Sale Ortuzar, entra Esteban; todo fluye en el microcosmos del PNV

Todos, o casi todos, aplaudieron en su despedida del Congreso al que ha sido portavoz 'jeltzale' los últimos veintiún años

El diputado del PNV Aitor Esteban (d) durante la sesión de control al Gobierno de este miércoles, su último día en el Congreso. | Efe - SERGIO PÉREZ

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Este pasado miércoles fue una reseñable jornada en el Congreso de los Diputados. El pleno al que acudió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para dar cuenta sobre los incipientes planes europeos de rearme ante las diversas crisis geopolíticas que amenazan a los Veintisiete fue también el de despedida de un diputado valorado y respetado prácticamente por todo el espectro político. Aitor Esteban abandonó la portavocía del PNV en la cámara baja de las Cortes españolas tras una dilatada trayectoria en la que ha dejado constancia de sus cualidades de oratoria y de su calidad humana. En otras épocas le llamaban a eso «talante».

Aitor Esteban pasa a Bilbao, a dirigir orgánicamente a los jeltzales en sustitución del, hasta la fecha, otro peso pesado de los soberanistas vascos. Andoni Ortuzar abandona la primera línea política, y en su última entrevista a Aimar Bretos en la Cadena Ser reconoció que volvería a trabajar porque «dignifica», y porque todavía queda hipoteca por pagar. En algunos extractos de su conversación Ortuzar rememoró algunos momentos dificultosos de su etapa al frente del PNV, como cuando tuvo que decidir el apoyo a la moción de censura que acabó con el Gobierno de Mariano Rajoy (PP), en pleno estallido del escándalo de la Gürtel, y apenas unos días después de haber votado a favor de los presupuestos de su ejecutivo.

Ortuzar auguró que a Pedro Sánchez le queda cuerda para rato. Sugirió, sin dar nombres, que otros pasarán a mejor vida política antes que lo haga el actual secretario general de los socialistas. No pareció demasiado nostálgico al salir de la escena, pues tanto tiempo en la carretera tiene sus costes, aseguró.

Pero el gran ‘baño de masas’ de la jornada fue para Aitor Esteban en el Congreso, que resultó agraciado con una ovación de todos, o casi todos, al final de la sesión. Alguien que bien lo conoce, por haberlo enfrentado en las urnas vascas como el actual portavoz del PSOE, Patxi López, afirmó que «te llevas todo nuestro respeto, gracias de todo corazón». Esteban aprovechó sus últimos momentos en el Congreso para pedir a los jóvenes que «no den la espalda a la política». Sin ahorrarse la sorna que en ocasiones ha tamizado sus aportaciones parlamentarias, el dirigente vasco bromeó con que «algunos pensáis que no me voy ni con agua hirviendo. He tardado un poquito, pero me voy».

Reconoció que pasar tiempo en el Congreso –él llegó tras los atentados del 11M, hace veintiún años– amplía las miras y emplazó a ir apartándose del ruido «que se escucha y se ve en la tele; se pueden hacer muchas cosas por el bien común». Confesó que en el Congreso se hacen amigos «para siempre» y que la mayoría de las personas con las que ha coincidido son «buena gente».

«Pero también hay mala gente, como en todas partes, porque esto es un reflejo de la sociedad». Esteban avisó, antes de despedirse con un protocolario «Gora Euskadi Askatuta (Viva Euskadi libre)», que si bien en el Congreso dejarán de verle, los miembros del Gobierno van a tener que seguir relacionándose con él en su día a día, habida cuenta de la condición de socio preferente del PNV con respecto al ejecutivo de coalición. La presidenta del Congreso, la mallorquina Francina Armengol, sí dijo que le echará de menos en la Carrera de San Jerónimo.