Respecto a la inflación subyacente, que no incluye ni alimentos frescos ni energía, se ha situado en el 6,2 %, una leve moderación de dos décimas tras 14 meses seguidos subiendo, una tendencia al alza que comenzó en julio de 2021 con una tasa del 0,6 %. En tasa mensual, los precios bajaron un 0,6 % entre septiembre y agosto, y de confirmarse sería el mayor descenso en un mes de septiembre desde el inicio de la serie histórica, en 1961, señalan fuentes del INE. El índice de precios de consumo armonizado (IPCA), que mide la evolución de los precios con el mismo método en toda la zona euro, se situó en septiembre en el 9,3 % en tasa interanual y se mantiene igual en la mensual.
El Gobierno confía en la continuidad de la moderación
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha calificado de «buena noticia» la bajada de la inflación en septiembre y confía en que continúe la senda de la moderación. Además, ha subrayado que se espera que el año que viene haya «un nivel de precios más asumible o más normal», aunque ha reconocido que todo depende mucho del contexto internacional y habrá que esperar a la evolución de los precios de la energía. En este mismo sentido se ha pronunciado el profesor de la Universidad Internacional de Valencia Tomás Gómez, quien ha considerado que la tasa de IPC de septiembre es «un buen dato», pero es «chapa y pintura», ya que «el coche por dentro tiene daños y habrá que estar atentos al otoño, a la evolución de los precios del gas y de las materias primas».
«No soy de los que opina que (la inflación) ha tocado techo, es imposible saberlo», ha añadido Gómez, quien ha indicado que los datos de hoy deberían provocar un cambio en la estrategia del Banco Central Europeo y dejar en «stand by» la subida de tipos teniendo en cuenta su repercusión en la situación económica de las empresas, en la renta disponible de las familias y por tanto en el crecimiento. Por su parte, la economista senior de Funcas María Jesús Fernández ha reconocido que el dato de IPC general «ha sorprendido de manera favorable», y sobre todo porque viene acompañado de una bajada de la subyacente que «le da más contenido positivo al dato y hace que sea más alentador de cara a los próximos meses».
De hecho, ha estimado -en declaraciones a EFE- que la inflación media de este año podría quedarse en el 8,8 % y situarse el próximo «bastante más baja de lo que estábamos estimando hasta ahora». Ha querido dejar claro, no obstante, que «cualquier cosa puede ocurrir», y no se puede decir que «las tensiones inflacionistas remiten y están en vías de arreglarse», por lo que en los próximos meses habrá que estar pendiente de la evolución de la guerra en Ucrania o el abastecimiento de gas a Europa. Desde el Consejo de Economistas, esperan que el IPC medio este año sea del 8,5 % y que la tendencia de desaceleración iniciada con el dato de septiembre se mantenga apoyada en la evolución de las materias primas. Para el próximo año, sitúan sus previsiones de IPC medio en el 4 %.
7 comentarios
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Vam si colcú els hi explica a aquests des BCE, q sa inflació actual no té res a veure amb es c9nsum i que apujar tipus d'interès és arruïnar-mos una altra vegada, com ja va fer em Trichet
EduEntonces Edu, la guerra es una excusa para justificar la alta inflación, ¿no? Nos querían subir los precios y fastidiarnos y no sabían cómo hacerlo y se han inventado la excusa de la guerra, ¡seguro que es cosa de Sánchez! ¡De quien si no! Con el Covid fue igual, querían encerrarnos y se inventaron el Covid los dictadores que nos gobiernan. Opino que hay que ser más rigurosos con las opiniones. La gasolina y la luz acaban de bajar, ¡gracias Sánchez por bajar ahora la luz! Un poco más de rigor, por favor.
Esto a los del supermercado no se lo habrán dicho ¿no?. Lo digo porqué estos suben el precio con la excusa de la inflación de cosas que tenían ya almacenadas antes de la guerra, y como la gente ya se ha acostumbrado al nuevo precio pues lo dejan así.
Claro que baja, poniendo topes a la energía. Si quieren que baje más que pongan topes a la alimentación, son unos marrulleros