El entendimiento entre el Govern y el PSC llega después de que ERC aceptara la semana pasada la construcción de la B-40, como exigían los socialistas, lo que ha llevado a ambas partes a intensificar en los últimos días las negociaciones, que culminaron anoche.
El primer punto del documento sobre infraestructuras se refiere al «desarrollo económico del Camp de Tarragona» y prevé la ejecución de los trabajos para completar el Corredor Mediterráneo. También se estipula que durante este año habrá que «completar los procesos relacionados con el inicio del proyecto del Consorcio Recreativo y Turístico de Salou y Vila-seca» -el complejo del Hard Rock, al que se oponen los comunes y la CUP-, previa aprobación definitiva del Plan de Desarrollo Urbanístico, durante el primer semestre del 2023, y mantener la disponibilidad de los terrenos por parte de la sociedad, como paso previo a la evolución del proyecto.
Uno de los principales escollos de la negociación fue la construcción de la carretera B-40, a la que se oponía ERC, que tuvo que ceder para que las conversaciones con el PSC no descarrilaran. El documento acordado establece que «para la mejora de la movilidad en el Vallès Occidental y con el Baix Llobregat» habrá que «hacer efectivo, dentro del primer trimestre de 2023, con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el convenio de acuerdo y financiación que garantice la redacción del proyecto de la Ronda Norte (B-40) de los sistemas urbanos de Terrassa, Sabadell y Castellar, propuesta en el »Plan Específico de Movilidad del Vallès« y avalada por ayuntamientos y entidades de la comarca. Además, el documento refleja el compromiso de »ejecución de las obras por parte del Govern", como ya avaló el Parlament.
Uno de los puntos más delicados -y último fleco a cerrar- ha sido la cuestión del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, a cuya ampliación, propuesta por Aena, es reticente el Govern: la fórmula finalmente pactada habla de «modernizar» el aeropuerto, en paralelo al «desarrollo y protección del Delta del Llobregat». Eso significa, de entrada, acordar durante este año con el Gobierno español «una comisión técnica que permita acordar el nuevo modelo aeroportuario», para transformar el Aeropuerto de Barcelona-El Prat, de forma que gane capacidad y se convierta en un «verdadero 'hub' intercontinental», todo ello respetando la «biodiversidad», la convivencia con los vecinos y las directivas ambientales europeas. Además de buscar un modelo de «consenso» y «sin apriorismos» en el que la Generalitat «forme parte de la gobernanza» y se permita la conexión con alta velocidad de los aeropuertos de Girona y Reus, hay el compromiso de invertir, hasta 2026, un total de 49 millones de euros en el Delta del Llobregat: 35 millones para la mejora de infraestructuras de regadío, así como 13 millones en prevención de inundaciones.
Otro compromiso es acordar con el Gobierno español el modelo de traspaso de recursos económicos para la gestión de servicios ferroviarios que sean competencia de la Generalitat. Eso incluye la cesión de la titularidad de las infraestructuras que puedan ser segregadas de la red ferroviaria de interés general dentro de Cataluña, además de prever que el acuerdo sobre el traspaso de los recursos económicos se complemente con una actualización del Plan de Cercanías 2020-2030. También se prevé acordar con Renfe las actuaciones necesarias para adquirir y mejorar los trenes y talleres mientras la Generalitat no disponga de un operador propio preparado y en disposición para prestar los servicios de manera integral e inmediata.
1 comentario
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Veamos… Es QUE NO ME LO PUEDO CREER!!! La condición para APOYAR LOS PRESUPUESTOS INDEPES consiste en la OBLIGACIÓN DE QUE EL ESTADO INVIERTA MILES DE MILLONES MAS DE LO PREVISTO. RECUERDEN al votar.