Uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de uso adictivo de las pantallas, según un informe de Cáritas centrado en familias en situación de vulnerabilidad y exclusión social que muestra que la mitad de las chicas pasan más de cuatro horas al día en las redes sociales, mientras que ellos prefieren los videojuegos. El informe se basa en una encuesta realizada a 930 jóvenes, padres y tutores sobre el uso que hace de las pantallas la población de entre 12 y 17 años en las familias acompañadas por Cáritas. La práctica totalidad de los adolescentes tiene contacto diario con las pantallas y el 96 % cuenta con móvil propio; de media, tuvieron su primera aparato con 11,4 años, aunque su inmersión en las pantallas fue anterior, a los 10,5 años. Y Cáritas alerta de que la mayoría de las aplicaciones, redes o páginas donde se abren perfiles son para mayores de 16 años, un aspecto que debe ser tenido en cuenta al educar a los niños en el uso responsable de los móviles.
La encuesta muestra claras diferencias de género ante las pantallas: uno de cada tres chicos juega a diario, el triple que las chicas; y solo el 6 % dice que no juega nunca, un porcentaje que se eleva al 43 % en el caso de ellas. La diferencia de tiempo invertido en redes sociales no es tan marcada -el 50 % de las chicas pasa más de cuatro horas al día en las redes, frente al 33 % de los chicos-, pero el análisis muestra que ellas generan muchas más publicaciones, lo que hace que tengan una perfil más expuesto, mientras que ellos asumen más a menudo el papel de espectadores o jueces. Ante la ausencia de consenso en la comunidad científica sobre lo que se un "uso abusivo" de las pantallas, en este estudio se ha fijado un umbral de seis horas y se ha comprobado que en esa situación se encuentra el 36 % de los jóvenes. Cuando un joven convive con progenitores que hacen un uso razonable de las pantallas la probabilidad de llegar a desarrollar una conducta adictiva se reduce un 70 %, según su análisis.
Aunque la situación de socioeconómica de la familia no es el factor más influyente en ese uso adictivo, sí se ha comprobado que los adolescentes en situación de exclusión sufren el doble de adicción a los videojuegos (12 %) que la juventud en su conjunto. Además, el estudio revela que el 18% de la población adolescente en situación de vulnerabilidad social ha faltado algún día a clase en el último mes sin motivo justificado, porcentaje que se incrementa hasta el 23 % cuando hay adicción a las pantallas y hasta el 28 % con un uso abusivo. Los progenitores creen que las pantallas afectan negativamente a la comunicación en casa y acaba por dañar la actitud de sus hijos, pero solo el 12 % se siente preparado para afrontar su educación digital y la mayoría se confiesa desorientado. E
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