El juzgado emitió el pasado 17 de julio una sentencia, remitida a Efe por el letrado Fernado Osuna, que concluye que la demandante «es hija no matrimonial (del demandado), con todos los efectos jurídicos que de ello se deriven».
El fallo de la juez recuerda que el padre reconoció «la paternidad reclamada» durante todo el proceso, si bien se negó a realizar la prueba de ADN.
La demandante presentó una prueba realizada con una muestra de un vaso de tubo que había utilizado en un lugar público un hermano de su padre biológico.
Esta apuntó a un parentesco tío-sobrina de un nueve por ciento, lo que implica que el demandado tiene más de un noventa por ciento de probabilidades de ser el padre.
El bufete Osuna explica, a través de un comunicado, que la demandante intentó ser reconocida varias veces, pero siempre obtuvo la negativa a pesar de que posee numerosas cartas y fotografías que prueban tal relación.
Según el letrado, esta sentencia dará acceso a la hija a una herencia millonaria, pues explica que el padre es «un empresario gallego que hizo fortuna en Suiza».
Los datos facilitados por este letrado apuntan a que al menos cuarenta gallegos reclaman su paternidad por la vía judicial, por lo que lo habitual es que un detective, como fue este caso, busque restos de ADN en lugares públicos.
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