La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el conseller de Acción Climática de la Generalitat, David Mascort, durante la reunión que han mantenido este lunes en Barcelona. | Andreu Dalmau

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El Gobierno y la Generalitat de Cataluña han desencallado la financiación de las dos nuevas desaladoras catalanas del Tordera y el Foix, y han acordado poder traer agua en barcos desde Sagunto (Valencia) a Barcelona «si fuera necesario» a principios de verano, ante la extrema sequía que vive Cataluña. Así lo han explicado este lunes la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el conseller de Acción Climática de la Generalitat, David Mascort, después de una reunión entre ambos.

Ribera y Mascort han detallado en rueda de prensa que las nuevas desaladoras, una que amplía la actual del río Tordera en Blanes (Girona) y una segunda en el río Foix, en Cubelles (Barcelona), están valoradas en 467 millones de euros y se impulsarán mediante la empresa estatal Acuamed, con la previsión de estar terminadas en 2028 y 2029, respectivamente. «Es la forma más ágil para empezar enseguida, cualquier otro sistema haría retardar las licitaciones», ha detallado el conseller.

Aunque Acuamed licite la obra, Mascort ha dejado claro que las dos desaladoras serán propiedad de la Generalitat y estarán gestionadas por Aigües Ter Llobregat (ATLL), como ocurre con las dos plantas ya activas (Tordera I y El Prat de Llobregat). La primera nueva desaladora que se terminará es Tordera II, con un presupuesto de 287 millones de euros y que tendrá una capacidad de generar 60 hm3 al año.

Los trámites de esta obra ya los había iniciado la Generalitat por su cuenta, cuando el Gobierno no había concretado su financiación, pero aún estaba pendiente de licitar la construcción. Así, el proyecto básico, la declaración de impacto ambiental y otros trámites para su construcción, ya se han entregado a Acuamed para que inicie el proceso de licitación de las obras, previsto para este abril, y con la previsión de que esté operativa en 2028.

Si bien la desaladora de Tordera se licitará más tarde de lo previsto inicialmente por la Generalitat -lo planteaba para 2023-, con la nueva fórmula de financiación se adelanta cuatro años la de Foix, con un coste de 180 millones de euros. La planta tendrá una capacidad de 30 hm3 al año y su construcción se espera para la primera mitad del 2026, con la previsión de que esté terminada en 2029.

Ribera ha destacado que la financiación de ambas plantas se hará mediante fondos europeos MMR (Mecanismo para la recuperación y resiliencia), en concepto de créditos del Estado a la Generalitat.
Para la devolución del crédito, por parte de la Generalitat, «se aplicará el principio de recuperación de costes», ha detallado Ribera.

Esto significa que el coste acabará repercutiéndose a largo plazo en la factura del agua que paga el ciudadano, pero Mascort y Ribera no han concretado qué incremento supondría.

Sagunto: desaladora «infrautilizada»

A propósito de los barcos de agua que podrían llegar desde la desaladora de Sagunto para asegurar el agua de boca en Barcelona y el área metropolitana «si fuera necesario» y como «medida excepcional», Ribera ha explicado que se trabaja para que en su caso esta solución pudiera estar operativa desde el 1 de junio.

La ministra ha querido dejar claro que esa infraestructura de Sagunto, propiedad estatal, está «infrautilizada» porque funciona al 10 % de su capacidad, de manera que el aumento de la producción para destinarla a Cataluña "no compite" con los «usos locales» del agua en la Comunitat Valenciana. Ribera ha especificado que el coste de aumentar la capacidad de la desaladora lo asumirá el propio Estado, si bien el precio de transportarla en barcos y distribuirla en Cataluña correrá a cargo de la Generalitat, sin concretar cantidades.

Gobierno y Generalitat plantean hacer el transporte con dos barcos, en una operación que supone 12 horas de carga del agua en cada embarcación. Así, cada día podrían llegar entre uno y dos barcos a Barcelona, con hasta 40.000 metros cúbicos diarios en total. En cualquier caso, ambos han indicado que, al igual que ocurre con las dos nuevas plantas de desalación, se aplicará el principio de repercusión de costes en la factura del agua.

«No hace falta un trasvase del Ebro»

Tanto Ribera como Mascort han explicado que traer el agua de Sagunto es la opción «más sencilla y más viable» y, en ese sentido, han vuelto a rechazar la idea de un hipotético trasvase del Ebro hacia las cuencas internas de Cataluña. «El proyecto que hemos defendido es que no hace falta un trasvase del Ebro», ha dejado claro Mascort.

El conseller ha explicado que el 55 % del consumo del área metropolitana de Barcelona ya procede del agua de desaladoras y regenerada, y que con las nuevas desaladoras y la ampliación de las plantas de reaprovechamiento del agua se llegará a depender poco de los pantanos, es decir, de la lluvia.