Antes de comparecer ante los medios, Aragonès se ha reunido -ya en su despacho en la Generalitat- con Puigneró, al que ha trasladado en persona la decisión de cesarlo. La pérdida de confianza se debe a que anoche Puigneró no le informó con antelación de la amenaza de Junts de pedir a Aragonès que se someta a una cuestión de confianza, por lo que el president lo ha cesado y ha pedido a sus socios de JxCat que escojan un nuevo nombre para sustituirlo.
El presidente ha iniciado su intervención pidiendo «disculpas» a los catalanes, recordando el contexto «muy complicado» a nivel social y económico, con un «fuerte aumento del coste de vida» que, ha recordado, afecta a muchos hogares y empresas. Pero precisamente ante este escenario de crisis económica y energética, Aragonès ha asegurado que la «obligación» de las instituciones es acompañar a la ciudadanía con medidas ambiciosas y «ofrecer la confianza necesaria para levantar la cabeza y avanzar». «Las desconfianzas no ayudan a cumplir este objetivo», ha añadido entonces el presidente catalán, que ha lamentado el «ruido» generado en las últimas semanas que «ha dificultado la tarea del Govern y ha contribuido a una desestabilización que aleja a la ciudadanía».
Desconfianza en Puigneró
Tras recordar la cuestión de confianza con que le amenazó ayer Junts, Aragonès ha dejado claro que su «responsabilidad es pensar siempre en el bien común» y en la ciudadanía, que «necesita gobiernos estables, que estén al 100 %», que estén «cohesionados» y tengan como «máxima prioridad el bienestar» de los catalanes. «Eso -ha advertido- no es compatible con una cuestión de confianza que puede abocar al país a la interinidad durante un otoño y un invierno que se prevén muy difíciles social y económicamente. Sería del todo irresponsable».
El hecho de que Puigneró no le informara de que Junts plantearía esa cuestión de confianza, más aún cuando ambos dirigentes habían mantenido varios contactos días antes en los que Aragonès le avanzó su plan para un referéndum pactado con el Estado a través de un «acuerdo de claridad» a la canadiense, ha desembocado en «una importante pérdida de importancia» en su número dos en el gobierno. Esa «pérdida de confianza» ha llevado a Aragonès a decidir cesar a Puigneró; a la espera ahora que Junts diga quién asume la responsabilidad de vicepresident y nuevo conseller, Aragonès ha dejado claro que la persona o personas elegidas «debe ser alguien que contribuya a rehacer confianzas y tenga la clara voluntad de sumar y contribuir a que el Govern asuma sus objetivos». Preguntado sobre si mantiene la confianza en el resto de consellers de JxCat, ha apuntado que «la confianza se ha de rehacer» en el seno del Ejecutivo, pero ha puntualizado: «El resto de miembros del Govern cuentan con mi confianza».
Un paso «doloroso»
El dirigente de ERC ha reconocido que el cese de Puigneró le «duele», al creer que las instituciones «no pueden estar en permanente cuestión», pero es un paso «necesario para fortalecer» al Govern. «Personalmente deseo que Junts continúe formando parte del Govern porque considero que el trabajo hecho es bueno y conjuntamente avanzamos más», ha dicho el president, que descarta de todas todas someterse a una cuestión de confianza. Por otro lado, Aragonès ha asegurado que su propuesta para un referéndum a través de la vía canadiense «sigue en pie» y él trabajará «para que sea posible porque es la mejor vía».
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