Mozo será presidente suplente con funciones limitadas
Además, «expondrá previamente ante el Pleno las decisiones que proyecte adoptar en materias que no sean de gestión ordinaria para procurar alcanzar el mayor acuerdo posible sobre la decisión final», lo que se interpreta como una presidencia colegiada, pues Mozo ejercerá la suplencia del cargo en una institución interina. Dicen los vocales en su argumentación que el acuerdo «no se dirige a realizar ningún nombramiento del presidente de TS y del CGPJ, sino sólo a determinar una mera suplencia», esto es, «quién ejerce de manera temporal y provisional las funciones correspondientes al titular» ante la ausencia o inexistencia del mismo. Y explican que la legislación solo "prevé la sustitución del presidente del Supremo a favor del presidente de Sala más antiguo, pero sin extender esa suplencia al CGPJ, ni de manera directa ni de forma indirecta o en cascada mediante una suerte de suplencia de la suplencia« y eso implica una »diversificación" en dicha suplencia, uno para el Consejo y otro para el Supremo. De esta forma, el Pleno rechaza el informe encargado por Lesmes, que planteaba que su sustituto en ambas instituciones debería ser, de manera automática, el presidente de Sala más antiguo del Supremo, Francisco Marín Castán, de quien, en cambio, los vocales no cuestionan su legitimidad para presidir el alto tribunal.
Bicefalia en el Poder Judicial: Mozo al CGPJ y Marín al Supremo
Así las cosas, el Poder Judicial tendrá una bicefalia puesto que Mozo presidirá el órgano de gobierno de los jueces y previsiblemente Marín Castán será la cabeza visible del Tribunal Supremo. Esto es así porque «resultaría anómalo que, por una cascada de suplencias no prevista en la Ley, pudiera asumir la suplencia alguien que carece de esa legitimidad derivada por no haber sido nombrado ni de manera directa (como presidente del CGPJ) ni de manera indirecta (como vicepresidente del TS) para pertenecer al órgano constitucional de gobierno del Poder Judicial, legitimidad que sí cabe reconocer en quienes han sido nombrados por las Cortes». Mozo se convierte así en un caso único en la historia de la institución: presidente suplente, que llega al puesto tras la dimisión del titular, del que hereda el cargo pero no todas sus funciones, y aupado por sus compañeros, que sitúan así a un progresista en un organismo dominado por conservadores. Nadie podía imaginar en diciembre de 2018, cuando venció el plazo para renovar el CGPJ, que el todopoderoso Lesmes sería sustituido por un vocal de su propio Consejo, ya caducado, y con una importante interinidad en sus funciones, como así han acordado los vocales.
Llaman a PSOE y PP a un acuerdo «lo antes posible»
Asimismo, los vocales han manifestado de forma unánime su «reconocimiento» a la labor desarrollada por Lesmes del que destacan «su sentido institucional, su vocación de servidor público y su trabajo en aras del correcto funcionamiento del Poder Judicial» del que ha sido, subrayan, «un dignísimo representante». Al margen de estas cuestiones, el pleno quiere dejar claro que «los órganos del CGPJ seguirán actuando con plena normalidad» tras casi cuatro años en funciones por medio "del ejercicio de todas y cada una de las competencias que les atribuye el ordenamiento jurídico". Y confían en que el diálogo reabierto entre PSOE y PP para renovar el Consejo «cristalice, lo antes posible, en un acuerdo que garantice la renovación inmediata del Consejo». Por ello, continúan, «nuevamente, hacemos un llamamiento a las Cortes Generales para que, sin más dilación, procedan a cumplir su cometido y determinen la nueva composición del CGPJ».
Los nombramientos para el TC, paralizados y sin calendario
En cuanto a los nombramientos del Constitucional, el que era el único punto el orden del día de este pleno extraordinario hasta la dimisión de Lesmes ha quedado, como se esperaba, en un segundo plano, y tan solo se ha acordado que la comisión negociadora retome sus trabajos pero sin fijar aún un calendario al efecto. Como era previsible, Mozo ya no formará parte de esta mesa, que según han señalado fuentes jurídicas, volverá en la práctica a la casilla de salida dejando atrás esas vías alternativas que el sector progresista impulsó ante el bloqueo de los conservadores. No obstante y a la espera de un acuerdo para renovar el Consejo, las fuentes abren la vía para que los nombramientos se aplacen, pues en el pasado siempre que hubo un atisbo de acuerdo, el órgano de gobierno de los jueces paralizó toda designación de cargos, un escenario más que previsible en las actuales circunstancias.
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