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Conforman una de las caras más horribles y desesperantes de la catástrofe producida por la DANA que arrasó parte de Comunidad Valenciana, Castilla-La Macha y Andalucía el pasado 29 de octubre tras descargar hasta 184,6 litros por metro cuadrado en una hora. Los desaparecidos se han convertido en una constante en redes sociales, donde familiares y asociaciones se afanan por dar difusión a los rostros de una tragedia que ya se ha cobrado más de 220 vidas.

Fue ese mismo día cuando el impacto de las fuertes lluvias se traducía en un nombre. José Hernaiz, un camionero de 64 años de L'Alcúdia, se encontraba en plena jornada laboral cuando fue sorprendido por la enorme riada. Según relató su propia hija en televisión, el dueño de un vivero cercano le recomendó dejar el camión, ya que las condiciones meteorológicas impedían seguir conduciendo. Tras llamar al 112 no se supo más de él. Se convirtió así en el primer desaparecido oficial. Cuatro días después su cuerpo era encontrado sin vida cerca de su vehículo, en el barranco de Prado, Guadassuar.

El de Hernaiz fue solo un nombre de un reguero de desapariciones que todavía continúa. Según los datos oficiales facilitados por el Centro de Integración de Datos (CID) y que se actualizan cada día, hasta el momento hay 50 expedientes activos, una cifra que fluctúa en cada jornada porque, según ha detallado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), "los expedientes activos de desaparición pueden aumentar o descender en función de las nuevas identificaciones que puedan producirse entre los fallecidos existentes, el incremento de denuncias de desaparición o la localización de personas con vida".

Desde SOS Desaparecidos, por su parte, ahora cuentan con unas 25 alertas oficiales. La organización está recabando datos de personas de las que no se sabe nada por primera vez sin que haya una denuncia previa. "Ante la situación extrema de los acontecimiento, no solicitamos la denuncia en los caos que nosotros activamos ni a los que hicimos un seguimiento sin activación, pero sí que previamente hablamos con las familias, contrastamos la desaparición y solicitamos la autorización de difusión y desactivación pública", señalan desde la organización a 20minutos, que tan solo dos días después de la tragedia, el 31 de octubre, pedían a la Generalitat valenciana que activaran más líneas de información que la que había disponible (900365112) porque el número llevaba "colapsado 24 horas".

En la carretera o en su propia casa

Parejas, familias al completo y muchos trabajadores conforman un listado que tiene en vilo a decenas de familiares, que han sido avisados de que aporten todos los datos posibles sobre las personas a las que se busca. Entre ellas, por ejemplo, Emeterio Mora y sus dos hijos, Jesús y Javier, los tres se encontraban en Chiva, en la A3, concretamente en la salida 332 junto al barranco de la Canaleja.

Entre las historias a las que más voz se ha dado también está la de los pequeños Izan y Rubén Matías, de tres y cinco años. Los niños fueron arrastrados por el agua cuando se llevó por delante parte de su vivienda, en Masía del Juez, una pedanía de Torrent. Todo delante de su padre, Víctor, que no pudo hacer nada por salvar a sus hijos. "Había un árbol en el que mi hijo se quedó enganchado. Estuvo a punto de soltarse para que la corriente se le llevara a él también, pero dice que pensó en su mujer y por eso siguió agarrado", contaba esta semana la abuela de los pequeños a una televisión local.

Florin Costel y Axinia Sandu, de 57 años, también desaparecieron el día 29 cuando se encontraban en el Parque Natural de la Albufera, concretamente de la calle Camí Rabisanxo de Alfafar, donde vivían. Según relataban sus hijas a ABC estos días, el agua que bajaba como un tsunami del barranco del Poyo se estampó contra su vivienda. Pasadas las 22.00 horas se comunicaron por teléfono por última vez, cuando les dijeron a sus hijas que no podían aguantar más y que la riada se los llevaba.

Antonio Noblejas, de 71 años, fue visto por última vez cerca el circuito de Cheste, en la CV 383, en su cartel de alerta se puede ver la última imagen que captó de él una cámara de seguridad; Lorenza Marlene Villaverde, de 35 años, desapareció de Catarroja; Manuel Blesa, de 70 años, de Paiporta; Amparo Montes, de 78 años, estaba en el barrio de La Torre; Bienvenida Rodríguez, de 74, también se encontraba en La Torre, según su alerta, supuestamente fue rescatada por los Bomberos a las 16.00 horas y la familia no consigue dar con ella.

También está denunciada la desaparición de Francisco Ruiz Martínez, de 64 años y vecino de Montserrat, se encontraba con sus nietos en un polígono de Valencia, cerca de un Mercadona. Los niños fueron rescatados de encima del coche. Ellos mismos contaron cómo el agua se había llevado al abuelo. En Massanassa falta Roberto Grau (56 años). En Cheste, Cándido Molina (62 años), José Martínez Toral (46), Elvira Martínez (63 años) y su hija, Elisabet Gil (38). En Sot de Chera, Javier Sánchez Rocafull. En Catarroja, Felipe García Monteagudo (67) y Luciano Bravo (58). En Alfafar, Aurelio Martín (67). En Albal, Felipe Lahoz (55). En Venta Mina, Sergio Llorens (49). Y en Benetússer Fernando Durán (54).

Aunque SOS Desaparecidos no es la única organización pendiente de los casos de desaparición. Un grupo de personas ha creado una web donde se pueden incluir los datos de familiares y amigos que no son encontrados desde el paso de la DANA, también de las mascotas perdidas.

En la misma, los registros se cuenta por cientos. Reshma Escribano, de 26 años, salía de su trabajo, en la Clínica Veterinaria Benevent de Benetússer o Luciano Bravo Morales, de 58 años, contactó con su familia por última vez a las 19.30 cuando estaba encima de su coche en Catarroja... y así un sinfín de peticiones de ayuda.

En la zona del desastre se han habilitado oficinas ante mortem para que las familias acudan a aportar datos. Un equipo mixto creado entre la Policía Nacional junto a la Guardia Civil y médicos forenses recogen toda la información que pueda ayudar a su reconocimiento en el caso de que se encuentren fallecidos como tatuajes, cicatrices y muestras de ADN que envían a un registro centralizado.

Estas instalaciones están ubicadas en el caso de la Guardia Civil en la Comandancia de Patraix, en la calle Calamocha 4, y en el caso de la Policía Nacional en la Jefatura Superior de Policía, en la Gran Vía Ramón y Cajal, 42. Ambas en la ciudad de Valencia. Además, han sido instaladas oficinas móviles para evitar que las familias tengan que desplazarse a Valencia en las localidades de Albal (Puesto de la Guardia Civil, calle de la Tabacalera), Alfafar (Edificio Municipal de Bienestar Social, calle La Taleta, 38) y Algemesí (retén de la Policía Local, Calle Sant Nicolau de Bari, 56). Su horario ininterrumpido es de 9.00 a 21.00 horas.