La princesa Leonor, radiante en la otoñal mañana de la Fiesta Nacional

La copiosa lluvia que auguraba las predicciones meteorológicas ha sido determinante para que la princesa eligiera el uniforme de invierno en azul marino, con cordones dorados y nudos en su hombro derecho; de su cuello colgaba el Toisón de Oro. Su guerrera la cruzaba la banda azul de la Orden de Carlos III que recibió de manos de su padre cuando cumplió 18 años.

Una coqueta gorra femenina es el complemento del uniforme en el que también incluyen unos guantes blancos. La princesa de Asturias tiene la potestad de elegir falda o pantalón, por el que se ha decantado, lo que ha permitido al resto de mujeres que desfilaban optarán por él. La princesa ha estado comentando con el Rey algunos detalles del desfile, y en algunos momentos se ha percibido cómo sus uniformes se mojaban debido a la copiosa lluvia.

Una vez terminada la parada militar, tanto los Reyes como su hija y las autoridades invitadas se han trasladado al Palacio Real para saludar en el tradicional besamanos. En ese momento, y a pesar de la humedad de su uniforme la princesa ha preferido continuar con él durante todo el saludo, aunque sí se ha despojado de la gorra. El rey, Felipe VI, que durante el desfile vestía de uniforme, ha preferido cambiarse y saludar a todos los presentes con traje.

La reina Letizia, con vestido rojo y gabardina ha acudido al desfile pertrechada de una amplia gabardina en tono camel, anudada a la cintura, muy apropiada para las continúas lluvias que han protagonizado la mañana.

El salón Gasparini del Palacio Real es el que ha acogido el besamanos, donde se ha podido comprobar la elección de la reina, que ha optado por un favorecedor vestido rojo fluido, con lazada en el cuello, manga larga y corte midi que ya ha había lucido el acto de entrega de las acreditaciones a los nuevos embajadores de la X edición de "Embajadores Honorarios de la Marca España".

A diferencia de aquella ocasión, la reina ha elegido unos zapatos con tacón reducido. Unos pendientes largos de rubíes de su joyero personal complementaban el conjunto. En el Palacio Real, ya todos los invitados se han desprendido de abrigos y gabardinas, la pieza estrella de la mañana, de color rojo en el caso la de la Ministra de Defensa, Margarita Robles. No han renunciado tampoco a ella la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera; Lidia Bedman, esposa de Santiago Abascal o la presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Isabel Perelló .

También ha sido el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, bajo la que lucía un vaporoso vestido de lunares en blanco y negro. Durante el encuentro con los Reyes y la princesa Leonor, las señoras han elegido tonos otoñales: el negro, burdeos, verde oliva y azul marino, en trajes de chaqueta y vestidos han sido recurrentes.

Una de las invitadas más elegantes ha sido la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, con un abrigo-vestido, de línea esmoquin en azul noche, el mismo tono por el que ha optado la presidenta de Baleares, Marga Prohens. La ministra de Educación, Pilar Alegría, es de las pocas que se ha atrevido con un estampado de grandes hojas y puños y cuello camiseros. Una falda negra con amplios estampados laterales y blusa blanca ha sido la opción de Teresa Urquijo y Moreno, esposa del alcalde de Madrid.

La presidenta de la Comunidad Navarra, María Chivite, no ha temido las inclemencias del tiempo al lucir un vestido ligero en blanco y azul, mientras que la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, se ha decantado por uno en rojo intenso de corte japonés.