Fuentes de Meliá han explicado que gracias a los acuerdos con las energéticas y a su estrategia de contratación en el mercado de futuros calculan que durante este año el «ahorro» será de unos 25 millones de euros, sobre el precio de mercado. El ahorro se podría repetir en 2023, porque ya tiene contratos de cobertura para la provisión de energía en sus 112 hoteles en España (entre propiedad, alquiler, gestión y franquicia) y 45 en el resto de Europa. Además, señalan que para mitigar los efectos de la incierta coyuntura geopolítica, derivada de la guerra de Ucrania, fundamentalmente, y de la alta demanda mundial de materias primas, que han generado una subida considerable de los precios en los países de la OCDE, la compañía optó por firmar un «Power Purchase Agreements» o PPA del 30 % de su consumo eléctrico en España a 10 años (desde 2024 a 2033). Un PPA es un contrato a largo plazo en el que una empresa generadora de electricidad, a través de renovables, vende esa energía a un tercero asegurando así la viabilidad económica de la instalación.
Al tiempo, con estos programas se asegura la compra de energía eléctrica con garantías de origen en Europa (España, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania). Estos acuerdos se extenderán al tiempo que la hotelera mallorquina desarrolla sus programas de gestión ambiental («Save») que recoge los principales indicadores como los consumos energéticos, hídricos, de residuos y de emisiones de la actividad y permite identificar oportunidades de mejora. Las inversiones del sistema de gestión energético y ambiental buscan conseguir los objetivos de descarbonización de la compañía, que ya tiene operativo su primer prototipo en el Gran Meliá Villa Leblanc, en la isla de Menorca, donde ha conseguido una reducción de emisiones de CO2 del 87 % con calderas de biomasa, energía geotérmica y recuperación de calor, fotovoltaica, recuperación de aguas limpias y grises, entre otras medidas.
Desde Riu, el jefe del departamento de compra energética, Juan Domenech, destaca que la mejor forma de contener la factura es reducir el consumo, aunque defiende que es «complicado» cambiar el patrón en los hoteles puesto que los picos de demanda siempre se dan en las mismas horas. A ello se añade que este verano ha sido muy caluroso, por lo que el gasto energético en aire acondicionado ha sido «elevado». Tener una buena estrategia de compra energética es otra clave, según explica Domenech, que añade que cuando comenzó la subida de precios cerraron acuerdos con sus proveedores energéticos a tarifa fija «en un corto plazo de tiempo en el que prevemos que no habrá bajada», aunque no desvela los términos precisos. Los precios se han multiplicado por 2,5-3 veces si se compara el de principios de 2021, antes de la invasión de Ucrania por Rusia, explica el directivo de la hotelera de la familia Riu, que no cree que la situación mejore sustancialmente hasta inicios de 2024.
El Grupo Hotusa explica que han definido un Plan de Transición Ecológica con la incorporación de nuevas energías de origen renovable, la optimización de la potencia contratada, la monitorización y digitalización de los contadores y la instalación de sistemas de recuperación de energía de los ascensores. Por su lado, Silken ha puesto en marcha con Endesa un proyecto en dos de sus establecimientos (en Bilbao y Valencia) de control inteligente de la climatización que le han permitido un ahorro energético del 14 % (unos 54.000 euros) mediante el uso de inteligencia artificial. La plataforma tecnológica recibe información en tiempo real sobre el consumo de los equipos, las condiciones de confort de las diferentes estancias y las condiciones climáticas exteriores para ajustar los parámetros de funcionamiento de los sistemas de climatización y ventilación. Otras hoteleras consultadas no han contestado a las peticiones de información.
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