Esta vez el pretexto gira en torno a un palacete en París que, según los nacionalistas, fue pagado por su partido, "incautado" por la Gestapo y entregado al régimen franquista, por lo que exigen recuperarlo. No obstante, los populares, en base a una sentencia del Tribunal Supremo, defienden que este inmueble forma parte del Patrimonio del Estado español y que entregarlo a dicha formación solo puede entenderse como un "pago político" a cambio de "mantenerse en el poder".
Así lo expresó, primero, el portavoz parlamentario popular. "El PNV se ha convertido en el partido aprovechategui que ha utilizado la debilidad del Gobierno para hacer caja y no en beneficio del País Vasco sino en el suyo propio", señaló Miguel Tellado en rueda de prensa, en la que llegó a bautizar a los nacionalistas como "airPNV". Los peneuvistas aprovecharon el primer cara a cara para responder al popular. Desde la tribuna del Congreso, donde se debatía el decreto ómnibus que, entre una batería de medidas, recogía esta entrega de palacete, la diputada Idoia Saguistizabal retomó las declaraciones de Tellado: "Soy más educada que usted y no le voy a decir lo que pienso de sus declaraciones lamentables de ayer. Siga, señor Tellado, siendo tan torpe, siga haciendo amigos que así le va a ir fenomenal. Es usted un sinvergüenza".
En el turno del PP, el vicesecretario de Economía, Juan Bravo, salió en defensa de su compañero de partido. "Si la amistad con los nacionalistas "cuesta 16 millones", en alusión al precio estimado del inmueble, eso ya parece "chantaje". Tanto el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, como el portavoz del PNV, Aitor Esteban, defendieron a los suyos, remarcando ese distanciamiento entre ellos. Este último llegó a acusar a Tellado de "ser un torpe" y ha afirmado que defiende posiciones "absolutamente derechistas, neofascistas".
En todo caso, este último rifirrafe solo se suma a una larga temporada de desencuentros que tuvieron como inicio la moción de censura que sacó de Moncloa a Mariano Rajoy. "El PNV es el partido que impidió al PP llegar al Gobierno en 2023 y que le echó del Gobierno en 2018", recuerdan desde Génova, que vuelven a recriminar al PNV que "cuando pudo elegir entre Feijóo y Sánchez, eligió a Sánchez, y si después de esa decisión esperaba que el PP aplaudiera que el Gobierno le entregara un palacete de todos los españoles a un partido político para que se lucre tanto con ese bien como con su alquiler, es que no entiendo nada".
Los reproches se hacen al máximo nivel. El líder popular llegó a acusar esta semana al PNV de ser "un satélite más del PSOE" y de no tener "criterio" en sus políticas. "Cuando vuelva otra vez a ser un partido que tenga criterio y pueda actuar con unos o con otros en función del objetivo del pacto es evidente que podrá hablar con el PP", alegó el pasado jueves Feijóo, quien marcó su posición de máximos: "Mientras que el PNV sea un socio estratégico en Euskadi y en Madrid en favor del sanchismo, es imposible hablar con alguien que no quiere hablar".
La llegada de Feijóo al liderazgo del PP prometía retomar las relaciones con los peneuvistas. Pero pasó de coquetear con el nacionalismo vasco a renegar de este; de intentar que fuera uno de sus socios principales a retratarle como consecuencia de la que entendieron como una traición por votar en contra de investir presidente del Gobierno a Feijóo y revalidar en la presidencia a Pedro Sánchez.
Así, a pocos días de la cita con las urnas vascas en abril de 2024, el PP se tomó la revancha contra el PNV en su momento más incierto en Euskadi y pasó de pedir el apoyo a su líder nacional a vincularle con Bildu. A partir de ahí, y a medida que PNV seguía apoyando el Gobierno de Sánchez y el PP se lo ha ido reprochando, las relaciones entre sendas formaciones han ido resquebrajándose hasta los reproches de esta semana, que han ido subiendo de tono y dejan a los dos partidos más alejados que nunca.
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