Luis Roldán, el fugitivo más famoso de España

Luis Roldán Ibáñez (Zaragoza, 1943) fue nombrado a bombo y platillo en octubre de 1986 director general de la Guardia Civil, el primer civil al frente del Instituto Armado, que hasta entonces había estado en manos de militares. Comenzó su carrera política en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el año 1976, fue concejal del Ayuntamiento de Zaragoza por este partido y posteriormente pasó a ser delegado del Gobierno en Navarra entre 1982 y 1986, en donde se labró buena fama. Curiosamente, en este cargo comenzó su carrera delictiva y se forjó un currículum cuajado de mentiras, ya que posteriormente se descubrió que no era ni ingeniero ni economista, como presumía en su engordado historial académico. Ver para creer.

Durante sus primeros años al frente de la Guardia Civil gozó del reconocimiento de la opinión pública y su nombre sonó con fuerza para ser nombrado ministro del Interior. Bajo su mandato se produjo el acceso de la mujer al cuerpo; puso en marcha un programa de obras para modernizar las casas cuartel de la Guardia Civil, sobre todo en el País Vasco, que estaban en muy mal estado; y potenció los servicios de información antiterroristas logrando la localización y detención de la dirección de ETA en la localidad de Bidart el 29 de marzo de 1992 con apoyo de la Policía francesa. Quizá esa buena fama que se ganó le hizo sentirse equivocadamente impune, como a tantos otros corruptos les sucedió.

El caso Roldán comienza en 1993, cuando 'Diario 16' publicó en portada la noticia de que el patrimonio de Luis Roldán se había incrementado en 400 millones de pesetas. La investigación periodística destapó que era propietario de al menos una decena de pisos y chalés repartidos por todo el país, así como en París y las Antillas francesas, que administraba a través de una sociedad secreta. Su tren de vida y su vida personal salieron a la luz.

Estas acusaciones desencadenaron en su destitución el 3 de diciembre de ese mismo año, a pesar de que el Gobierno y la Fiscalía General del Estado defendió su inocencia. Los trámites judiciales se fueron incrementando, y el 29 de abril de 1994, huyó del país, después de engañar a Antoni Asunción, entonces ministro del Interior, con el que se había comprometido a ir a declarar a los juzgados.

No había día que no se conocieran datos escabrosos de sus fiestas. La revista Interviú publicó en su portada en 1994 las fotos de una bacanal del director general de la Guardia Civil, en las que se le veía desnudo y rodeado de hombres y mujeres. Más tarde el semanario Tiempo confirmaría que las fotos de la orgía se habían hecho en Palma durante el verano de 1990, cuando visitó Mallorca para revisar la seguridad que acompañaba a las vacaciones de los Reyes en Mallorca. No fue la única visita ni la única fiesta ligera de ropa que Roldán montó en Mallorca, sus visitas a la Isla, así como a Ibiza, eran habituales.

Durante los once meses que duró su fuga, convirtiéndose en el hombre más buscado de España, la comisión de investigación descubrió que se había apropiado de más de 400 millones de pesetas de los fondos reservados; adjudicó obras a dedo a cambio de comisiones que iban a su bolsillo; se llevó dinero de la Asociación Pro Huérfanos de la Guardia Civil; cobró dietas de más en viajes...

En febrero de 1995, Luis Roldán fue detenido por policías españoles en el aeropuerto de Bangkok (Tailandia), regresa a España detenido e ingresa en prisión. Fue juzgado por la Audiencia Nacional y condenado a 31 años de cárcel por malversación, cohecho, estafa y falsificación contra la Hacienda Pública. En 2005 la Audiencia de Madrid le permitió salir de la cárcel para trabajar, pero hasta marzo de 2010, no saldría de la prisión de Zuera (Zaragoza) tras pasar 15 años encarcelado.

Luis Roldán falleció este jueves en Zaragoza, su ciudad natal, a los 78 años por las complicaciones de un cáncer de próstata. Se casó en tres ocasiones, y acababa de enviudar de su tercera esposa. Tuvo cuatro hijos, uno de los cuales pereció en un accidente de tráfico en 1998. El hombre más odiado de España vivió los últimos años de forma discreta, y su vida no reflejaba la de un millonario. Los jueces solo pudieron recuperar una pequeña parte de lo que Roldán robó, ¿dónde guardó el resto? Solo él lo supo.