El conseller de Acción Climática, David Mascort, ha concretado este martes que el Govern catalán prevé decretar la emergencia por sequía en el mes de enero, lo que conllevará nuevas restricciones como un tope de 200 litros de agua por habitante/día. En una rueda de prensa tras el Consell Executiu, Mascort ha apuntado que «si no cambia nada, pues las previsiones no son buenas», la entrada en emergencia se dará «durante el mes de enero», cuando caerá el nivel de los pantanos de las cuencas internas estén por debajo del 16 %.
La entrada en emergencia en una primera fase implica restringir el agua a 200 litros habitantes/día, que podría pasar a 180 en un segundo nivel y 160 en un tercero si fuera empeorando la situación. Algunas de las restricciones sobre la mesa en el momento en que se declare la emergencia tendrán incidencia en el turismo y la industria, entre otros sectores, e implica entre otras medidas que durante el estado de emergencia no se puedan poner en marcha nuevos hoteles u otras actividades o servicios.
En cuanto a la ganadería, no se expedirán autorizaciones de entrada de animales para nuevas explotaciones ganaderas o para la ampliación de las que ya existen. Aunque se permitirá seguir con riego de las arboledas para evitar el «estrés hídrico» directamente relacionados con la caída de ejemplares y se prevé dar luz verde al riego de algunos espacios deportivos federados, se pedirá restringir el uso del agua en vestuarios y duchas.
«Se tratará de volver a lo que ya se hizo con el COVID. Tras la actividad física habrá que ducharse en casa», ha apuntado el conseller. En cuanto a las sanciones a los que no cumplan, Mascort ha insistido en que no es el objetivo aplicar multas o sanciones, «aunque si pasan los meses y hay ayuntamiento que no cumplen, pues se tendrá que sancionar». Por ahora, el Govern ha sancionado a dos ayuntamientos (Begur y Palau-Saverdera) y tiene en marcha alrededor de treinta procedimientos sancionadores.
En cuanto a la opción que Mascort adelantó a la Agencia EFE de traer agua en barcos desde otros lugares que consuman menos agua, como Tarragona, en virtud de la «solidaridad territorial», ha apuntado que es un escenario que se prevé, entre otros, «si llega el momento». «No lo demos por hecho que el agua vendrá de Tarragona o de otro lugar como Marsella. Dependerá de donde hay disponibilidad de agua y barcos. Si llega el caso se decidirá y si hablará con todo el mundo», ha señalado sobre si ya está en contacto con potenciales «donantes» de agua.
El conseller ha dejado claro que lo que se trasladaría por barco son entre 20.000 y 30.000 hectolitros y que tan solo se llevaría a cabo si en esos lugares no llegan a determinados niveles que garantizan sus propias reservas. «Sabemos que estas decisiones no gusta que se tomen pues acaban repercutiendo en la vida de las personas y en la actividad económica del país, pero es una situación grave, cada vez queda menos agua y debemos alargar al máximo la que tenemos», ha afirmado Mascort.
El conseller ha destacado que hace ya más de dos años que se prepara este momento de entrada en emergencia, que para ello se aprobó el plan nacional para la sequía, y por ello «nada será improvisado». Mascort también ha querido «felicitar» al «conjunto de la ciudadanía» por los esfuerzos realizados para retrasar al máximo la entrada en emergencia haciendo un uso responsable del agua «con sentido común».
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