposición a hacer cosas que nos ponen triste».
Y es que hay una relación directa entre las actividades agradables que hacemos y el nivel de bienestar que logramos, que suele coincidir con los fines de semana, por lo que es normal tener «bajón» los lunes.
En cualquier caso, según este psicólogo, «estar triste es absolutamente normal, necesario y sano», y para luchar contra este estado anímico «lo mejor que podemos hacer es estar activos, que la tristeza no guíe nuestra vida». De hecho, el factor que más mantiene la tristeza y nos puede llevar a convertirla en depresión es la inactividad, asegura.
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