El profesor recurrirá la sanción impuesta por la Consejería de Educación del Principado de Asturias. | Pixabay

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El profesor de francés de Gijón Yván Pozuelo, inhabilitado durante ocho meses sin empleo ni sueldo por poner dieces a casi todos sus alumnos, recurrirá la sanción impuesta por la Consejería de Educación del Principado de Asturias al considerar que un diez no se debe circunscribir a un estudiante entre 20.000 y que el aprendizaje no se debe limitar a «tragar» el idioma.

«La única nota que no puede ser diferente es el diez, la verdadera brillantez. Todos somos diferentemente diez», reivindica Yván Pozuelo (Gijón, 1974), que ha practicado este «método innovador» desde hace décadas, pero ha sido expedientado tras la publicación del ensayo «¿Negreros o docentes? La rebelión del 10».

Pozuelo actualmente es profesor de francés del Centro Integrado de Formación Profesional de la Escuela de Hostelería y Turismo de Gijón y trabajaba en el IES Universidad Laboral de Gijón cuando fue denunciado.

Defensor de los métodos innovadores y evaluador de proyectos Erasmus+, este profesor nacido en Gijón que pasó su infancia y adolescencia en París, asegura que es «un poco Charlie Hebdo» y se niega a aplicar el discurso narrativo convencional.

El profesor lleva aplicando su método durante una década y dice que le funciona, ya que los alumnos tienen libertad para equivocarse, no tienen obsesión por copiar, no buscan trucos y están contentos, como se demuestra en la inexistencia de denuncias.

El profesor asegura que la nota no está puesta en origen y que desconoce la puntuación que va a poner hasta que el alumno entrega todos los trabajos, pero explica que si el alumno logra las enseñanzas básicas que marca la ley le pone un diez.

Pozuelo insiste en que la ley pone enseñanzas básicas, «no máximas, ni Enciclopedia Espasa, sino básicas», y eso determina el diez, por lo que no va a poner un dos ni a «guillotinar» a un alumno por cometer errores.

El gijonés asegura que en países del norte de Europa como Finlandia comprenden su sistema y enmarca el expediente que asegura que sus dieces son «falsos» e «inmerecidos» en una «condena ejemplarizante que pone el foco en el freno a la innovación educativa».

Desde la Consejería de Educación del Principado se ha evitado comentar este expediente disciplinario, aunque se confirma que «se ha cumplido con todo el procedimiento, que ha sido absolutamente garantista».

Inicialmente se abrió un procedimiento de información reservada para comprobar la actuación profesional del profesor y, a continuación, el Servicio de Inspección Educativa «siguió todos los trámites, dio audiencia al docente, recabó documentación y realizó las entrevistas e investigaciones que consideró pertinentes y que concluyeron con el expediente, que pone fin a la vía administrativa», han señalado fuentes la consejería.