Los activistas han desplegado varias pancartas con los mensajes: «Ministro, protege los océanos y no sus negocios» o «Los océanos sin tiburones sí que dan miedo». Para Greenpeace, la pesca de tiburón es uno de esos ejemplos de por qué se necesita un Tratado Global de los Océanos ambicioso, que se negociará en agosto en Naciones Unidas, al no estar regulada su captura que se considera pesca «accidental».
Según la organización ecologista, España ha ratificado el compromiso para asegurar la protección de, al menos, el 30% del océano global a través de una red de áreas marinas altamente protegidas para 2030. Pero según un documento al que tuvo acceso Greenpeace tras la pasada ronda de negociaciones de marzo, la Secretaría General de Pesca del Gobierno español estaría «valorando positivamente» excluir la actividad pesquera del Tratado Global de los Océanos, algo que, en su opinión, «no tiene sentido puesto que la desenfrenada actividad pesquera es uno de los principales problemas que atraviesan».
Para Pilar Marcos, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace, «es conocida la ideología del Ministerio de Agricultura y Pesca que está, históricamente y con independencia del color político, unida a las políticas que favorecen la explotación de los recursos naturales, en este caso los pesqueros, frente a la conservación marina, con un objetivo más cercano a la industria pesquera». Pero, Marcos ha subrayado que «si el Ministerio de Pesca quiere mantener el statu quo y defender el interés de unos pocos señores del negocio marino, no hay mucho que celebrar en el Día Mundial de los Océanos y se producirá la desaparición de especies emblemáticas para la mar como son los tiburones».
Greenpeace ha recordado que hay 17 especies de tiburones en peligro de extinción, entre ellas el tiburón marrajo. Se calcula que 100 millones de tiburones mueren cada año, ya que son capturados por la pesquería como captura accidental en el Atlántico, sin cuotas ni seguimiento. A pesar de que el objetivo regulado de la pesquería es de pez espada, según Greenpeace, por cada pez espada capturado, se pescan 8 tiburones y España es líder mundial en el comercio de carne de tiburón con el mayor número de exportaciones entre 2009 y 2019.
Un número muy limitado de países se benefician de la pesca en alta mar y el 86% de la misma se realiza por cinco países: China continental, Taiwán , Japón, Corea del Sur, y España. Tan sólo 100 grandes empresas son las responsables de un tercio de la pesca en alta mar. Según Greenpeace más del 70% de la flota española es artesanal (barcos con menos de 12 metros de eslora), que no depende de la pesca de tiburones, por lo que «regular la pesquería de tiburones en alta mar no afectaría al sector pesquero tradicional».
Por ello, la organización reclama a al Ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, «que defienda y apoye públicamente un Tratado Global de los Océanos ambicioso, que esté totalmente facultado para proteger toda la biodiversidad marina, incluyendo los peces y su pesca». Asimismo, considera que España debe alinearse con las demandas de otros países del ámbito europeo para no rebajar la ambición del texto de la UE de cara a la quinta y última ronda de negociaciones en Naciones Unidas en Agosto de 2022.
2 comentarios
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... tiburón de pega, adolfito, que tienes pereza de presionar un par de teclas más...
Muy ecologista