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Tras la dulce derrota de Pedro Sánchez en los pasados comicios generales del 23 de julio, que le sitúan con serias posibilidades de repetir como presidente del Gobierno para cuatro años más, empieza un proceso clave en el que el jefe del Ejecutivo en funciones tendrá que hilar fino y tratar temas muy delicados para poder alcanzar su objetivo y salir de nuevo investido presidente.

Sánchez cuenta ya con los apoyos de Sumar y el confirmado de los abertzales de Bildu. A los socialistas les restaría alcanzar acuerdos con los secesionistas catalanes de Junts y ERC y los gallegos de BNG, sin olvidar a Coalición Canaria, una improbable, aunque no imposible, opción si la negociación se complica.

Los contactos habrían empezado ya, aunque se acelerarán a partir de la segunda mitad de agosto, cuando se espera que el calendario de negociaciones se acerque a su punto álgido. En la agenda del candidato socialista: financiación autonómica, autodeterminación, amnistía o estatutos de autonomía.

Financiación, amnistía y referéndum

El gran reto que tiene Sánchez es acordar con los independentistas catalanes varios de los aspectos que se van a poner encima de la mesa. El primero de ellos es el de la financiación autonómica, un asunto que está en la agenda de los gobiernos centrales en la última década y media y que es recurrente en los discursos de los barones de uno y otro de los grandes partidos.

El problema es que toda negociación acerca de la financiación con los catalanes va a poner en alerta a otras autonomías. De hecho, ya ha ocurrido, puesto que esta semana se ha rumoreado que el PSOE estaría tratando con ERC y Junts quitas en la deuda de Cataluña con el Estado central a cambio de apoyar a Sánchez en la investidura.

Pero si la financiación autonómica es delicada, más aún lo es el núcleo de las exigencias secesionistas y el papel que tendrán en la negociación. ERC, el 'poli bueno' del nacionalismo catalán para el PSOE, ya ha hablado sin tapujos de pedir el referéndum de autodeterminación, y ha recordado que en su día, Sánchez dijo que eran imposibles los indultos y eliminar el delito de sedición, asuntos en los que cambió de opinión posteriormente.

Esquerra, además, tiene otras exigencias: seguir negociando el conflicto político entre el Estado y Cataluña, el traspaso de las competencias de Cercanías y acabar con el déficit fiscal catalán.

En cuanto al 'poli malo', es decir, Junts, sus exigencias son claras: amnistía y autodeterminación, extremos que el PSOE no tiene previsto aceptar, aunque en Ferraz confían en que el necesario 'sí' de los exconvergentes está al alcance de su mano, negociación mediante.

El Estatuto de Gernika

Los nacionalistas conservadores vascos, es decir, el PNV, que se apresuró a cerrar la puerta a cualquier posible acuerdo con el PP por la presencia de Vox (y ante la sombra del sorpasso de Bildu en las elecciones vascas del año que viene), también se muestran dialogantes con el PSOE.

Sus exigencias tienen que ver con el modelo territorial vasco. Los jeltzales están esperando que el PSOE dé el primero paso, pero consideran imprescindible completar el Estatuto de Gernika.

2.000 millones para Galicia

El trío de nacionalistas con los que tendrá que lidiar el PSOE se completa con los gallegos del BNG, que tienen un escaño, el que ocupará Néstor Rego, y que ya se ha mostrado proclive a dar su apoyo a Sánchez. Eso sí, han dicho que no van a dar un "cheque en blanco" al líder socialista.

De hecho, sus exigencias son claras: 2.000 millones de euros para Galicia en los presupuestos generales del Estado, la gestión de la titularidad de la AP-9 y medidas frente a la emergencia climática.

¿Y el voto canario?

Por último y aunque pueda parecer, a priori, que queda fuera de la ecuación de Ferraz, está el voto de Coalición Canaria, también con un escaño. Los regionalistas canarios adoptaron en principio una posición de total neutralidad: ni apoyo a un PP con Vox ni a un PSOE con Sumar. Pero en este último caso, su veto se ha reblandecido y, aunque podría no necesitar su voto, Pedro Sánchez no descartaría su apoyo. Un voto que podría cambiar las cosas en cuanto a los apoyos desde Cataluña, especialmente desde Junts.

En cuanto a las exigencias de CC, cuyo escaño ocupará Cristina Valido, son el cumplimiento del régimen económico y fiscal de Canarias, el respeto a su estatuto de autonomía, la participación en la gestión de los aeropuertos y consignación presupuestaria anual para la reconstrucción de La Palma.