Conocer toda la información genética de los tumores con un simple análisis de sangre ya es una realidad gracias a la biopsia líquida, un avance «tremendamente importante» que ha supuesto una «revolución» en la oncología porque cambiará en muy poco tiempo la forma de tratar el cáncer.
No sustituye a la tradicional pero gracias a la biopsia líquida se podrá conseguir un diagnóstico precoz del cáncer, determinar las mutaciones de los tumores y conseguir así tratarlos con fármacos diana, además de comprobar las posibles recaídas antes de verlas por imagen y si un tratamiento está siendo eficaz, según explican varios expertos.
En la víspera del Día Mundial contra el Cáncer, el presidente de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO), Vicente Guillem, afirma que es una prueba «sencilla y no invasiva» ya que es un análisis de sangre al paciente con cáncer, a través del cual se puede detectar el ADN del tumor y sus posibles mutaciones.
«Hasta ahora nos basábamos en imagen morfológica para ver la respuesta a los tratamientos, veíamos si el tumor disminuía o no o si incluso desaparecía, pero a veces esas desapariciones radiológicas no son del todo reales, ahora podemos ver si las mutaciones genéticas han desaparecido de la sangre y por tanto saber si el paciente está en remisión», abunda.
El jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, Rafael López, define la biopsia líquida como una «foto del tumor» y recuerda que cuando él empezó en la oncología, hace cerca de 30 años, se tenía la creencia de que todos los tumores eran iguales, que todas las células eran iguales.
Durante años, explica López, se ha aprendido que los tumores tienen «muchísimas mutaciones», que trozos del tumor son distintos a otros, que las metástasis son diferentes entre sí y el cáncer primario, pero no existía ninguna herramienta para saber realmente cómo eran y así poder atacarlos.
«Empezamos a hacer de forma experimental algunas biopsias dirigidas, pero teníamos la limitación de que son métodos muy cruentos. De repente, con la tecnología y el conocimiento vimos que había células tumorales en la sangre y que había trocitos de ADN sueltos o bien encapsulados en otras partículas y con el avance en la tecnología éramos capaces de estudiar a nivel molecular todo el tumor», detalla López.
Lo que pretende esta técnica, insiste el experto, es «monitorizar al paciente» para elegir el mejor tratamiento, el pronóstico y establecer si hay que cambiar la medicación.
Sin duda, agrega López, es una «revolución»: «Vamos a cambiar completamente la forma de tratar».
Prácticamente sirve para todos los pacientes y todos los tipos de cáncer, según señala Guillem, si bien apunta que en el caso de los tumores infantiles es más complicado porque suelen tener menos mutaciones.
Sin embargo, para aquellos con gran capacidad inmunogénica como el melanoma, el de vejiga, colón o mama, «quizás los más frecuentes», su eficacia está demostrada.
Aunque «ya es el presente», tal y como apostilla el presidente de la Fundación Eco, en España se realizan aún «muy pocas» y es que de momento es una tecnología cara, que se espera que se abarate cuando estas técnicas se extiendan.
López detalla que la biopsia líquida empieza a ser asistencial en los grandes hospitales para cierto tipo de tumores como el colorrectal, pulmón y melanoma en algunas indicaciones. «Estamos usando el uno por ciento de su potencial», asevera.
De hecho, de momento, se encuentra en las primeras fases pero avanza a gran velocidad y es que tal y como comenta Guillem «los avances tecnológicos son tan rápidos que van casi por delante de la clínica, porque no dejan tiempo a asentar conocimientos y realizar ensayos».
Por todo ello, Guillem asegura que las biopsias líquidas son muy «rentables» para el Sistema Nacional de Salud (SNS) porque son pruebas más rápidas, con menos peligro para el paciente, son seguras y con una eficacia constatada.
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